Liderazgo ético

“Según Treviño, Hartman y Brown (2000) El liderazgo ético se basa en la capacidad del líder de enfocar la atención de la organización en la ética y los valores y de inculcar a la organización los principios que orientarán las acciones de todos los empleados”. El liderazgo incluye capacidades de gerenciamiento, pero sus cimientos deben estar construidos sobre la integridad, honestidad, humildad, coraje, confianza, compromiso, sinceridad, pasión, determinación, sabiduría, la sensibilidad por el otro, y, sobre todo, entender que ser líder viene primero del comportamiento, segundo de las capacidades y, tercero, de la responsabilidad de liderar en armonía con los principios y valores.

Hoy en día, el liderazgo ético es más importante que nunca, y por una razón muy práctica. El mundo es más transparente, está mucho más conectado que antes; las acciones y las filosofías de los gobiernos y gobernantes son observadas y analizadas por más personas y en mayor detalle. La sociedad tiene mayor conciencia e interés en las responsabilidades que ejercen los líderes con respecto a las finanzas, el desarrollo social, la diversidad, el medio ambiente y la transparencia, por tanto, el líder moderno necesita comprender todas estas variables para poder dirigirlas.

Todo gobernante debería estar en una construcción constante y continuo crecimiento del ser, mejorando no solo las capacidades intelectuales, académicas o físicas, sino también el fortalecimiento de las virtudes, practicándolas a la largo del tiempo, desde la juventud hasta la edad adulta, para que los buenos valores se conviertan en un hábito y se transformen en parte integral del carácter de la persona. El líder debe aplicar un mejoramiento constante que lo llevé a reflexionar sobre lo que es mejor para la comunidad que gobierna, entendiendo que un líder no solo se debe al poder y la burocracia.

Actualmente Medellín tiene como alcalde a Daniel Quintero, una persona que, como candidato y como gobernarte, ha demostrado carecer de toda ética. Quintero es sido un líder negativo que ha generado profundas divisiones sociales en la ciudadanía, deteriorando la confianza en las instituciones, empresas y academia. Su liderazgo, basado en las mentiras, los ataques personales, la desinformación y falta de transparencia, está llevando a nuestra ciudad a un retroceso económico, cultural y social donde los más afectados son los ciudadanos en situación de vulnerabilidad, como nuestros niños y niñas que requieren del buen funcionamiento del gobierno local.

Señor Quintero, lo invito a que evalúe sus acciones, declaraciones y empiece a liderar con el ejemplo. Los medelinenses necesitamos que inicie de nuevo Buen Comienzo, se retome el rumbo de EPM y se respete su gobierno corporativo, que Ruta N siga siendo una entidad técnica con los mejores profesionales de la ciudad y no una entidad burocrática para el pago de favores político. Por favor, piense en los ciudadanos, en Medellín y no en su EGO.

 

Santiago Narváez Lombana

Ingeniero de Producción-Universidad EAFIT, MBA, lector y deportista.

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