NI TAN DISTINTOS

Miércoles 25 de septiembre, el teatro Camilo Torres recibe a cientos de estudiantes que han llegado al bien conocido centro de debate de la Universidad de Antioquia y así, participar de la asamblea de estudiantes que se supone funciona como órgano político democrático. ¿Los motivos? Luego de intermitentes semanas en anormalidad académica y de un paro de viernes a lunes para así disponer de un puente en el desolado mes de septiembre, llegó el momento, una vez más, de decidir qué hacer con la actual disyuntiva universitaria: hay paro o no. Luego de varias horas de fuertes intervenciones, se decide “impugnar el paro”. Ante la ambigüedad del término y tras un necesario cambio de lugar, se decide seguir en los bajos del bloque 16.

Allí, tras argumentar en defensa y en contra del paro, una reñida votación dio la razón al NO del paro. Aplausos, vientos de calma se sintieron en la mayor parte de los presentes y en las redes sociales donde predominaba el escepticismo al cese de clases. Pero la alegría duró poco, minutos después y asemejando a los senadores de nuestro país, se coló “un mico” en la votación que respondía a los mecanismos de movilidad: se decidió pasar al eufemístico artilugio de la asamblea permanente, mejor dicho, al paro. Luego de esta demagoga acción, se citó la siguiente asamblea para el jueves 26 de septiembre a las ocho de la mañana. Lo siguiente era de esperar: se volvió a votar y esta vez ganó el SÍ. ¿Qué lógica tuvo votar el día anterior? ¿De ganar el SÍ al paro el día miércoles, se hubiera vuelto a votar en menos de veinticuatro horas?

Lo vivido esos dos días no pudo representar mejor el talante político y social del pueblo colombiano. Los jóvenes universitarios son los más acérrimos contradictores de las decisiones del Gobierno, y eso, en su medida, está bien; pues se supone que están elaborando un pensamiento crítico en pro de una sociedad más equitativa. Ahora bien, ¿en qué se diferencia lo detallado a lo que pasa con los políticos de nuestro país? Pues, si quienes manipularon esa votación luego de pasar por las aulas ocuparán esos cargos, ¿no será entonces más de lo mismo que tanto nos afecta? Porque claro, es muy fácil culpar por nuestros problemas a los que dirigen el país, cuando al mismo tiempo estamos saboteando los pequeños espacios donde podamos construir esa provincia de la que tanto nos gusta echar retórica.

Errar es de humanos, echarle la culpa a otros es de revolucionarios”[1], eso no es cierto, en su medida. Pero cabe analizarlo dentro de este tipo de acciones en una universidad pública, y del mismo modo, lo que sucede diariamente en las redes sociales, donde todos somos expertos en cualquier tema. Nos regocijamos en criticar a los congresistas por tomar decisiones que benefician intereses comunes por encima de los colectivos, pero hacemos del órgano político que es la asamblea una fuente amañada; alardeamos en contra de los medios de comunicación por la falta de objetividad, pero publicamos información, o conspiración, sin ninguna fuente con tal de hundir a nuestros “enemigos”; reprochamos las palabras de Santos al aseverar que el “paro no existe”, lo cual fue cínico, entonces cabe referir que en la asamblea de la Universidad de Antioquia esa democracia de la que tanto alardean, tampoco existe; está impugnada. Porque quizás este sea el punto más álgido y contradictorio de los colombianos: profesamos la libre expresión y atacamos la censura, pero somos maestros en atacar a quien tiene ideas disímiles a las nuestras, vituperando con frases como “ignorante”, “hay que leer”, “hay que estudiar”, “hijo de papi y mami”, “váyase pa’ otra universidad”. Es lógico, no nos gusta que nos contradigan.

Es cierto que los gobernantes de este país no representan los intereses del pueblo, pero no es cierto que ellos sean los únicos culpables, nosotros contribuimos día a día con la violencia verbal, con la discriminación de ideas, con la crítica inconstructiva. La construcción de una sociedad empieza desde cada uno, pues al fin y al cabo, todos somos colombianos. Porque viéndolo de manera más detallada, no somos tan distintos a esas personas que tanto nos gusta criticar.

 

Por: Luz Perla Torres Conde

 

 



[1] tuit de @proctologo el día 27 de abril de 2013

Notas Al Poniente

Al Poniente es un medio de comunicación independiente que tiene como fin la creación de espacios de opinión y de debate a través de los diferentes programas que se hacen para esto, como noticias de actualidad, cubrimientos en vivo, columnas de opinión, radio, investigaciones y demás actividades. En este espacio publicamos puntos de vista de los integrantes, información de aliados y patrocinadores, boletines e informaciones externas y notas de ciudad.

2 Comments

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.