New Venezuela

La justicia engrandece a la nación; más, el pecado es afrenta de las naciones. Proverbios 14:34


La vida de los países se ha caracterizado por cambios extremos en las actividades humanas, en la relación de los unos con los otros, en las transacciones, en el manejo y comportamiento de los mercados nacionales e internacionales: la pandemia del COVID 19, generó la transformación brusca y negativa de las relaciones interhumanas, las caídas del comercio y de la producción, el  caos en las tasas de interés, la desarticulación de las exportaciones, lo que hoy nos tiene en una nueva era de postcrisis que demostró que no estábamos preparados para enfrentarla y mucho menos superarla.

Posteriormente se desata el conflicto de las naciones Rusia-Ucrania, guerra histórica geoeconómica, de ideales de fuerza de organizaciones internacionales en busca de poderes soberanos, con el delirio del dominio de territorios y recursos. Surge ahora la guerra fundamentalista entre Hamas e Israel, conflicto histórico por el poder territorial, que sin duda escala en la inestabilidad del comercio internacional, con la amenaza de que se sumen países a este brete. Estas guerras suscitan guerras frías que subyacen la sumatoria de otros países, que puede traer consecuencias al conflicto bélico y termine siendo mayor, fomentando un clima de organización internacional económica, que no se ve, pero se siente, con el vivir siempre con la incertidumbre de qué pueda pasar con los principales Commodities del comercio internacional.

Somos países en vías de desarrollo y del tercer mundo, súbditos de las grandes decisiones de países que lideran el orden mundial, pero no exentos de los efectos colaterales de estas decisiones, que algunas veces nos favorecen o nos perjudican; crisis que traen consigo oportunidades, como las que han surgido actualmente, en primera plana, para Venezuela que, indiscutiblemente, ha sido nuestro principal socio comercial, que ha vivido todas las vicisitudes económicas, y políticas, al que confieren una gran fortaleza de lecciones aprendidas y que le dan la gran posibilidad de volver al más importante comercio mundial, ya que goza de una magnifica riqueza petrolera que lo ubican, según La Organización de Países Exportadores de Petróleo OPEP, como las reservas más grandes, con 20% del total de la reserva mundial de petróleo.

Este país que ha sufrido templadas decisiones de bloqueo mundial, con la imposición de medidas coercitivas que al influir en el estado han deteriorado considerablemente su economía, su contexto social y su seguridad país, que lo han limitado para la exportación de petróleo  y para la importación de bienes básicos, al asimismo le han sido asediados sus recursos en bancos internacionales, generando pérdidas exponenciales que lo han lo inmovilizado para todos los procesos del comercio internacional, que lo llevaron a la hiperinflación, a la  contracción y al cambio monetario de facto al dólar.  Decisiones estas que repercutieron para la disminución del producto interno bruto de Colombia como región.

No es coincidencia lo que está sucediendo en la relación entre EEUU y VENEZUELA: EE.UU. levanta las sanciones sobre el petróleo y el gas de Venezuela tras el acuerdo del gobierno de Maduro con la oposición. (BBB. NEWS MUNDO) o disposiciones como esta: El Gobierno de Maduro acelera la devolución de bienes expropiados durante el chavismo. El proceso de entrega a sus antiguos propietarios de las tierras conculcadas por el Estado, que se retornen las empresas expropiadas a los accionistas y la buena aptitud del presidente Nicolas Maduro, que, aunque alejado del modelo estadista, optó por la sabiduría humana, del silencio de improperios, erradicando de su léxico la palabra IMPERIO, con la convicción del volver a ofrecer garantías a la inversión extranjera y elecciones libres a la vista y bajo la observancia de las veedurías internacionales.

Es el actual un momento histórico para Venezuela, que lo posiciona como el país que equilibraría todo el desbarajuste de la balanza mundial de los vitales Commodities, como el petróleo y el gas, y que lo condiciona a volver a ser el país que fue o, incluso, más proyectado al desarrollo, con la inminente posibilidad de pasar nuevamente al primer mundo, y hacer parte de las grandes decisiones del ordenamiento internacional, con la posibilidad directa de pasar a la cuarta revolución industrial. Con otras medidas acertadas de reactivación, puede lograrlo, como las asumidas con las zonas económicas especiales, donde se deben enfocar las empresas colombianas, que le dan seguridad, dinamismo a la inversión nacional y extranjera.

Larga es la trayectoria histórica en las relaciones económicas entre Colombia y Venezuela, que es nuestro socio natural, que antes de cerrar la relación del comercio bilateral en 2008, superaba los 7.000 millones de dólares y que hoy no supera los 200 millones de dólares, pero bajo esta expectativa, está proyectado a 12.000 millones de dólares, por la facilidad geográfica tiene la posibilidad de que nuestra multinacional petrolera Ecopetrol, explote el petróleo venezolano a la par de las grandes multinacionales de Estados Unidos. Dolarización, ávido de suplir todas sus necesidades primarias y secundarias, con la facilidad de instalación de empresas colombianas, de crear zonas económicas espéciales bilaterales con Colombia, a la que, de paso, le abre nuevas esperanzas en el plano comercial, que aliviaría nuestra balanza comercial, lo que aumentaría nuestra expectativa económica, la nueva Venezuela que se avizora puede ser gran beneficio para nuestro país, y  participe del moviente geopolítico de más expectativa en la actualidad.

Cada nuevo comienzo viene del final de algún otro comienzo. (Séneca)


Todas las columnas del autor en este enlace: Carlos A. Gomescasseres Vergara

Carlos A. Gomescasseres Vergara

Presidente de la Cámara y empresarios del Mercosur regional Colombia

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.