“Te puedes camuflar y ocultar
Incluso puedes pasar inadvertido
Con gran facilidad puedes engañar
Y también aparentar quien no eres
Puedes ser un lobo con piel de oveja
Pero por mucho que te disfraces
Hay ciertas cosas inocultables”
El mimetismo, es la habilidad para camuflarse en un entorno y pasar inadvertido o inadvertida. Se trata de un fenómeno, a través del cual, se engañan los sentidos de quienes comparten un mismo hábitat, para aparentar lo que otros y otras quieren ver. El camuflaje se asocia a “cripsis”, este término proviene del griego “Kryptos”, que simboliza “lo oculto”. Parece que esta habilidad la han copiado las personas corruptas, estas, suelen parecer poco peligrosas; se disfrazan fácilmente de “gente de bien”, pero, tras su máscara, sólo se oculta, su alto nivel de toxicidad.
En el mimetismo agresivo o cripsis defensiva, los parásitos, actúan como huéspedes inofensivos, incluso reciben cuidados de sus presas o víctimas, sin que ellas adviertan que realmente alimentan a un peligroso enemigo; de la misma forma funciona la corruptela; no existe una especie parasitaria más contaminante y peligrosa que está; se camufla en la fachada de funciones públicas, para luego simplemente atacar y robar sin piedad, realmente son lobos, vestidos de ovejas.
El mimetismo agresivo es frecuente en la corrupción, las personas que se dedican a ello caminan entre nosotros y nosotras con total normalidad, parece que su camuflaje las ayuda a actuar con impunidad. Se mueven en el mundo de la política, los negocios, la educación, la salud, las tecnologías, la justicia, la vivienda y la paz. Son personas expertas en cripticidad ofensiva, mientras reciben pagos del Estado, atracan socarronamente a la sociedad.
Nadie se da cuenta de sus verdaderas intenciones, sólo hasta que ya no las pueden ocultar y poco o nada se puede hacer para recuperar los recursos sagrados. ¡Qué bien se saben mimetizar! hasta obtienen nombramientos en cargos públicos, en la presidencia, alcaldías, ministerios, secretarías y otras entidades de gobierno. Estos espacios se convierten en el hábitat perfecto para difuminar su corrupción; son peores que cualquier depredador encriptado, incluso que las más temibles especies bacterianas.
La habilidad del mimetismo agresivo funciona como una especie de depredación, las personas corruptas se anidan en nichos de carreras públicas; aprovechan su posición para robar descaradamente; su carrera, no es más que un latrocinio salvaje. Es el caso del multimillonario desfalco en el Ministerio de las TIC, en el que depredadores explotan los recursos para la niñez; actúan con ánimo explotador utilizando el señuelo de la inversión social, cuando realmente lo que quieren según lo explicó la RAE es “abudinear”.
La corrupción es la forma críptica más agresiva, se puede difuminar rápidamente en los dispositivos institucionales, actúan como predadores naturales, se camuflan en sus “posiciones sociales”, “ilustres apellidos”, “imagen política” y en sus “títulos cuestionables”, con este nivel de mimetismo, salen con impunidad de los escándalos de corrupción más descomunales y lo peor los recursos robados terminan en paraísos fiscales.
Excelente 👏👏