En la lista de peticiones del Comité Nacional del Paro (CNP) se encuentra la siguiente propuesta proteccionista:
“Defensa de la producción nacional y el empleo con derechos. Defensa de la soberanía y la seguridad alimentaria”
Hay que señalar es que esta no es una reivindicación gremial sino una propuesta política y que, por tanto, debe ser dirimida en los espacios que la democracia tiene para ello: las elecciones y el congreso.
El proteccionismo es enemigo del comercio internacional libre por la vieja crecencia mercantilista según la cual una balanza comercial “desfavorable”, es decir, cuando el valor de las importaciones excede el valor de las exportaciones, es nociva para el empleo y la producción nacional. La teoría económica y los hechos han refutado el alegato proteccionista que no es tomado en serio por ningún economista. Todos los países del mundo hacen parte de la Organización Mundial del Comercio cuyo objetivo final es la eliminación de las barreras arancelarias y paraarancelarias que obstaculizan el comercio internacional. En Europa 27 países se han unido para conformar un mercado único en el que circulan libremente mercancías, capitales y personas; y 19 de ellos adoptaron el euro como moneda única.
Los proteccionistas tienen una obsesión por la balanza comercial creyendo que un déficit es necesariamente una tragedia, sin comprender que es la balanza de pagos la que determina el comportamiento de la comercial. Un país en desarrollo, que no genera suficiente ahorro, el ingreso de inversión extranjera directa se traduce en un aumento de las importaciones – maquinaria, equipo, materias primas, etc.- en las que se materializa esa inversión. El déficit en la balanza comercial puede obedecer también al déficit fiscal y al consiguiente endeudamiento público, pero en este caso el problema se resuelve corrigiendo ese déficit fiscal.
La expresión “defensa de la soberanía y seguridad alimentaria” alude a la forma más inicua de proteccionismo: el proteccionismo agropecuario que se traduce en la elevación del precio de los alimentos y el aumento de las rentas de los terratenientes.
Contrariamente a lo que afirman los promotores del paro, Colombia es un exportador neto de productos agropecuarios. Entre 2010 y 2020, se importaron 26.560 millones de dólares en productos del sector agropecuario y se exportaron 28.638 millones, lo que arroja un excedente 1.808 millones.
TABLA 1
Cuando se examina la balanza comercial del sector agro-alimentario, que incluye los alimentos y bebidas procesadas, las cifras desmienten una vez más los planteamientos del Comité Nacional del Paro. Entre 2010 y 2020, Colombia exportó productos agropecuarios y alimentos por 77.160 millones de dólares e importó por 69.022 millones, lo cual arroja un excedente de 8.138 millones.
TABLA 2
En síntesis: el valor de las exportaciones agropecuarias y alimenticias excede el valor de las importaciones. La “defensa de la seguridad alimentaria” no es más que la defensa de los intereses de algunos productores ineficientes, incapaces de exportar e incapaces de competir con los productos importados. El proteccionismo se traduce siempre en elevación del precio de los alimentos y las materias primas agrícolas y beneficia a los terratenientes.
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