La participación de organizaciones la Fundación FAN, ha enriquecido enormemente la experiencia educativa de los estudiantes. Más allá de los libros y las aulas, están aprendiendo cómo el derecho se entrelaza con la realidad social, y cómo pueden ser agentes de cambio efectivos a través de una perspectiva interdisciplinaria.
En el ámbito académico del Derecho, en especial en las asignaturas relacionadas con teoría, fundamentación o filosofía la enseñanza tradicionalmente se ha centrado en el estudio de los autores clásico del estilo de Kelsen, HLA Hart o Ronald Dworkin entre muchos otros junto con las normas y la jurisprudencia, a veces hemos dejando de lado la complejidad de las realidades sociales que enfrentarán los futuros abogados cuando se enfrentan al ejercicio profesional en un país tan complejo y diverso como Colombia. Recientemente, exploré nuevas estrategias disruptivas en mis cursos de introducción y teoría general del derecho, en medio de una asesoría de un proyecto fruto del semillero de Investigación en Derecho Médico surgió una discusión sobre el tratamiento jurídico a la infancia víctima de violencia sexual. Luego de esto con agrado recibí la noticia de que la Fundación de Apoyo a la Niñez (Fan) y su PROGRAMA LA MAGIA DE JUGAR ES SANAR, aceptaba la invitación hecha por mis estudiantes para contarnos en diversos espacios todo lo que estaban haciendo en este tema. El proyecto de la fundación es el Acompañamiento a niñas, niños y adolescentes víctimas de violencias sexuales y sus familias desde el momento que instauran la denuncia, desde una atención humanizada, bajo el modelo de Jugar para Sanar.
La fundación FAN a través de sus equipos interdisciplinares nos mostró la Ruta de atención la infancia víctima de violencia sexual desde la perspectiva de la atención humanizada bajo el modelo “la magia de jugar es sanar». Invitar a la fundación a mis clases no solo enriqueció el aprendizaje de mis estudiantes, sino que también destacó la necesidad de conectar la normativa legal con la compleja realidad social y plantear el rol del Abogado en un Equipo Interdisciplinar de trabajo, cuestionándose el uso excesivo del lenguaje jurídico y la necesidad de ser más comprensible y pragmáticos para que tanto los equipos como las comunidades puedan empoderarse con la norma, igualmente, analizando como los términos de la norma deben ser revisados desde diferentes esferas tantas como profesionales conforme el equipo. Se resalta la importancia de que los abogados trabajen en equipos interdisciplinarios para abordar problemas complejos como la violencia sexual. Los estudiantes pudieron observar cómo la colaboración con profesionales de otras disciplinas, como psicología y profesionales de las áreas de la salud, enriquece el enfoque jurídico analizando la complejidad de la atención a las víctimas. La interacción con la FAN demostró que resolver problemas legales delicados no se trata solo de aplicar leyes, sino de comprender las circunstancias reales y sensibles en las que se desarrollan estos casos.
En este contexto, las complejas disputas y tensiones entre concepciones clásicas, el constitucionalismo y el neoconstitucionalismo adquieren un nuevo significado cuando equipos interdisciplinarios muestran las diferentes abordajes que se realizan frente a las de víctima (e incluso como este término puede cambiar entre las diferentes áreas del conocimiento) . La interacción entre abogados, psicólogos, trabajadores sociales y profesionales de la salud revela cómo las definiciones legales tradicionales de víctima pueden ser insuficientes para abordar la complejidad de las experiencias individuales de las personas afectadas por la violencia sexual. Esta intersección entre teorías legales y prácticas interdisciplinarias destaca la necesidad de un enfoque integral y sensible hacia las víctimas de violencia sexual, que reconozca su complejidad individual y responda efectivamente a sus necesidades en tanto se busca que las normas sean aplicadas.
Las complejidades del Código Fucsia trascienden las interpretaciones gramaticales, sistemáticas, teleológicas o históricas. Este código representa la atención integral a víctimas de violencia sexual en el sector de salud, conforme a la Resolución 459 de 2012 del Ministerio de Salud y Protección Social, que establece el Protocolo y Modelo de atención integral en salud para víctimas de Violencia Sexual. La implementación efectiva del Código Fucsia requiere un enfoque interdisciplinario que no solo comprenda la letra de la ley, sino que también aborde las complejas realidades emocionales y sociales de las personas afectadas por la violencia sexual.
