“Por medio de un procedimiento muy simple se puede iniciar un proceso para curar enfermedades que, hasta hace muy poco, todos los médicos pensaban que eran incurables”.
Solo el 30% de los pacientes que necesitan un trasplante de médula ósea encuentran un donante en su familia. Por eso, existe una lista mundial de personas, como usted y como yo, que estamos dispuestos a dar un pedacito de nosotros mismos para cambiar la vida de otro.
El trasplante de médula ósea es técnicamente llamado «trasplante de células madre». Estas células, por sus propiedades, tienen la capacidad de convertirse en células de cualquier tipo y, por eso, tienen la oportunidad de curar algunas de las enfermedades más mortales, como la leucemia, el mieloma y el linfoma.
Hay personas que son candidatas a un autotrasplante, es decir, que pueden recibir sus propias células de la columna en el lugar del cuerpo que las necesiten. Pero la mayoría de los pacientes necesitan un trasplante alógeno, o sea, de las células de otro.
Para donar, hay dos caminos: la recolección periférica, que consiste en una toma de sangre casi usual. La única diferencia es que hay que tener agujas en ambos brazos y durante los días anteriores hay que tomar un medicamento para que las células madre migren desde la columna hacia todo el cuerpo. El otro camino es la toma directamente de la columna; esto se hace bajo anestesia general y los riesgos son mínimos.
Al hacerse los exámenes para entrar a la lista mundial de donantes (https://bethematch.org/) hay que entender que la donación es anónima. Uno nunca va a saber si sus células las recibió un niño serbio, una mujer china o un joven peruano. Es más, uno nunca sabe si va a necesitar las células de alguna de esas personas.
Como es tan difícil encontrar un donante apto, dado que la compatibilidad genética tiene que ser muy especial, al entrar a la lista de donantes, se tiene que estar dispuesto a ser contactado en los siguientes 10 años.
El único requisito, además de tener entre 18 y 50 años, no estar embarazada y no tener una enfermedad autoinmune, es tener la determinación de querer salvar una vida. Por medio de un procedimiento muy simple se puede iniciar un proceso para curar enfermedades que, hasta hace muy poco, todos los médicos pensaban que eran incurables.
No quiero decir «imagínese que fuera su hija la que necesitara estas células», porque tenemos que dejar de hacer actos buenos solo cuando sentimos empatía de ese tipo. No, imagínese que es cualquier ser humano. Cualquiera. De cualquier color, de cualquier país, de cualquier religión, de cualquier edad. Un ser humano que se puede curar si usted llena un formulario y se somete a un procedimiento sencillo.