Movimientos políticos, con más poder del necesario

Es curioso ver cómo en Colombia han sobrevivido las posturas de derecha, tradicionales y concentradas en “dinosaurios” y “delfines” políticos, en donde los breves intentos por dar un vuelco en la realidad política del país sean insuficientes, continúan los mismos apellidos ocupando los cargos de elección de hace 50 años. A su vez, es lamentable ver como los estándares en el poder se han conservado generación tras generación, satanizar a la izquierda, usar los aparatos y las instituciones del Estado para sacar a los adversarios de la arena política, limitar sus espacios y muchos abusos más que tristemente son vigentes en la actualidad.

Lo cierto es que con el paso del tiempo ha habido varios intentos para hacerles frente, sin embargo, la falta de un discurso claro y de una estructura política sólida cortaron de raíz dichos esfuerzos. Recordemos que era inecesario recurrir a una segunda vuelta en las elecciones de 2010 entre Juan Manuel Santos y Antanas Mockus, quien ya estaba superado por más 3 millones de votos[1] de acuerdo con los informes de la Registraduría Nacional. Y ni hablar de las elecciones de 2014 entre la derecha moderada y la ultraderecha, en donde el voto de opinión y la izquierda le tiraron un salvavidas a un ahogado Santos.

Como consecuencia de esto, todos los partidos políticos se han visto seriamente afectados, en medio de un descrédito a consecuencia de estar manchados por la corrupción, dar a avales sin ni siquiera verificar que no tengan alguna deuda con la justicia o la creciente ausencia de ideología que ha minado su presencia ante la sociedad. Nadie quiere hablar de Álvaro Ashton y sus muchos líos con la justicia o del papel loable de Roberto Gerlein un “record guinness” en sus más de 40 años sirviéndole a la patria o de la persecución política en contra de Viviane Morales quien resultó ser una infiltrada ultraconservadora en el Partido Liberal.

Hoy en día los partidos se han vuelto un elemento pasajero o un requisito fácil de cumplir, las listas cerradas o las personas que ocupan la cabeza de lista con los mecanismos para que los votantes depositen su confianza en estas plataformas, forzándonos a fijarnos en la persona, quien no es más que la personificación del poder. Paradójicamente, hay personas que optan por no pertenecer a un partido he inscribirse por firmas pese a que el partido está muy vinculado a su carrera política, es el caso de Germán Vargas Lleras, quien en la actualidad no tiene nada que ver con Cambio Radical pero la mayoría de personas lo asocian con este.

De  esta curiosa e inusitada situación 63 personajes de la vida pública que le dieron “el guiño” a las elecciones, luego esa cifra se redujo a 26 candidatos y recientemente la Registraduría ha reconocido a Sergio Fajardo, Piedad Córdoba, Marta Lucía Ramírez, Alejandro Ordoñez, Carlos Caicedo, Juan Carlos Pinzón, Gustavo Petro y Germán Vargas Lleras, quienes se suman a Humberto de la Calle, Rodrigo Londoño, Iván Duque y Clara López, quien inició su campaña para recoger firmas pero que a mitad de carrera definió irse por la Alianza Social Independiente (ASI), ya que el Polo mayoritariamente se decantó por Jorge Robledo y Sergio Fajardo. Es decir que en últimas solo el Partido Liberal, Centro Democrático y ASI, son los únicos partidos con candidatos presidenciales elegidos por ellos mismos, el resto de partidos como el Polo, Conservador y la U se encuentran divididos en otras toldas mucho más sólidas.

Lo que resulta más preocupante de la situación es que este aumento de la personificación del poder nos lleva a puntos extremos y generalmente inflexibles, la historia lo ha demostrado en los casos de Argentina y Venezuela.Para el primer escenario se presenta la arrolladora figura del difunto Néstor Kirchner y su esposa Cristina Fernández de Kirchner, quienes lideran el Kirchnerismo (Unidad Ciudadana) el cual está en contra del Macrismo (Cambiemos), movimiento del actual presidente Mauricio Macri. Para el segundo caso en Venezuela la situación se hace aún más evidente, el Chavismo (PSUV) en la actualidad e históricamente el Puntofijismo, para ambos casos han sido momentos en los que se deja de lado la figura del partido para adoptar a una figura pública.

Para el caso de Colombia los grandes centros de comunicación y algunos altos funcionarios del Gobierno ya hablan del vargasllerismo, otros hablan del duquismo[2], a su vez que se mantiene históricamente la figura del uribismo, la cual realmente no se quiere alejar del poder y busca por cualquier medio poner a trastabillar la mayoría de iniciativas, además de estar fortalecida por los desaciertos del gobierno Santos. ¿Sera posible que Colombia se pueda polarizar aun más? O ¿estos son apenas movimientos temporales para ganar peso electoral?, considero que tristemente la respuesta de ambas interrogantes es si, la paz ya nos tiene polarizados, pero aún no hemos visto a los líderes de las Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) ocupando su curul en senado o haciendo campaña política en las regiones donde ellos aspiren ganar; con relación a la segunda pregunta, efectivamente son temporales o ¿es que acaso vimos el zuliaguismo en 2014? No, porque él (Oscar Iván Zuluaga) era el candidato de Álvaro Uribe y ahora Duque es el candidato de la coalición entre el Centro Democrático y -posiblemente- de los conservadores, pero siendo francos Duque no tiene el toque intenso de Álvaro Uribe.

Finalmente, no se deben hacer afirmaciones de tan grueso calibre sobre el rumbo que le depara al país con relación a Venezuela, por que volvemos a caer en el sesgo hacia unos candidatos y algunas propuestas que efectivamente buscan mejorar las condiciones de vida frente a los intereses económicos, en definitiva los grandes medios de comunicación, las casas de apuestas, digo, de encuestas y algunos candidatos de la derecha buscan generar miedo sobre una sociedad indecisa o ganarse un espacio en la pantalla chica. De nuevo cayendo en manos de sinvergüenzas inescrupulosos, que pretenden guiar a Colombia en una vía donde solo nos espera una nueva polarización, sin que el país mejore y progrese.

[1] https://www.registraduria.gov.co/elecciones_anteriores/2010PR/escrutinio.php

[2] https://twitter.com/fuerzaduquista

David Fernando Rubio Quintero

Politólogo de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y actualmente me encuentro cursando los estudios de Maestría en la Universidad Nacional de Colombia en Estudios Políticos. Tengo interés es los estudios asiáticos sobre su situación política y social, los temas vinculados sobre las drogas, el desarrollo sostenible, las prácticas del gobierno, temas electorales y de coyuntura, entre otros.