“Colombia está viviendo un tiempo aciago, oscuro, desesperanzador, donde no hay un rumbo, ni un capitán y los tripulantes son personas incompetentes que toman decisiones basados en la ideología que en el bienestar del pueblo colombiano”
El gobierno del presidente Gustavo Petro se basa en las reformas que piensa “imponer” en el país y a casi ocho meses de su mandato insiste en ellas pero cojea cada día más el trámite de las mismas. El Congreso que en un inicio parecía que lo tenía comprado, arreglado y asegurado no le es del todo “leal”, puede que, muchos congresistas estén abriendo los ojos ante la realidad cruda como otros muchos chantajeando al gobierno para que les den más plata y más puestos. Total que el país vive uno de sus momentos más infaustos de su historia porque hay un capitán que maneja un barco pero sin tener claro el rumbo y su tripulación.
El presidente ya puso sobre la mesa del Legislativo varias propuestas de reforma que quiere hacer para el país, la Reforma Política; la Reforma a la Salud; la Reforma Pensional y la Reforma Laboral. Esas son, digamos, las reformas neurálgicas para el gobierno y para el país toda vez que se conjugan en un cambio institucional radical. El presidente quiere cambiar modelos que han estado por muchos años en la mente y en el quehacer del pueblo colombiano luego no son de menor atención dichas reformas.
Todas las reformas de Petro tienen que ser revisadas por el Congreso y adicional buscar consensos para poder aprobarlas. Ya Colombia sabe que los congresistas que tenemos no sirven ni para leer, luego las reformas así estén mal redactadas no es un problema, el verdadero problema de las reformas son las coimas, los puestos y la plata que el gobierno nacional le de a los caciques políticos y a los congresistas chupasangre.
Así las cosas, la Reforma Política tuvo un aire esperanzador en su primera discusión o primera vuelta e finales del año pasado, algunos congresistas aprobaron aquella reforma “esperando” que en la segunda vuelta de discusión se arreglaran algunas cosas que desde el inicio no sonaban bien, por ejemplo, el tema de la lista cerrada obligatoria, del transfuguismo o de la puerta giratoria para congresistas y ministros. Desde el inicio la Reforma Política estaba llena de “micos” que pasando los días se volvieron “orangutanes”.
Total que en medio de la discusión de la Reforma Política en segunda vuelta los congresistas muchos que no les dieron su cuota se bajaron del bus de la reforma porque otros congresistas denunciaban todos los días los horrendos artículos que hacían de las elecciones y del sistema político una organización para darle poder a los jefes de los partidos políticos. Por eso el presidente del Congreso y jefe-fundador de una nueva organización política llamada La Fuerza de la Paz, Roy Barreras, insistía en la aprobación de esa reforma, pero esta vez si los cálculos le fallaron, muchos congresistas se retiraron en apoyar eso que tanto le desvelaba. Pero como Roy nunca tiene la culpa salió diciendo que esa reforma no contenía los temas claros y salió como el gran defensor de la democracia. Roy no es solamente un “camaleón” sino que también ahora hace parte de la especie de los felinos, específicamente de los gatos, que caen parados. Es decir, Roy se equivoca pero él nunca tiene la culpa. Total que la Reforma Política se HUNDIÓ en el Congreso de la República por falta de apoyo parlamentario.
También está en discusión la Reforma a la Salud ya presentada por el gobierno al Congreso y se está debatiendo. Es una reforma muy importante por los impactos que puede tener si es aprobada, se estaría cambiando un sistema de salud que puede que sea deficiente en algunos aspectos pero que durante más de 30 años ha sido una garantía para la vida de los colombianos.
La Reforma a la Salud todavía no está aprobada por el Congreso, es más, tambalea al igual que la Reforma Política y podría tener el final de esta última (ojalá), es decir, se puede HUNDIR en medio de la discusión parlamentaria. Pero ¿por qué? Como al inicio señalé las reformas o cualquier Proyecto de Ley necesita consensos en el Congreso y eso se consigue a través de coimas y puestos. Al parecer los partidos que son el punto de inflexión del gobierno todavía no se convencen de esas propuestas de reforma y si se retiran es una realidad que la Reforma a la Salud se caiga.
Son tres los partidos que necesita el gobierno para aprobar su Reforma a la Salud, el partido de la U; el partido conservador y el partido liberal. Este ultimo ya dijo que se baja de ese bus aunque en política todo puede pasar y se vuelvan a subir en la estación próxima. Pero sin duda alguna esa reforma también tambalea y el sueño del presidente Petro de hacer sus reformas sin ningún tropiezo se está quedando en eso, en un sueño porque nunca serán realidad.
Pero quedan dos reformas adicionales que también tocan puntos muy importantes y neurálgicos de la nación como la Reforma Laboral y la Reforma Pensional que están dando sus primeros pasos en el Congreso y/o está todavía gestándose en las oficinas burocráticas de los ministerios. Por lo que se conoce y por la información que ofrece la prensa y el trabajo de algunos opositores se puede deducir que la Reforma Laboral hará que el empleo descienda, que la informalidad laboral se dispare y que la situación social se precarice.
Por otra parte está la Reforma Pensional que pone en peligro el ahorro de muchos años de millones de colombianos toda vez que se propone que el ahorro sea dinero de la caja menor del gobierno y no haya garantía de pensionarse. Esto es, el gobierno cree que el ahorro que hace un trabajador durante sus años laborales le pertenece al Estado y por lo tanto es este el que debe administrarlo y además de decir que es un buen administrador. Lo que la realidad ha demostrado durante mucho tiempo es que la plata que “administra” el Estado se la roba y la dilapida en cosas innecesarias a favor de los políticos, todos unos ladrones con corbata y buenos sueldos.
Colombia está viviendo un tiempo aciago, oscuro, desesperanzador, donde no hay un rumbo, ni un capitán y los tripulantes son personas incompetentes que toman decisiones basados en la ideología que en el bienestar del pueblo colombiano. Sin embargo, en Colombia todavía existe democracias y las instituciones todavía funcionan a pesar de los ataques de locos que hasta proponen cerrar el Congreso sino se aprueban las reformas.
Colombia no puede dejar que la democracia se pulverice porque el gobierno de Petro propone una serie de reformas, es mentira que el “el cambio son las reformas”, la realidad es que esas reformas harán de Colombia un estado fallido, sin rumbo y sin esperanza en donde nuestros niños crecen viendo chambonadas y nuestros jóvenes se van del país porque ven que hay un gobierno que no garantiza oportunidades de vida, de estudio y de trabajo.
Ojalá que Colombia no esté viviendo el preludio del ocaso de la democracia.
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