El día de hoy intentaré abarcar lo bueno y lo malo de tratar de buscar un mejor futuro por fuera de la nación (Colombia) que los vio nacer y a la cual hacen parte.
Primero tenemos que entender que el salir de tu zona de confort que en este caso es un país, ya de por si es una de las decisiones más valientes que se toman, es alejarte de todo lo que es conocido y familiar, entender que no todo funciona como se está acostumbrado, tratar de encajar desde 0 con personas y lugares que ya tienen su historia, reencaucharte en otro grupo social nunca será fácil.
En contraprestación por todo este cambio de paradigma nos encontraremos con una apertura mental a una nueva o nuevas culturas, nuevas formas de ver y entender la cotidianidad que si bien pueden llegar a chocar con las propias, al final lo único que logran es que crezcamos y dejemos de pensar que las cosas solo tienen una manera de ser.
Esta expansión mental trae consigo la búsqueda de un nuevo círculo social, ya que si se migra solo (como es mi caso), la sensación de soledad llega a ser un tema a tener muy en cuenta, esta necesidad de socializar hace que se logre entender aún más el sitio al que se llegó, sin olvidar claro está que se tiene que hacer con cautela, debido a que nunca se estará más vulnerable a entrar en relaciones tóxicas o a problemas con la salud mental.
Se Extraña?
Mentiría el que diga que no se llega a extrañar aunque sea una mínima cosa del sitio de origen, debido a que la sangre llama, como popularmente se dice, lograr mantener una conexión con los orígenes, con esa cultura que llevamos dentro es al inicio una lucha entre aceptar la nueva o mantener la anterior, pero con el tiempo se encontrará un punto de equilibrio, este punto lograra que se aprecie realmente la esencia de la cultura de la que se hace parte al mismo tiempo que se admira a la que se está llegando.
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