La responsabilidad es nuestra

Bajar la guardia ahora es darle ventaja a la enfermedad, es renunciar a todos los logros que se habían alcanzado. La responsabilidad ha y seguirá siendo nuestra. Cuidémonos entre nosotros, no sea que seamos los artífices de nuestra propia desolación.

Con la reapertura de gran parte del comercio y la actividad económica a partir del 1 de Julio, así como la continuidad de la flexibilización de medidas de aislamiento, el Gobierno Nacional, departamental y municipal se ha desligado poco a poco de su responsabilidad como garante de la salud y bienestar de la ciudadanía. Ahora más que nunca la responsabilidad es nuestra.

El 24 de marzo se dio inició a la cuarentena nacional y de acuerdo con el último decreto presidencial, esta se extenderá hasta el 30 de junio. Es decir, durante más de 80 y días y contando, gran parte de la población hemos permanecido en casa, cuidándonos. Lo hacemos convencidos de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, el Instituto Nacional de la Salud y numerosas otras entidades a nivel internacional quienes han anunciado que la prevención por medio del aislamiento es una de las medidas más eficientes para la contención del Covid-19.

A lo anterior se le suma la retórica del aplanamiento de la curva epidemiológico, el evitar la saturación de nuestro sistema hospitalario y así la muerte de miles de personas. Los resultados han sido ejemplares, particularmente en Medellin. Tanto es así que la revista The Economist reconoció recientemente la labor de nuestro alcalde Daniel Quintero en el manejo de la pandemia. Sin embargo, los impactos y consecuencias derivados de la cuarentena principalmente los económicos, lograron quebrantar la austeridad y conducta instaurada desde el Gobierno.

Según el DANE el porcentaje de desempleo para el mes de abril ascendió a 19,8% frente al 10,3% del año anterior. De igual manera Fedesarrollo a través de su centro de Investigación Económica y Social publicó un artículo titulado COVID-19: costos económicos en salud y en medidas de contención para Colombia. En este artículo se estima que, dada ciertas condiciones en un escenario positivo, un mes de cuarentena asciende a 48 billones de pesos colombianos, dos meses a 94,4 billones y tres meses 138,4 billones. Cifras que oscilan entre el 4,5% y 13% de nuestro producto interno bruto.

Visto lo anterior, no se puedo desconocer la magnitud de las cifras y los impactos que esta situación está causando en el país. Son nefastos e insostenibles ahora más si se prolongaba la cuarentena sin ningún tipo de dinamismo comercial. En parte explica porque la reapertura no daba espera. Ahora la duda para mi es porqué siempre lo económico es lo que prevalece.

Existe un famoso experimento llevado a cabo en los años 1970 por el profesor Walter Mischel en Stanford. Durante este experimento se invitaba a los participantes (niños principalmente) a permanecer en un salón. Al interior del salón podía o no tenerse malvaviscos a la vista sobre una mesa en el otro extremo. Las instrucciones eran esperar un tiempo determinado con la expectativa de recibir una recompensa mayor. Con ansias los minutos pasaban y adivinen, en aquellos casos donde los malvaviscos estaban a la vista prevalecía el deseo sobre la capacidad de contención. Cuando no se tenía los malvaviscos visibles, había una mayor capacidad de espera por esa recompensa futura.

La anterior analogía la describo con el fin de expresar que nosotros no fuimos capaces de esperar. Sacrificamos las bondades que implicaba la cuarentena, por los beneficios cortoplacista y económicos. En una de mis columnas anteriores hacía referencia al rol protagónico que podía tomar el estado para la búsqueda e implementación a medidas alternativas que se podían asumir para evitar al máximo la reapertura de los comercios. Todo con el objetivo de evitar la muerte innecesaria de miles.

Ya hemos visto cómo durante los últimos días se ha incrementado rápidamente los casos positivos de Covid-19. Si bien esto se explica por una combinación de factores dentro de los cuales se incluye un mayor número de testeo y entrega de resultados, también diré que es consecuencia de miles de colombianos que salimos a reiniciar nuestras labores.

Ante esta nueva realidad, comparto la perspectiva del ministro Fernando Ruiz quien en conversación con La W expresaba su preocupación acerca de la pérdida de temor o miedo que la ciudadanía podía desarrollar frente al virus. Bajar la guardia ahora es darle ventaja a la enfermedad, es renunciar a todos los logros que se habían alcanzado. La responsabilidad ha y seguirá siendo nuestra. Cuidémonos entre nosotros, no sea que seamos los artífices de nuestra propia desolación.

Santiago Zapata Serna

Soy un curioso innato, apasionado por la lectura y en general los temas financieros y de economía en general. Me encanta una buena conversación y de vez en cuando escribir sin tinta lo que se me viene a la mente.

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