Ya se destaparon las cartas de la reforma tributaria en Colombia. El cambio más traumático que va a sufrir el estatuto tributario son los nuevos gravámenes al acceso a las tecnologías digitales. Quizás uno de los avances más significativos de la humanidad en años recientes es la conectividad a la red. La red ha incrementado la participación democrática directa de los ciudadanos y ha ampliado el acceso a la información. Los impuestos a su acceso van en contravía de lo que han hecho las naciones más democráticas.
Desde 1998 Estados Unidos prohibió, por Ley, imponer cualquier tipo de impuesto al acceso al internet. Dicha decisión tenía efecto por diez años, no obstante, hace algún tiempo la medida pasó a ser permanente. En el 2014 Hungría intentó imponer un impuesto al acceso al internet, afortunadamente multitudinarias marchas de ciudadanos echaron para atrás la medida. Luego de las manifestaciones ningún país de la UE se atreve a hacer propuestas similares. En Australia las compras en línea inferiores a mil dólares australianos están exceptas de IVA. El único país del mundo que impone impuesto al acceso al internet y a cualquier transacción en dicho medio es Bután, un país que apenas empieza a vivir en democracia.
Los servicios de internet fijo pagarán IVA a partir del estrato 3 (4, 5 y 6 ya pagaban antes de la reforma). Esta es una medida que contradice cualquier esfuerzo por aumentar la conectividad y la rendición de cuentas de los gobiernos locales mediante canales digitales. En Colombia, la penetración a internet (móvil y fija) es de apenas el 22,2%. Inferior a la tasa de penetración de internet en las Américas, que es del 24,2% según el ITU. Parte de ello se puede atribuir al precio. El portal Numbeo provee información sobre costos de acceso a internet para 121 países en el mundo. Colombia ocupa el puesto 46, y de incrementar los costos en 5% pasaría a la posición 51. Los datos móviles serán más costosos. Con la reforma no sólo se incrementa el IVA al que están sujetos, del 16 al 19%, sino que también se impone un gravamen específico para el servicio del 4%.
Esto quiere decir que contratar un paquete de datos será hasta 7% más costoso. Tener internet en el celular facilita el acceso inmediato a la información y le da fuerza a plataforma que han demostrado poder incrementar la participación directa de los ciudadanos en las decisiones de política, como Twitter y Facebook.
Además, las aplicaciones móviles ofrecen soluciones a problemas cotidianos como la movilidad, pues permiten solicitar servicios de taxis y consultar las rutas más eficientes para desplazarse de un punto a otro en automóvil o transporte público. Adicionalmente, se eliminan excepciones tributarias a empresas dedicadas a la producción de software.
Además de restringir el acceso a internet, la reforma también desincentiva consultar información en línea y acceder a cursos virtuales. Servicios como el uso de la nube, la suscripción o compra de base de datos (que incluye publicaciones académicas y figuras estadísticas de diversos temas) y la enseñanza a distancia se les aplicará un IVA del 19%.
Estos recursos electrónicos les han permito a personas de bajos ingresos estudiar en las noches mientras trabajan durante el día, y así poder acceder a mejores oportunidades en el mercado laboral.
Lo irónico del asunto es que el 10% del recaudo del imputo a los datos móviles estará destinado al sistema de bibliotecas públicas, mientras que a las últimas se les cobrará un IVA del 19% para acceder a las bases bibliográficas en línea. Ya no se sabe qué fomenta la política gubernamental.
Colombia da un gran paso hacia atrás en las políticas de datos abiertos y participación democrática mediante la red. El acceso a internet es fundamental para hacer de Colombia un país más moderno y competitivo, además de fomentar la participación ciudadana, el rendimiento de cuentas y la educación. El internet es transversal para gran parte de políticas que fomentan el desarrollo, encarecer el acceso es perpetuar la pobreza.
PanamanPost
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