Los “millennials» y la economía

Se conoce como “millennials” a la generación que nació entre 1980 y 1996. Los millennials son aquellos niños que crecieron en los albores de la expansión tecnológica y una economía fuerte; la mayoría de ellos cuenta con mínimo un estudio universitario y se caracterizan por su rechazo a los ambientes laborales, sociales y políticos que no responden a los ideales de libertad y expresión personal que éstos defienden.

Los principales rasgos de la generación “millennial” es su poca adaptabilidad al ambiente laboral tradicional, sus constantes deseos de viajar y conocer nuevos lugares, su alto grado de educación, su aversión por tener un estilo de vida tradicional basado en crear una familia, tener hijos y encontrar un trabajo estable. Todos estos rasgos los convierten en una generación de personas altamente preparadas, pero a la vez inconformes con el mundo que  los rodea; de allí su dificultad para adaptarse al medio laboral y social en el momento de culminar sus estudios.

En cuanto a temas económicos, los principales problemas de los “millennials” están originados en su necesidad de trabajar en algo que verdaderamente los apasione, en empresas que no restrinjan mucho su libertad y les permitan ir de ropa casual, y en su relación de amor y odio por la autoridad; pues por una parte atesoran su independencia y valoran sus habilidades, pero a la vez necesitan aprobación por parte de las figuras de autoridad para saber si están haciendo lo correcto. En términos de problemas a corto plazo, el problema de los milennials es la falta de adaptabilidad que tienen al medio empresarial y la dificultad de éste para asimilarlos en un medio que se ha construido durante décadas y no está preparado para una generación rebelde e inconforme.

A mediano plazo, el problema de los millennials también se encuentra en su productividad laboral, pues la productividad de las empresas, los dineros de la pensión de sus padres y la estabilidad económica del entorno en el que ellos se encuentran; dependen de la capacidad que tenga esta generación para producir y adaptarse al sistema. Si los sectores tradicionales de la economía no encuentran la manera de asimilar esta nueva fuerza laboral, empresas de renombre y sectores importantes para la economía de todos los países, se verán afectados y el futuro pensional y productivo de los países se verá comprometido.

Finalmente, a largo plazo, los mismos millennials sufrirán las consecuencias de su “revolución”, pues al ser una generación que se enfoca en su bienestar, crecimiento personal y evita al máximo “echar raíces”; el cambio generacional que estaría a cargo de los hijos de esta generación, estaría en riesgo; pues esta generación se caracteriza por evitar los hijos, o de tenerlos, hacerlo en una etapa tardía de su vida, por lo que, al igual que sus padres, los milennials probablemente tendrán problemas en términos de pensiones, liderazgo económico y empresarial, y recambio generacional.

En conclusión, cada cierto tiempo aparecen generaciones que tienen la vocación de cambiar su entorno y adaptarlo a las necesidades del momento; estamos todavía a tiempo de crear políticas públicas, prácticas empresariales y movimientos sociales, políticos y económicos que se encarguen de acoger esta nueva generación que busca romper con el sistema establecido. Todavía estamos a tiempo de aceptar el cambio, orientar estas mentes sabias pero rebeldes, que quieren y necesitan reconstruir su entorno para mejorar su calidad de vida. El éxito de las sociedades dependerá de la rapidez y eficacia con que se logre acoger a esta nueva generación.

Daniel Fernández Montoya

Politólogo de la Universidad Pontificia Bolivariana, escritor ocasional y lector permanente. Autor del blog cosimoenlosarboles.wordpress.com

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