Una de las cosas que más disfruto en mis tiempos libres es el de hacer de guía turístico para todas aquellas personas que conozco que son de otras ciudades del país o del extranjero y que vienen por primera vez a Medellín o la visitan muy poco.
Lo disfruto no solo por el orgullo de sentirme ese paisa regionalista que quiere y ama su terruño sino por el reconocimiento de ver a Medellín como una ciudad de marca la cual es muy fácil de vender o mostrar.
Si, Medellín es una ciudad de marca y lo es porque siempre opta por mejorar la calidad de vida de sus habitantes y a ello le ha apostado la actual administración de “Fico” quien será recordado como un alcalde por su manera de innovar y continuar el camino de otros burgomaestres que han entendido que la capital de Antioquia se debía rediseñar para convertirla en la diferente de toda Colombia.
Como muy bien lo dice Toni Puig en su libro Marca Ciudad, para que las mismas logren este estatus, deben jugar en primera división. Medellín hace rato lo está y todo porque entendió que las mayores oportunidades están en su crecimiento, en la proactividad de una administración y en la de entender que debe ser referente en todos los aspectos sean económicos, sociales o culturales.
En momentos de encontrarnos ad portas de unas nuevas elecciones donde se elegirá alcalde, se espera que el nuevo burgomaestre sostenga a Medellín como una ciudad de marca. Estoy seguro que más que demagogia, lo que queremos los constituyentes primarios es escuchar en los actuales candidatos a ocupar tan importante y honorífico cargo, propuestas futuristas con resultados medibles, donde se apueste a la reimaginación a la constante innovación y sobre todo a revalorizarse.
Si hubo algo claro en el pasado encuentro mundial de ciudades, es que Medellín es de marca. Acá se le apuesta a un futuro donde sus habitantes han entendido que su continuo crecimiento debe ser con todos y desde todos.
La marca que tiene en estos momentos Medellín no ha sido gratuita ni fácil de conseguir. Los liderazgos y acertadas administraciones del pasado han permitido su crecimiento. Entender el constituyente primario que la mejor opción para continuar, es aquella donde se presenten nuevos retos que apunten a que el lugar que habitamos sea cada más agradable y donde los recursos se distribuyan eficientemente entre un gran número de personas.
Propuestas que conviertan a Medellín como ciudad inteligente y hacerla crecer en su marca, son las que se deben tener presente. Aquel candidato que entienda que en una administración se debe adaptar a las necesidades de sus ciudadanos para mejorar sus condiciones de vida, es porque tiene muy claro su futuro
Lo bueno se fideliza y sobre todo cuando va bien. Ojalá llegue un nuevo alcalde que esté siempre pensando en su constante rediseño y entienda que Medellín tiene su marca y a esto le debe apuntar sin duda alguna.