“Para muchas autoridades no ha sido una prioridad el sector educativo, y será importante, conforme esta pandemia vaya perdiendo terreno se le dé la debida importancia”
Es cierto que la educación es un derecho, que para tener un futuro mejor es algo indispensable, que nos abrirá las puertas a nuevos caminos y a mejores condiciones. Ahora estamos por vivir un rezago importante en todos los niveles educativos. Aunque se ha trabajado en línea, con legajos de copias para trabajar, o rellenando libros, ¿los docentes pueden afirmar que se han cumplido los aprendizajes de los contenidos que se tenían previstos para este ciclo escolar?
Teniendo en cuenta los contextos de muchos países latinoamericanos, donde la desigualdad es parte de la vida cotidiana de muchos alumnos, esta etapa de educación a distancia sin duda traerá un gran rezago que miles de docentes tendrán que revertir. Pero esta tarea no será fácil. Las condiciones de muchos colegios son muy variadas. Hay de escuelas privadas a escuelas privadas y lo mismo sucede en las escuelas públicas. Encontraremos escuelas privadas que ofrecen en sus servicios sistemas llenos de tecnología como el AMCO que trabajan plataformas (desde antes de la pandemia) como google classroom, videollamadas, trabajos en libros electrónicos y que evidentemente el trabajo a distancia fue solo de adaptación. Lo mismo sucedió en muchas instituciones privadas a nivel medio superior y superior que solo migraron a sus alumnos escolarizados al sistema online. Pero no todas las escuelas privadas tienen este nivel de recursos, y peor aún, la brecha es enorme si hablamos de la educación pública donde en ocasiones no se cuenta con los servicios básicos como lo son, agua, luz y ahora el internet.
Esta brecha se incrementa cuando hablamos de las zonas rurales y de provincia, donde las escuelas son escasas, son multigrado, o están en zonas de pobreza y marginación. ¿Qué pasará con todos estos alumnos que no tienen las herramientas necesarias para hacer un trabajo a distancia? Lo más sencillo para muchos gobiernos ha sido pasar a todos los alumnos al siguiente grado, promediar el trabajo que ya se tenía y considerar las diferentes situaciones que tiene el alumno. Probablemente se pueda pensar que es algo justo, pues la pandemia evidentemente rebasó a todos los gobiernos del mundo, con más razón a los sistemas educativos de todos los países.
Aun así, quedó en evidencia la falta de protocolos y de ideas para poder satisfacer la demanda educativa. Se ha observado hartazgo de parte de miles de padres de familia, pues ahora muchos valoran y se dan cuenta que la labor docente no es un trabajo fácil, que como a veces se piensa, cualquier persona puede hacer. Lo más preocupante es ¿Qué pasará con los alumnos que estaban por egresar a otros niveles educativos? En algunos casos, como en México, no se realizará examen para el nivel de primaria a secundaria, pero no se han definido los parámetros para saber cuál será el procedimiento de actuación. Y ¿Qué pasará con los niveles medio superior y superior?
El nivel educativo deja mucho que desear, estamos inmersos en una educación que aún es muy tradicional, donde se trabaja a través de un pizarrón, apuntes y examen y esto se vuelve a repetir. Estamos lejos de salir de este sistema que está funcionado desde hace 100 años y que su evolución ha sido muy lenta.
Y ahora con esta pandemia traerá un rezago evidente para muchos alumnos, lagunas de conocimientos básicos que podrían afectar para su avance al siguiente nivel educativo.
Para muchas autoridades no ha sido una prioridad el sector educativo, y será importante, conforme esta pandemia vaya perdiendo terreno se le dé la debida importancia, se creen modelos educativos adecuados al contexto de cada país, que no se imiten por imitar muchos modelos, que si bien han tenido éxito, como el mil veces mencionado de Finlandia, hay que tener en cuenta el contexto del país, y de su sociedad, pues los padres se involucran en la educación de sus hijos y la cantidad de alumnos por salón es mucho menor que los 50 o 60 que se tienen en muchas aulas públicas, eso sin mencionar los salarios buenos que tienen los docentes de aquel país.
Serán necesarias realizar los ajustes necesarios para los siguientes ciclos escolares, pues, si ya los sistemas educativos latinoamericanos están por debajo de la media (la gran mayoría) según la OCDE. Así como vendrán problemas sociales, políticos y económicos, no hay que desestimar la cuestión educativa, pues no todos los sectores, por esta gran brecha entre servicios escolares y familiares que persisten en nuestros países llenos de desigualdad, pudieron tener acceso a esa educación a distancia, o solo rellenaron libros con la esperanza de pasar una materia, pero no con el fin de lograr aprendizajes.
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