Fragmento del artículo Teatro en la Universidad Nacional de Colombia: Intimidad política, dramática y cultural 1960-1980 publicado en la Revista Notas de Archivo No. 2 de la Universidad Nacional de Colombia en diciembre del 2018.
“En la década de los años sesenta pareció como si la corteza de la tierra se hubiera recalentado y la juventud del mundo entero sintiera en sus cabezas una fiebre que le cambiaría el pensamiento para siempre”
Rodrigo Saldarriaga. Tercer Timbre, 2013.
En Colombia, el teatro ha sido una respuesta, aunque tardía, ante la reiterada crisis por la que atraviesa el país (Ocampo, 2010). La reciente historiografía del teatro colombiano coincide en mostrar la época de agitación social desde 1960 a 1980 como la más fecunda para el florecimiento de las artes escénicas en la vida nacional y en el desarrollo intra e interdisciplinario. Esta época, se ha caracterizado, entre otras, por las relaciones entre política y teatro (Parra, 2015), no sólo como hito histórico fundacional, sino por sus repercusiones estéticas, conceptuales, representativas o dramáticas. La Universidad Nacional de Colombia fue la punta de lanza o lugar de confluencia para ese refundado teatro nacional.
La profunda relación que han tenido las crisis política, económica, social, cultural y humanitaria en Colombia, y en otros lugares latinoamericanos, nos permite entender el devenir del sector teatral en esta crisis perpetuada hasta las casi completas dos décadas del siglo XXI, desde múltiples aristas como: la crisis de la experiencia, la crisis de las artes escénicas, la hegemonía del espectáculo y los constantes avatares de la geopolítica, las políticas regresivas de los gobiernos en cultura, la intervención extranjera, los problemas de extrema pobreza, de desigualdad socioeconómica, inequidad, justicia, salud, educación, derechos humanos o corrupción, que en Colombia y Latinoamérica materializan la crisis sistemática y generalizada, una crisis económica, moral, cultural, creativa y humanitaria que compete al mundo entero en sus ejemplos de resistencia.
La aparición tardía del teatro en Colombia tuvo que ver mucho con el teatro universitario, una escuela alemana de mediados del siglo XX que, entre el existencialismo, el marxismo y la teoría estética, reconocieron la universidad como el escenario social por excelencia para el teatro, sobre todo en sus fases experimental, político, absurdista, colectivo y de autor. Esta tendencia caracterizaría una masa crítica y activa, dispuesta a llevar la exploración escénica y la propuesta dramática de la teoría a la práctica, enraizada profundamente con los sectores sociales diversos de la nación, proponiendo el estudio y la experimentación de los trabajos principalmente de Brecht, Chejov, Stanislavski y Grotowski, e impulsados por el escenario de agitación en las principales Universidades del país, el contexto sociopolítico y el aumento significativo de la planta estudiantil.
Y esta perspectiva que permite resaltar el papel protagónico de las universidades, del teatro universitario, excluida de las versiones “oficiales”, hace posible entender la complejidad de nuestra memoria histórica en uno de los periodos más violentos, retardatarios, infértiles y dolorosos de la historia de Colombia. Pues de lo que se trata, según Claudia Gilman (2003), es que en términos históricos se pueda entender la riqueza del tiempo, época o fragmento no de forma lineal o según lapsos fechados, acontecimientos resaltados, sino necesariamente en forma dialéctica, ya que bajo esta óptica aparecen como ejes atravesados dimensiones sin jerarquías como la histórica, la política, la social, la estética, la televisiva, etc., legítimas, ampliamente difundidas o falsas. En la ruta de la propuesta historiográfica de la autora anterior, solo así puede asirse cuanto menos algunas versiones de la experiencia indirecta del periodo 1960 a 1980. Pues:
“Al ser décadas atravesadas por una misma problemática, en la que la alta politización y el entusiasmo revolucionario se configuran como las fuerzas motoras del cambio social latinoamericano, los sesenta componen una unidad o bloque temporal que va desde la Revolución Cubana en 1959, hasta la instauración de las distintas dictaduras latinoamericanas entre 1973 y 1976” (Gilman 2003).
De la Universidad Nacional emergieron múltiples grupos experimentales a partir del primero, fundado por Bernardo Romero Lozano en 1945, todos arropados bajo la denominación de Teatro Experimental con directores como Eduardo Pontón, Víctor Muñoz Valencia, Fernando Gonzales Cajiao, Carlos José Reyes, Carlos Perozzo, Santiago García a principios, Jairo Aníbal Niño a finales de los setenta o la misma Dina Moscovici en 1957 (Reyes, 2004). En la Universidad Nacional de Bogotá y de Medellín serían acogidos los pioneros de la Escuela Nacional de Arte Dramático ENAD y antiguos referentes del teatro como el crítico italiano Giorgio Antei, la brasileña ya mencionada Dina Moscovici, el teórico y filósofo uruguayo Arístides Meneggeti, el dramaturgo y director australiano Joe Broderick, Luis Enrique Osorio, Miguel Torres, Esteban Navajas, Jairo Aníbal Niño, Sergio Gonzales, Juan Monsalve, el escritor Álvaro Cepeda Zamudio en Barranquilla o Enrique Buenaventura en Cali.
Todas las columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/gmouarbesg/
- Gilman, Claudia (2003). Entre la pluma y el fusil: debates y dilemas del escritor revolucionario en América Latina. Siglo XXI Editores, Argentina.
- Ocampo, José Fernando (2010). Un siglo de desarrollo pausado e inequitativo: la economía colombiana, 1910-2010. Taurus.
- Parra Salazar, Mayra Natalia (2015). ¡A teatro camaradas!: Dramaturgia militante y política de masas en Colombia (1965-1975). Universidad de Antioquia.
- Saldarriaga Sanín, Rodrigo (2013). Tercer timbre. Ediciones de Camerino. Medellín, Colombia.
- El artículo Teatro en la Universidad Nacional de Colombia: Intimidad política, dramática y cultural 1960-1980 continúa con el apartado: Florecimiento tardío del Teatro en Colombia.
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