A comienzos del milenio, mientras muchos colombianos hacíamos nuestros primeros recorridos en el mundo virtual, aparecieron a nivel mundial los primeros sitios web que ofrecían a las personas la posibilidad de comunicarse bidireccionalmente; y tan solo tres años después las exitosas redes sociales MySpace, Friendster, Tribe y Xing.
Ellas marcarían el camino para las que hoy conocemos y seguramente usamos: Facebook, Twitter, Instagram; plataformas que en un lapso excesivamente corto, cercano a los 10 años, lograron convertirse en parte de la vida de millones de personas de todos los lugares de la tierra y de todas las condiciones; desde ciudadanos del común, hasta Presidentes, Pontífices y celebridades de la farándula.
Por ejemplo la red social Facebook, contaba a enero de 2018 con más de 2000 millones de usuarios; de esos 26 son colombianos; que acceden como mínimo una vez por mes a la plataforma ¡Sí! más de la mitad de la población del país. Según datos suministrados por el director de Facebook para Colombia Juan Pablo Consuegra.
Si bien en sus inicios, las redes sociales fueron consideradas por algunos como una banalidad o pérdida de tiempo, esta visión cambió, al punto que más de 400.000 mil microempresas de nuestro país, han seleccionado esta plataforma para conectar con su audiencia, de modo que hoy en día las empresas, independientemente de su tamaño no se conciben sin un sitio web y presencia en redes sociales.
Pero ¿Qué tan productiva es esta presencia? ¿Los directivos consideran el digital un canal rentable de marketing? Según datos de la consultora en marketing digital, Econsultancy, en apenas el 22% de las empresas están satisfechas con sus tasas de conversión; entendiendo por esto, las acciones concretas que realiza la audiencia de los canales digitales en las cuales la empresa obtiene algún beneficio; por ejemplo: el correo electrónico de un visitante de su sitio web; una suscripción a un newsletter, o mejor aún, una compra.
En otras palabras, aunque las empresas están usando sus canales digitales, sienten que es un esfuerzo infructuoso; pero ¿Cómo ser visible en ese universo digital donde miles de competidores están presentes? ¿Qué hacer para atraer a una audiencia que, consciente del valor de su información y la importancia de la privacidad, es más reacia entregar sus datos? o peor aún ¿cómo vencer la caída en el alcance orgánico en las publicaciones, que llegó con la implementación del nuevo algoritmo de Facebook?
Indudablemente requiere de un cambio de dirección, en que el punto de partida de las estrategias digitales sean las necesidades y los momentos de la audiencia. ¿Qué necesitan de mi empresa?; ¿Quiénes nos buscan en canales digitales?; ¿En qué momentos? (…) Algo que únicamente podemos responder con datos de nuestra audiencia: conociendo sus comportamientos, midiendo sus acciones en nuestras redes y sitio web; respondiendo sus inquietudes.
Lo anterior, inexorablemente, nos obliga a cambiar la forma de llegar al público; hay que “robarse” su atención en un universo digital lleno de infografías, videos, tutoriales, entradas de blog; ya que, si el contenido publicado no es lo suficientemente novedoso, llamativo, útil y capaz de enganchar, sucumbirá en el océano de publicaciones del ciberespacio. Igualmente, debemos sumar las exigencias de un entorno tecnológico en que el pc dejó de ser el dispositivo más usado para estar en línea, desplazado por la omnipresencia y portabilidad del Smartphone.
En síntesis; conocimiento del usuario, pensamiento estratégico en digital y creatividad son la mezcla que permitirá llevar las redes sociales del me gusta al lo compro.