Lo que se hereda no se hurta

¿Hoy, qué ha significado para la ciudad más de cinco décadas de violencia criminal?, ¿cuáles han sido las respuestas institucionales y qué aprendizajes dejan?

«El olvido es seguridad»

(Salman Rushdie)

El anteproyecto del Plan de Desarrollo «Medellín cuenta con vos 2016-2019» plantea la visión de una ciudad más segura, más legal y más equitativa. Sostiene en el diagnóstico general que los problemas relacionados con la inseguridad constituyen una de las principales prioridades del Plan. Reconoce que la ciudad se ha caracterizado por la continuidad de «políticas públicas, programas y proyectos dirigidos a contrarrestar los fenómenos de pobreza extrema, violencia y delincuencia que obstaculizan el desarrollo humano integral de la población que impiden el crecimiento económico». Al reconocer los avances en la reducción del homicidio, afirma que «Sin embargo, no desconocemos la realidad que viven las comunas y corregimientos de Medellín, cuyas problemáticas se asocian al control territorial y poblacional de organizaciones delincuenciales». Más adelante reafirma la profesión de fe hecha por el entonces candidato: «…la seguridad representa un pilar fundamental para la sociedad, una seguridad que no es de izquierda ni de derecha sino un derecho que hay que garantizar a la totalidad de la población».[1]

De la lectura de la «Dimensión Estratégica Recuperando la seguridad y la convivencia ciudadana» del Anteproyecto del Plan de desarrollo, se hace evidente una gran la omisión: el diagnóstico ignora la pertinencia y los resultados de las políticas, estrategias y programas implementados en las administraciones anteriores, especialmente la que hereda el Alcalde Federico Gutiérrez.

Es un error inaugurar el mundo en cada nueva administración y peor aún, ignorar los avances y los aprendizajes que en materia de seguridad ha acumulado una ciudad que ha vivido durante décadas múltiples y arraigadas violencias. No es posible hacer una adecuada planeación de la seguridad y la convivencia y menos aún ser exitosos, sin tener conciencia de los resultados de las políticas, estrategias y programas de seguridad implementadas en el tiempo y sobre todo, de la evolución de la criminalidad y la violencia en la ciudad, pues los delincuentes aprenden y mutan a necesidad.

¿Hoy, qué ha significado para la ciudad más de cinco décadas de violencia criminal?, ¿cuáles han sido las respuestas institucionales y qué aprendizajes dejan? Nada se dice al respecto. Se argumentará, con razón, que se trata de formular un Plan y no de escribir un tratado de sociología criminal. Dando por pertinente el argumento, será menester concentrarse en algunos tópicos.

Nada se dice de lo que significó la política de «Todos por la Vida»[2] que la anterior administración reivindica como causante de los formidables resultados en la disminución del homicidio, a pesar de que para muchos entendidos la misma fue producto del llamado «pacto del fusil» entre los capos de la criminalidad local. Estamos entonces frente a tres escenarios. Uno, si la disminución de los homicidios fue consecuencia de la política de seguridad, habría que mantenerla o a los sumo afinarla. Dos, si lo que funcionó fue el tal «pacto», deberán decirnos si se auspiciará su mantenimiento y si se está trabajando en un acercamiento con el crimen organizado para que se someta a la justicia en condiciones de actor cuasi-político[3]. Y tres, si se optará por cumplir el programa de gobierno del hoy alcalde: declarar una guerra institucional contra el crimen organizado alineando la institucionalidad y la ciudadanía en este propósito[4]. Esta claridad es fundamental.

A la pregunta elemental por los resultados de la estrategia de seguridad anterior, debería responderse con estadísticas e inversiones en mano, dando cuenta de los costos de la reducción de la criminalidad, las judicializaciones efectivas y el mejoramiento de los niveles de percepción de seguridad y confianza ciudadana en la policía. Igual debería haberse hecho con la estrategia de intervención en los 101 de los 384 llamados «puntos calientes» que al decir de la pasada administración, redujo la criminalidad en un 70%. Informó el entonces Alcalde Gaviria que eran tan buenos los resultados, que el Señor Presidente de la República extendería tal iniciativa a todo el país.[5]   

Un tema que afecta sensiblemente el combate a la criminalidad tiene que ver con el temprano desmantelamiento de la arquitectura institucional, por la que se había creado una Secretaría de Seguridad, para dejar en la Secretaría de Gobierno los temas propios de la convivencia ciudadana: el espacio público, la justicia administrativa ejercida por Inspectores y Comisarios y los derechos humanos. Este viraje institucional ha creado problemas de planeación y respuesta mientras se “reorganiza” la casa. A la novel Secretaria de Seguridad, creada por la anterior administración, además de los asuntos de la seguridad propiamente dicha, le volvieron a colgar los tradicionales temas de la Secretaría de Gobierno. ¡Un cambio de 360 grados!

