Los procesos vinculados en el desarrollo del aprendizaje de una segunda lengua

La memoria es un proceso psicológico, sistemático, organizado y complejo, la cual permite que la información percibida a través de nuestros sentidos se pueda almacenar para posteriormente ser utilizada, además tiene relación directa con el funcionamiento de estructuras cerebrales que se interconectan para dar lugar a las diferentes experiencias del mundo las cuales se traducen en recuerdos consientes que se expresan a través del lenguaje. (Ardila & Rosselli, 1992, Ardila & Ostrosky, 2012).

La memoria no es un sistema unitario, posee un circuito anatómico de entrada y salida  y cuenta con una serie de etapas claramente definidas e identificables las cuales son; la codificación, en la que los estímulos son transformados en una representación mental, el almacenamiento por su parte, tiene como función guardar la información y organizarla y finalmente la recuperación, que es la forma de acceder a esa información previamente almacenada.  Téllez (2003)

Como se afirma en líneas precedentes, la memoria no es un sistema unitario, de hecho, a lo largo de la historia, el estudio de este proceso psicológico ha evidenciado un gran soporte empírico que da cuenta de su importancia en el aprendizaje. Desde esta perspectiva, Hermann Ebbinghaus desde 1885, citado por Montealegre (2003) inicia el estudio de la memoria a través de lista de sílabas sin sentido, utilizando diferentes métodos, esto demostró en primer lugar, las características del aprendizaje y la memoria, en segundo lugar, soportó cómo la memoria podía ser estudiada de manera científica, y en tercer lugar, aportó términos claves como “la curva del olvido” que fueron utilizados posteriormente por variedad de teóricos, en las que se expone el declive de la memoria con el paso del tiempo.

Sumado a esto, la psicología cognitiva, provee de una explicación importante en términos de la memoria y su relación con el aprendizaje y las funciones cognitivas de orden superior (funciones ejecutivas). Las investigaciones que se llevaron a cabo alrededor de los años 70 propusieron una diferenciación en los almacenes de memoria a corto y a largo plazo en donde Atkinson y Shiffrin proponen en 1968 un modelo multialmacen, es decir, que la memoria está compuesta por varios tipos de almacenes de información, los cuales son la memoria sensorial, la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo. De acuerdo con este modelo la información pasa desde la memoria sensorial a su almacenamiento permanente durante la memoria a largo plazo. Ballesteros (1999).

Posteriormente, la investigación abrió paso a la memoria de trabajo, un tipo de memoria a corto plazo, que permite la manipulación de la información “on-line” durante la realización de una tarea, la cual juega un importante papel a nivel de función ejecutiva. Baddeley y Hitch, en 1974, propusieron un modelo de esta memoria soportado en la evidencia. Dicho modelo fue reformulado por Baddeley en el año 2000 y consta de 4 componentes bien delimitados e interdependientes: el bucle fonológico, la agenda visuoespacial, el ejecutivo central y el buffer episódico. Tirapu-Ustárroz y Muñoz-Céspedes (2005). El bucle fonológico, funciona como un procesamiento subvocal, es decir, un repaso articulatorio el cual convierte la información léxica visual en representaciones fonológicas, Portellano (2005), la agenda visuoespacial, es la encargada de la información de tipo visual y espacial, es decir, los atributos o representaciones visuales y espaciales (Gontier, 2004), el ejecutivo central, se define como un sistema de control que media entre los otros componentes Bermeosolo (2012) y finalmente el buffer o freno episódico, el cual se relaciona con la memoria episódica, es decir autobiográfica. Ardila & Ostrosky (2012).

Diversos estudios (Osle, 2012, Montealegre, 2003, Cuervo, 2013 y Jiménez, 1997) afirman que la memoria juega un papel fundamental en la adquisición de una segunda lengua, en especial la memoria de trabajo, teniendo en cuenta que este tipo de memoria está implícita en el funcionamiento ejecutivo, el cual hace referencia a procesos cognoscitivos de orden superior en los que se encuentran la planeación, la inhibición, la flexibilidad cognitiva, el control atencional, entre otros, (Rosselli, Jurado y Matute 2008).

Los estudios realizados por Obler y Hanigan (1996), citados por Osle, (2012) evidenciaron que la memoria de trabajo de las personas que aprenden una segunda lengua es sobresaliente, por lo tanto su aprendizaje es más eficiente, puesto que  ayuda a predecir el ritmo de aprendizaje. Así mismo, Ellis y Schmidt (1997) citado por Osle, (2012) especifica la importancia del bucle fonológico, el cual trasciende a la adquisición del vocabulario e  involucra aspectos fundamentales de la sintaxis, lo cual es fundamental en una segunda lengua; de igual forma Miyake y Friedman (1998), afirmaron que la aptitud lingüística es un factor determinante que provee de mayor facilidad a la hora de aprender una segunda lengua y está relacionado con la memoria de trabajo, pues esta provee una capacidad analítica del lenguaje (visuoespaciales) al igual que una habilidad de codificación fonológica (bucle fonológico).

Atkins y Baddeley (1998) sugirieron que el bucle fonológico del modelo de memoria de trabajo podía ser responsable del mantenimiento y manipulación de la información acústica basada en el habla, la cual está involucrada en la adquisición de una segunda lengua, en efecto la investigación realizada por estos autores resalta que el bucle fonológico sigue siendo un predictor eficaz en el aprendizaje del vocabulario en una segunda lengua.

Se puede afirmar que la memoria es un proceso transversal en el aprendizaje de una nueva lengua, en especial la memoria de trabajo, vinculada al funcionamiento ejecutivo, sin embargo, es importante abordar todos los demás componentes de la memoria de trabajo, que podrían dar cuenta de un aprendizaje más enriquecedor. Pese a esta visión positiva, hay que especificar que en la actualidad existen críticas al modelo propuesto por Baddeley, pues se considera que abarca muy poco con respecto al mundo actual, desde esa óptica, es necesario sugerir que las nuevas generaciones han desarrollado una capacidad distinta en términos de su inmersión y uso de la tecnología; Contreras y Contreras (2014) en su estudio afirman que el uso de videojuegos promueven el aprendizaje de forma efectiva.

En conclusión, es necesario promover estrategias de aprendizaje significativo para la adquisición de una segunda lengua sin desconocer los procesos mnésicos involucrados. Está claro a lo largo de este ensayo, la importancia de la memoria en todas sus dimensiones, en especial la memoria de trabajo, sin embargo, este tipo de memoria al formar parte del funcionamiento ejecutivo, el cual es un proceso cognitivo de orden superior, requiere no solamente del proceso de maduración cerebral sino de un ambiente propicio, de la generación de alternativas en el proceso enseñanza aprendizaje, adaptado a las necesidades propias de cada estudiante, sin dejar de lado su proceso adaptativo social.

 

 

Claudia Victoria Vargas Rubio

Psicóloga con Especialización en Evaluación y Diagnóstico Neuropsicológico y Maestría en Neuropsicología Clínica; experiencia en el área clínica, musicoterapia, neuropsicología, investigación y manejo de personal. Se ha desempeñado como docente de tiempo completo de los cursos Atención, Sensación y Percepción, Pensamiento Investigativo y Lenguaje, Pensamiento y Memoria, en pregrado; y del curso Evaluación y Diagnóstico Neuropsicológico, en posgrado, acompañamiento docente en prácticas profesionales de pregrado y posgrado, asesoría en trabajo de grado y docente auxiliar en investigación.