Logoi – Turismo

Esta columna es un espacio dedicado a la búsqueda del sentido de las palabras. Un ejercicio arqueológico, etimológico y, si se puede decir, biográfico. Cada entrega nos permitirá conocer la historia, el significado, el uso y el sentido de una palabra.
Mauricio Montoya y Fernando Montoya

 

«Un viaje de mil millas comienza con un primer paso».

Lao Tse (filósofo Chino).

A finales del siglo XIX se editó en Francia un diccionario conocido como el “Le Littré”. Escrito por Émile Littré, un reconocido discípulo de Augusto Comte, el diccionario fue una apuesta por reconocer los orígenes etimológicos, sociales y culturales de una variedad de términos usados en la lengua francesa.

Una de las palabras incluida en ese corpus es la de “touriste”, la cual se define, peyorativamente, de la siguiente manera: «se dice de los viajeros que sólo recorren países extranjeros por curiosidad o desocupación, que hacen una especie de gira por países que suelen visitar sus compatriotas. Designa sobre todo a los ingleses que viajan por Francia, Suiza e Italia”. En otras palabras, personas que van de gira por el mundo, no con intereses educativos sino esnobistas y licenciosos.

Aunque con el tiempo el concepto ha cambiado y reducido su estigma, la definición de Littré, bien podría aplicarse al tipo de turismo que viene haciéndose popular en la ciudad de Medellín durante los últimos años. Un turismo asociado con tráfico sexual y narcotráfico.

Ya desde la antigüedad era común viajar con intenciones sexuales. El geógrafo griego Estrabón (64 a.c – 24 d.c) cuenta que en la ciudad de Corinto existía un templo dedicado a la diosa Afrodita al que llegaban centenares de extranjeros para copular con las mujeres que allí estaban. Este tipo de sexo era considerado sagrado y retribuido con unas cuantas monedas que las mujeres (llamadas hetairas en la antigua Grecia) dividían, una parte para el templo y otra como su rubro. De igual manera, Pausanias (110 – 180 d.c), considerado por algunos como el primer creador de una guía de viaje, relata situaciones similares a las contadas por Estrabón y que, según él, ocurrían en ciudades estado de Grecia como Argos.

Pero no es nuestra intención, en esta columna, desvalorizar la palabra turismo, la cual tiene también otras historias menos turbulentas. Se cree que este concepto (turismo) procede del francés “tour” (dar una vuelta) y hacía referencia al “Grand tour” que realizaban ciertos aristócratas de los siglos XVII y XVIII con fines educativos, artísticos o de negocios (Ya queda ilustrado de donde viene el “tour de france”). Con el correr de los años, la palabra se decantó en el inglés como “tourism” y se tradujo al español como turismo.

En tiempos antiguos y medievales no existía una idea de turismo como la concebimos hoy; lo más cercano al turismo eran las expediciones, como la del vellocino de oro de Jasón y los argonautas; las invasiones militares, como la de troya; los retornos, como el de Ulises a Ítaca; las peregrinaciones religiosas, como la de Egeria (una de las primeras mujeres viajeras de la historia); o los viajes exploratorios y comerciales, como los de Marco Polo, Ibn Batuta, Colón,  Zheng He, el capitán Cook, etc.

Ya en tiempos más modernos y con mayores posibilidades en la comunicación (barcos, trenes, aviones, entre otros medios de transporte) el turismo se generalizó tanto que incluso hoy se habla de turismo contaminante. No obstante, existe también un turismo alternativo que viene apostando por la autosostenibilidad y la agroecología y que busca recuperar los espacios naturales a pesar de la alta industrialización y la expansión de la jungla de cemento.

Pero, a pesar de todo esto, no puede pasar desapercibido que muchos de nosotros hemos experimentado el turismo gracias a la lectura de crónicas, diarios de viaje o historietas como la de las aventuras de Tintín. Eso sin contar con los viajes oníricos, astrales, extraterrestres o aquel del que ninguno de nosotros podrá escapar, cuando llegue, como dicen los mexicanos, la pelona.

 

Adenda.

Ojalá que esta columna sea una invitación a viajar, como dijera Giordano Bruno, por el infinito universo y sus mundos.

Logoi

Esta columna es un espacio dedicado a la búsqueda del sentido de las palabras. Un ejercicio arqueológico, etimológico y, si se puede decir, biográfico. Cada entrega nos permitirá conocer la historia, el significado, el uso y el sentido de una palabra. Por: Mauricio Montoya y Fernando Montoya

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