Durante este semestre la Nueva Escuela de Pensamiento Fernando González asume y propone la reflexión en torno a las principales inquietudes existenciales que nos acompañan día a día en nuestra cotidianidad. Es allí, en esa cotidianidad, en donde se da cuenta realmente de los procesos de transformación y liberación, así como de las dinámicas de dominio y de enajenación. Por lo tanto la reflexión que proponemos es de doble vía: filosófica en su sentido profundo pues en el fondo es una reflexión por la Eudaimonia (el buen vivir), a la vez que política, pues no es otra la finalidad de la política que posibilitar una sociedad para esa Eudaimonia, para ese buen vivir.
En el ciclo que actualmente está en desarrollo la pregunta es por el Cuerpo. Ese cuerpo para el cuidado de sí y la soberanía a través de la alimentación, la ejercitación, el consumo. Un cuerpo que de manera inquietante (casi angustiante) se desgasta, enferma, envejece, muere. Un cuerpo que transmite, que comunica, que entra en contacto, en relación.
En nuestro último encuentro enfocamos la conversación hacia la inquietud por la ejercitación, teniendo como marco una sociedad (la nuestra) que habita una ciudad de oficina, una ciudad de las pantallas, del desplazamiento motorizado, sedentaria y que ha ido perdiendo una forma tradicional del cuidado del cuerpo que eran las actividades laborales que exigían y moldeaban un cuerpo particular (el cuerpo del campesino, el cuerpo del militar, el cuerpo del atleta, etc).
A cambio tenemos una sociedad que se ejercita para la vanidad (perdónese la generalización). Una sociedad que se ejercita para la apariencia, para ser considerados socialmente según unos modelos que además son venidos desde afuera (la Barbie) o son reflejo de procesos sociales que nos han dejado enormes heridas y que nos han heredado valores para poner en cuestión (la narco-estética). Hay un contraste fuerte entre el modelo de «la gorda» de Botero y la Barbie, la mujer plástica, el maniquí.
De igual manera reconocemos que en la ciudad y cada vez con mayor fuerza se vienen presentando otras formas de ejercitación que van en sintonía con ese cuidado del cuerpo para el bien-estar, y que incluyen prácticas de conciencia sobre la corporalidad, la respiración, el contacto íntimo con el organismo y el entorno como por ejemplo el Yoga, el Acro-yoga, la meditación, etc. La pregunta queda abierta ¿cuál es el tipo y la forma particular de ejercitación que debe promover una sociedad (actual) y cada uno en su autonomía, para su buen vivir?
Por último, y con las reflexiones siempre abiertas, no queda más que extenderles la invitación para que nos acompañen el próximo fin de semana, en nuestra sesión la Pestañiadita, una experiencia vivencial para explorar el mundo onírico con sus misterios inconscientes, sus símbolos suprarealistas, sus sombras lucidas, en fin una sesión para viajar a todo lo que se esconde y se revela tras los parpados cerrados…
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