La supresión de la intimidad en la sociedad digital

“En la nueva sociedad digital la intimidad subjetiva no existe. Cada quien se expone voluntariamente en cualquier plataforma digital y se abre a sí mismo al público para ser observado”


¿Qué hay de la intimidad del sujeto en esta nueva sociedad? ¿Goza el sujeto digital del sagrado derecho a la intimidad?

La sociedad en la que actualmente estamos todos establecidos es una sociedad que se encuentra instituida sobre unas condiciones netamente propias. Me refiero a la gran gama de redes digitales que han acondicionado la vida del sujeto postmoderno.

Desde que el internet apareció en el mundo alrededor de los noventa, la vida humana cambió por completo en todo el planeta. Todo sobregiró a un gran fenómeno que nos interconectó a todos, no importando el lugar en el que se esté, por muy remoto que sea, gracias a esta gran red se puede tener acceso a todo lo que se desee, sin importar la  hora del día, y todo ello gracias a la globalización facilitada por el internet.

El sujeto de la sociedad digital no es un sujeto propiamente libre, aunque se crea y le hagan creer que lo es. Todo lo contrario, es un personaje completamente alienado por el poder inteligente que le indica lo que tiene que hacer, lo que quiere y por su puesto lo que necesita. Esto lo hace a través de muchos medios, un ejemplo es la publicidad, los medios de comunicación, creándole necesidades a este nuevo sujeto con el fin de mantenerlo alienado.

La nueva sociedad en la que nos desenvolvemos ha creado una serie de condiciones, la cuales, son las que consolidan la cultura digital del sujeto postmoderno. Dentro de estas condiciones está el exhibicionismo en las redes sociales y plataformas digitales en las que el sujeto se expone a sí mismo para los demás. El sujeto de la sociedad digital, al abrir una cuenta en una red social y suministrar sus datos voluntariamente a la red, al resolver encuentras, al subir sus fotografías íntimas, al indicar los lugares en los que está a través de ubicación gps, pierde automáticamente su intimidad. La privacidad ya no es una opción, ni siquiera una condición, y mucho menos un derecho en esta nueva sociedad.

Actualmente, la intimidad subjetiva no existe. Ahora cada quien se expone, se muestra, voluntariamente, en una plataforma digital, en una red social y se abre a sí mismo al público para ser observado. En esta nueva sociedad no hay vidas privadas, todos saben lo que hacen, a lo que se dedican los demás, en donde trabajan, que hacen en sus ratos libres, etc., pues la sociedad digital es una sociedad abierta totalmente al público.

Este nuevo sujeto, el cual se encuentra ya digitalizado, solo obedece a los patrones que la sociedad digital le establece. Dentro de la cultural digitalizada de esta sociedad existen una serie de patrones, que funcionan como imperativos categóricos, los cuales tienen el objetivo específico de ir moldeando el carácter del sujeto. Este tipo de sujeto es un sujeto dócil, obediente, que no se plantea la situación en la que se envuelto. No se auto cuestiona, ni cuestiona los medios que lo acondicionan, un claro ejemplo es el sujeto de hoy.

En la actual sociedad globalizada el internet es una herramienta funcional y necesaria, es decir, esta condición es indispensable para el desarrollo económico, político, social, y por ende, el humano, pero, también se ha convertido en una herramienta contraproducente para la integridad y sobre todo, para la sacra intimidad humana, la cual, hoy solo es un entreacto. 

Numar González Alvarado

Filósofo egresado de la Universidad del Atlántico. Docente de filosofía y Ciencias Sociales. Miembro investigador del Grupo de Investigación Cronotopias.

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