El olvido no solo afecta la estructura administrativa, la política y lo realizado por anteriores administraciones, de las cuales hicieron parte varios de los actuales operadores de seguridad. Incluye también una importante producción de conocimiento en asocio con la academia, las ONG y los organismos internacionales. Estos estudios estuvieron orientados a caracterizar los fenómenos criminales de la ciudad, a determinar la victimización y percepción de seguridad, a implementar estrategias de intervención y a evaluar y recomendar políticas públicas en seguridad. ¿Para qué sirvieron esos estudios? ¿Por qué razón ni siquiera se mencionan en el diagnóstico?[6]

A manera de colofón es recomendable volver sobre lo expresado en el programa de gobierno del entonces candidato y hoy alcalde: «No se trata de empezar de nuevo, la ciudad ha tenido importantes avances en materia de seguridad que no solo reconocemos, sino que consideramos deben continuarse. Se trata de hacer una revisión juiciosa de lo que ha funcionado para potenciarlo y construir sobre esto».[7] Están en deuda.

 

[1] Ver artículo en : http://www.bajolamanga.co/index.php/invitados/item/1004-el-extraviado-cascabel-del-gato

[2] El balance de la administración Gaviria destaca que los éxitos en materia de seguridad y en particular de la reducción de las tasas de homicidio, se debieron a las cuantiosas inversiones en la Policía, el apoyo a la fiscalía y la modernización tecnológica. Así mismo se formuló un Plan integral de seguridad y convivencia, se implementaron 411 cuadrantes, se creó un “Grupo de objetivos de alto valor”, se conformó un Gaula Metropolitano para el combate a la extorsión, se dotó un moderno laboratorio de criminalística y se atacó decididamente las ollas o expendios de vicio. Ver:http://www.noticiascolombianas.com.co/index.php/59047/seguridad-en-medellin/

 

[3] Ver: http://www.semana.com/nacion/multimedia/oficina-de-envigado-quiere-someterse-a-la-justicia/465066

[4] “En la línea del diagnóstico, una de las grandes amenazas y obstáculos para la seguridad de Medellín es la violencia instrumental. En contra de ésta existen tres posibilidades: o se le cede el paso; o se llega a un acuerdo; o, como en efecto debe hacerse, se acude al poder legítimo e institucionalizado del Estado”. (Programa de Gobierno de Federico Gutiérrez, pág. 31)

[5]ver:https://www.medellin.gov.co/irj/portal/ciudadanos?NavigationTarget=navurl://4e9eebecbaba50b63bf22898f5d15d2e

 

[6] Entre otros: “Economía, rentas criminales y políticas públicas en Medellín”. “Encuesta de percepción sobre seguridad, victimización y convivencia en Medellín”. “Memoria institucional de la implementación del Plan Integral de Seguridad y Convivencia-PISC- sus instrumentos y herramientas de territorialización”. “Retos de la seguridad y la convivencia en un escenario de posconflicto en la ciudad de Medellín”. “Seguridad y convivencia en Medellín: aproximaciones empíricas a sus atributos y desafíos”. Ver: https://www.medellin.gov.co/irj/portal/ciudadanos?NavigationTarget=navurl://ab0520a326e977f32895dd8eaa13cefe

[7] Programa de Gobierno Federico Gutiérrez Zuluaga 2016-2019 “Porque Creemos en Medellín”

Jesús María Ramírez Cano

Ciudadano de Medellín, Abogado de la UDEA, Consultor independiente en temas de seguridad, convivencia y ordenamiento territorial.

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  • […] El anteproyecto del Plan de Desarrollo «Medellín cuenta con vos 2016-2019» plantea la visión de una ciudad más segura, más legal y más equitativa. Sostiene en el diagnóstico general que los problemas relacionados con la inseguridad constituyen una de las principales prioridades del Plan. Reconoce que la ciudad se ha caracterizado por la continuidad de «políticas públicas, programas y proyectos dirigidos a contrarrestar los fenómenos de pobreza extrema, violencia y delincuencia que obstaculizan el desarrollo humano integral de la población que impiden el crecimiento económico». Al reconocer los avances en la reducción del homicidio, afirma que «Sin embargo, no desconocemos la realidad que viven las comunas y corregimientos de Medellín, cuyas problemáticas se asocian al control territorial y poblacional de organizaciones delincuenciales». Más adelante reafirma la profesión de fe hecha por el entonces candidato: «…la seguridad representa un pilar fundamental para la sociedad, una seguridad que no es de izquierda ni de derecha sino un derecho que hay que garantizar a la totalidad de la población».[1] […]