Normativa y Realidad Social
Esta experiencia también subrayó la brecha entre la normativa legal y las situaciones reales de vulneración infantil, especialmente en el contexto de la atención a víctimas de violencia sexual. Los estudiantes pudieron reflexionar sobre cómo la ley se enfrenta a desafíos complejos y dinámicos en la práctica. La interacción con la FAN influyó significativamente en la manera en que los estudiantes comprenden y aplican la ley en contextos sensibles y urgentes, como la protección de menores vulnerables al tiempo que comprenden diferentes contextos en donde se puede cuestionar la eficacia de la misma.
La participación de organizaciones la Fundación FAN, ha enriquecido enormemente la experiencia educativa de los estudiantes. Más allá de los libros y las aulas, están aprendiendo cómo el derecho se entrelaza con la realidad social, y cómo pueden ser agentes de cambio efectivos a través de una perspectiva interdisciplinaria. Abordar situaciones complejas de la vida real, como el abandono y la negligencia física, emocional y/o psicológica, la nulidad en la red familiar, la desnutrición, la violencia familiar, el maltrato infantil físico y psicológico, las adicciones químicas (consumo de sustancias psicoactivas) y no químicas (ludopatía), las amenazas a la integridad física y a la vida, el desplazamiento, la situación de vida en la calle, la explotación laboral, la mendicidad y la violencia sexual, desde la abstracción teórica del derecho presenta diversos desafíos.
Estos problemas, tan arraigados en la realidad social, requieren un enfoque legal que vaya más allá de la interpretación de normas y jurisprudencia. La distancia entre la teoría jurídica y la aplicación práctica se vuelve evidente al intentar resolver estas problemáticas complejas que afectan a niños, niñas y adolescentes.
La abstracción inherente a la teoría legal puede resultar insuficiente para comprender plenamente la profundidad y la urgencia de estas situaciones. Las leyes y los principios jurídicos, aunque fundamentales, a menudo no capturan la complejidad emocional y social asociada con el abuso, la negligencia o la vulnerabilidad extrema que enfrentan los menores en estas circunstancias.
El desafío radica en trasladar el conocimiento jurídico a contextos reales, donde las vidas y el bienestar de los más vulnerables están en juego. Es esencial que los estudiantes y profesionales del derecho no solo dominen la teoría legal, sino que también desarrollen habilidades interdisciplinarias y empáticas para abordar estos problemas de manera efectiva.
La experiencia con organizaciones como la Fundación de Apoyo a la Niñez (FAN) resalta la importancia de integrar enfoques interdisciplinarios en la formación legal. Solo mediante una colaboración activa con profesionales de otras disciplinas, como la psicología, la salud y el trabajo social, podemos esperar diseñar soluciones integrales que realmente aborden las causas profundas de estos problemas y protejan los derechos fundamentales de los niños y adolescentes.
Por lo tanto, la enseñanza del derecho debe evolucionar para incluir experiencias prácticas y análisis críticos que permitan a los futuros abogados enfrentar estos desafíos con sensibilidad, empatía y efectividad. La intersección entre la teoría legal y la realidad social exige un enfoque educativo renovado que prepare a los estudiantes para ser agentes de cambio en la defensa de los derechos de los más vulnerables en nuestra sociedad.
Repensar la enseñanza del derecho no solo implica innovar en el aula, sino también conectar con las experiencias y necesidades reales de la sociedad. Es hora de ir más allá de los libros y llevar el aprendizaje del derecho a la acción, integrando perspectivas interdisciplinarias para formar abogados comprometidos con el cambio social.
Por último agradezco a la fundación por su generosa visita, en la que entre otras sirvió para una transformar mi visión personal y hacer autocrítica de como me planteo los estudios de la teoría del Derecho. Es fundamental seguir explorando y aplicando metodologías que preparen a nuestros estudiantes no solo para entender el derecho, sino para utilizarlo como herramienta de transformación.
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