La verdad en Colombia ¿A quién le creemos?

Si nuestro pasado es dudoso y nuestro presente lo es aún más, ¿qué esperar del futuro?


La búsqueda de la verdad en Colombia ha representado un problema desde años atrás; si nos devolvemos aproximadamente al 9 de abril de 1948 corre la pregunta de ¿Quién lo mató? ¿Quién mató a Gaitán? Al día de hoy se sabe quién fue pero se pone en tela de juicio, ya que alrededor de la muerte de Gaitán corren muchas teorías conspirativas unas más reales que otras, lo cual nos lleva a preguntarnos a quién le creemos?, estaba verdaderamente involucrada la CIA?, lo mataron los Conservadores?, los mismos liberales?, era Mason o simplemente son especulaciones?, en torno a esta muerte se podría cuestionar un sinfín de cosas, y es ahí donde nos damos cuenta que nunca sabremos nuestra verdadera historia, solo lo que nos cuentan, la crítica a la historia colombiana es que no sabemos si lo que nos cuentan es verdad.

Pongo en contexto la muerte de otro mártir liberal como lo fue Luis Carlos Galán, muere el 18 de agosto de 1989 alrededor de este caso tenemos complicidad, culpabilidad del estado colombiano, el DAS, los carteles de Medellín y Cali, paramilitares, fuerzas del estado y terceros, unos se lavan las manos y dicen que fueron únicamente los carteles, otros que un político, otros que los paramilitares y vuelve nuevamente la pregunta de ¿a quién le creemos?

Si esto es con la muerte de dos personajes ilustres de la política colombiana que pudieron cambiar la realidad de un país ¿qué pasa con la muerte de más personas? Al periodista Jaime Garzón lo mató el DAS, pero también estaba implicado el estado colombiano, Fuerzas Armadas y paramilitares, dicen, pero queda en el tintero porque la verdad aquí también se compra, se borra y se archiva.

Nos cuentan lo que les conviene, 6402 es el número que usa la izquierda para criminalizar a nuestro jefe máximo dice un sector político, pero ellos sí pueden decir la verdad que quieren y nadie les cuestionaba nada. Que policías controlen las ollas en vez de destruirlas “difícil la vaina” si nos contaran eso en la luz pública colapsa el país o ¿tal vez no? Normal, ya lo sabíamos, solo que no pasaba de una conversación de cafetería.

Nuestra historia no es como la conocemos y nuestro presente no es como lo muestran, dice descartes pienso luego existo, me cuestiono y confirmo mi existencia ¿Ya confirmaste tu existencia el día de hoy?

Los dos primeros casos se pueden trabajar a profundidad y encontrar una verdad real a los hechos, pero, esta verdad ya está tergiversada y sectores políticos “los ganadores” llevarán su verdad, y otros llevarán otra verdad diferente, así sucesivamente y nada cambiará, la costumbre de conformarnos con la verdad que más nos guste o que menos nos duela o nos afecte es la que tomaremos, la verdad al desnudo dolería, en este país adormecido por la coca, el miedo y la guerra poco y nada de verdad les importa. Qué si tuvimos o no un narco-estado no importa, si tuvimos o no parapolítica no importa, que nuestra economía no creció gracias a medidas liberales sino más bien a base de Cocaína y que en los años de crisis económica en América Latina curiosamente Colombia no los sufrió, pero son puros cuestionamientos y juicios a la verdad artificial impuesta por muchos años, no pasan de ser escándalos y chismes de cafetería, únicamente se recopila lo que ya se sabe, pero no se documenta, lo que se dice pero a la vez se calla. Entonces ¿A quién le creemos?

 

Kevin Rojas Ramirez

Mi nombre es Kevin Rojas, actualmente tengo 18 años, soy un joven líder político, he llevado varios procesos de formación política los cuales a mi corta edad me han dado mucha experiencia y me han brindado mucho aprendizaje, fiel acreedor de que esto tiene una razón de ser y podemos aspirar a un mejor país, en paz, equidad y fraternidad.
La paz no es el objetivo, la paz es el camino a algo mucho mejor.

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