Limpiando la Quebrada Santa Elena

“Desde la particularidad, podemos poner nuestro granito de arena, llevando la basura del confite en nuestros bolsillos hasta llegar a casa; separando los residuos; o, cómo nosotros que decidimos como Corporación Medioambiental y Social La Aná, tomar las herramientas, ensuciarnos, sembrar árboles, para ver la Quebrada Santa Elena limpia, bonita y majestuosa y, ojalá, por qué no, a futuro como un referente económico y turístico de nuestra ciudad.”.


El pasado 3 y 10 de diciembre de 2023 quienes se empiezan a llamar Corporación Medioambiental y Social La Aná – Coraná, han motivado el inicio de las labores que tiene como objeto principal la limpieza, conservación, restauración y resignificación de la Quebrada Santa Elena, promoviendo su importancia ambiental y fomentando la participación activa de la comunidad en las labores de cuidado de la misma.

La Aná como era llamado este afluente por los indígenas que habitaban sus laderas, recorre unos 25 kilómetros desde la montaña hasta desembocar en el río Medellín. Hacia el año 1800 este recorrido de aguas cristalinas y limpias era eje y referente de desarrollo para las comunidades que llegaron a habitar la villa, en sus orillas acamparon colonizadores españoles y sobre sus bordes se fundó nuestra ciudad. Fue fuente de energía de las primeras luces eléctricas encendidas el 7 de julio de 1898 en la inauguración del parque Villanueva y, además, era un referente de goce de las familias que frecuentaban sus aguas para disfrutar de un buen chapuzón.

Su recorrido libre sobre el camino daba aire y vida al entorno de Medellín, los charcos de La Toma, El Resbaladero, La Bodega y El Guayabito, eran lugares de disfrute en los veranos. Lastimosamente, frente a la creciente población de la ciudad, al auge urbano y al paso de barrios obreros, industria y franjas férreas, el importante afluente dejó de ser, al igual que sus afluentes, referentes de agricultura, pesca, baño y, más triste aun, su contaminación empezó a ser un proceso inminente.

Basuras y malos olores empezaron a ensuciar sus orillas y a enturbiar sus cuencas. El lugar que inicialmente fue referente de disfrute y goce se empezó a convertir en una alcantarilla descubierta y, a causa de esto, inicia el debate que propuso cubrirla. Entre 1924 y 1925 inicia su canalización, en el tramo entre Junín y Palacé. Posteriormente, hacia 1930 se continúa su cubrimiento desde Junín hacia arriba. Finalmente, hacia el 50 y luego de varias discusiones de interés político, se terminó la obra hasta el río. En su totalidad quedó sepultada la quebrada a su paso por el Centro, imponiendo otro paisaje que, incluso, se llevó arboledas, jardines, casas y palacios emblemáticos.

Una aventura bonita nos motiva, consideramos que es momento de dejar de ver desde la orilla de la doxa (opinión) y tomar posición desde la acción. Pusilánime quien desde el discurso pretende ver todos los espacios de esta casa común cuidados y limpios. Desde la particularidad, podemos poner nuestro granito de arena, llevando la basura del confite en nuestros bolsillos hasta llegar a casa; separando los residuos; o, cómo nosotros que decidimos como Corporación Medioambiental y Social La Aná, tomar las herramientas, ensuciarnos, sembrar árboles, para ver la Quebrada Santa Elena limpia, bonita y majestuosa y, ojalá, por qué no, a futuro como un referente económico y turístico de nuestra ciudad.

Iniciamos con este proceso que, de manera altruista, pretende devolverle la majestuosidad a este afluente que en algún momento fue referente económico y recreativo de la ciudad. Impulsamos esta causa con el deseo de ver la quebrada y sus fuentes hídricas aledañas (156), limpias y reforestadas. En nuestras primeras jornadas, nos aventamos y recogimos basuras e hicimos la siembra aproximada de 100 árboles —¬Guayacanes Amarillos, Chagualos y Alisos—. Compartimos como familia y amigos el inicio de estos trabajos y nos embarcamos en la aventura ambiental aportando de manera significativa a la conservación de esta nuestra casa común.


Todas las columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/jaljaramillo/

 

John Jaramillo

Educador apasionado y convencido del camino que allana la educación para gestar generaciones honestas, responsables y constructoras de sociedad. Licenciado en Filosofía y Educación Religiosa de la Fundación Universitaria Católica del Norte; magister en Tecnología Educativa y Competencias Digitales; actualmente, abogado en formación.

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