Laissez faire, laissez passer

“En tiempos de incertidumbre económica, la verdadera solución radica en dejar espacio para la libertad y la creatividad del individuo: laissez faire, laissez passer”.
–Cristian Romero.

El ICP (Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga) nos ofrece un estudio detallado sobre la evolución de las políticas económicas en nuestro país durante los primeros siete (7) meses del año. Según este informe (Boletín Económico N.º 6, a julio de 2023), Colombia se enfrenta a diversas problemáticas económicas como:

Déficit fiscal

Durante el primer trimestre, el déficit fiscal ascendió a 11,33 billones de pesos, lo que representa un aumento del 32,74 % respecto al año anterior. A pesar de este incremento, se mantiene dentro del límite del 3,30 % sobre el PIB establecido por la regla fiscal del marco fiscal de mediano plazo.

Presupuesto General de la Nación (PGN)

El Segundo PGN bajo el mandato de Gustavo Petro supera en un 43 % al último presupuesto de Iván Duque, llegando a $352,66 billones de pesos. Además, es un 19 % más alto que el presupuesto de su primer año de mandato.

Recaudo fiscal

Hasta junio, el recaudo fiscal asciende a COP$ 148,34 billones, lo que representa un aumento del 30,33 % en comparación con el año anterior. El impuesto al patrimonio ha experimentado un crecimiento excepcional, recaudando 19 veces más que el año pasado, con un incremento superior al 1.700 %.

Precios e inflación

Colombia registra una de las tasas de inflación más altas entre los países de la OCDE. Sin embargo, el Banco de la República ha aumentado las tasas de interés para controlarla. Aunque los precios de alimentos suben menos que el año pasado, los costos del transporte, prendas de vestir y calzado, continúan en aumento.

Tasa de Intervención de Política (TIP)

La alta TIP del Banco de la República está desincentivando la demanda de créditos para el consumo, lo que dificulta a los hogares pagar sus deudas bancarias.

Ventas del comercio minorista

Las ventas minoristas han caído durante tres (3) meses consecutivos debido a las altas tasas de interés para financiar el crédito al consumo y la inflación. La cartera de consumo vencida ha aumentado significativamente, creciendo un 77,76 %.

Crecimiento económico a corto plazo

La economía colombiana está experimentando un crecimiento por debajo de los niveles previos a la pandemia en 2019. Sectores como el comercio, la reparación de vehículos, el turismo y los servicios de comida en restaurantes se han desacelerado, a pesar de que en 2022 representaban una parte importante del empleo (32 %) y el PIB (17 %).

Exportaciones

Las exportaciones han caído por sexto mes consecutivo, en parte debido a la disminución del precio del barril de petróleo Brent. Esto ha afectado las exportaciones de petróleo en millones de dólares, aunque una tasa de cambio alta en mayo ha contribuido a mitigar esta disminución.

Importaciones

Las importaciones han registrado una caída durante siete (7) meses consecutivos, destacando la disminución en la importación de vehículos.


El panorama es desafiante tanto para los ciudadanos como para las empresas. Esto dado que la regulación excesiva está sofocando a las empresas y obstaculizando la creación de nuevas, generando un retraso en el crecimiento económico del país. Al analizar las cifras y considerar las alternativas de solución, queda claro que todo nos conduce al mismo camino: laissez faire, laissez passer (en español, “dejar hacer, dejar pasar”).

Si el Presidente Petro y su gabinete de ministros consultaran a los empresarios, incluso a los más pequeños, como los dueños de misceláneas, barberías o tiendas locales, sobre cuál es la principal barrera que les impide expandir sus negocios, sin duda responderían que es el exceso de regulación y de impuestos. Dichas trabas les impiden producir más, importar y exportar productos, y contratar personal, todo, a causa de la rigidez laboral. En última instancia, todo se resume en normativas excesivas.

Nuestras problemáticas actuales no están tan alejadas de las que enfrentaban las sociedades del siglo XVIII. De tal contexto es que proviene tan noble vocablo: laissez faire, laissez passer, como una crítica a los Estados autoritarios de la época. Este grito defendía la libertad individual de las personas a través de la no intervención gubernamental en los asuntos económicos de un país, puesto que se percibía que sus medidas eran la única solución a los problemas económicos.

El laissez faire busca una libertad absoluta en la economía y un mercado sin obstáculos. Su teoría sostiene que la única intervención del Estado debe ser para proteger los derechos individuales de los ciudadanos y el derecho a la propiedad privada.

El origen histórico del término se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII, específicamente en Francia durante la revolución industrial y la ilustración, y en medio de la monarquía absolutista de Luis XIV y su prole. En un entorno caracterizado por la inflación, la escasez, la pobreza y la falta de oportunidades, eminencias como Adam Smith y Vincent de Gournay fueron considerados “padres de estas teorías”; ellos sostenían que el Estado era un mal administrador económico y que el mercado no necesitaba regulación gubernamental, pues una “mano invisible” lo guiaría y regularía.

Evidentemente, el Estado es un mal administrador, hecho que demuestran las cifras mencionadas al comienzo de este texto: déficits fiscales enormes, recursos públicos malgastados y la propuesta de aumentar aún más la carga fiscal, supuestamente, en nombre del “progreso”. Es importante recordar que todo lo que el Estado representa debe ser financiado por los contribuyentes, es decir, por individuos y empresas, independientemente de su tamaño. Por lo tanto, al no contar con un sector productivo sólido, un Estado grande y burocrático se vuelve insostenible.

Lo que necesitan los empresarios y los individuos es que los dejen ser y que los dejen pasar. Los pequeños emprendedores y las medianas empresas necesitan libertad para operar en un mercado libre. Si se respeta esta premisa, son ellos los que van a sacar el país a flote.

En Colombia, eso es precisamente lo que requerimos con urgencia: un Gobierno que se retire de la economía, elimine regulaciones inefectivas y permita que el capitalismo funcione (el verdadero capitalismo, el laissez faire, claro está). Es hora de mirar hacia los países que han liberado su mercado y han permitido que el sector privado crezca; en un momento de tanta incertidumbre, debemos pedirle al Gobierno que se aparte y permita que el capitalismo haga su trabajo.

Notas:

  1. SOBRE LA OBRA PRINCIPAL EN LA IMAGEN DESTACADA: David, J. L. (1790-1794). El Juramento del Juego de Pelota (Le Serment du Jeu de paume) [Óleo sobre lienzo]. Musée Carnavalet, Paris Francia. https://www.carnavalet.paris.fr/en/collections/tennis-court-oath-june-20-1789-sketch.
  2. El Boletín Económico N.º 6 (julio de 2023) del Observatorio de Impacto Económico del ICP (Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga), puedes consultarlo haciendo clic AQUÍ.

Esta columna apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.

Cristian Romero

Estudiante de Derecho de la UCMC (Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca) e Investigador Jurídico de la misma universidad. Líder y Coordinador del Movimiento Libertario por Cundinamarca (MLC). Escritor y conferencista, especialmente, en los ámbitos político, filosófico y socioeconómico.

Activista por la vida, la libertad y la propiedad privada.

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.