La Plaza de Vicio de Belén

A plena luz del día y bajo la oscuridad de la noche, en las entrañas del puente de la canalización sobre la 76 en Belén venden vicio. Observo a diario personajes de todo tipo haciendo fila sobre el puente para obtener su gustico u otros que no se aguantan y se adentran por el camino que, de tanto transitarse, ya se demarco sobre el jardín que bordea la canalización.

Parece no importar lo que sucede alrededor, los jíbaros hacen de lo suyo y sus clientes ni se inmutan entre tanto la basura (jeringas, papeles, colillas de cigarrillo y cuantas cosas se imaginan) se acumulan junto al jardín instalado por la alcaldía en las aceras peatonales que persigue la canalización desde la ochenta. Da lástima y tristeza que, en vez de embellecer el paisaje, aquel jardín se ha convertido en una cortina de humo para que la delincuencia reine detrás.

Como resultado de lo anterior la comunidad es quien ha padecido. Todo sucede mientras pasan los estudiantes que salen del colegio que está a la vuelta de la esquina. Ellos terminan visualizando escenas inéditas de la realidad que deriva de una mala decisión. Asimismo están los adultos de la tercera edad, quienes se dirigen a su club de vida y además de presenciar las escenas conviven con la exigencia de limosna que no piden para comer sino para cuadrar el viaje que entrega la droga. Y, por último, unos cuantos ciudadanos indignados donde me incluyo que ven cómo su barrio se contamina y decae sin mucho que se pueda hacer al respecto pues así no lo crean, la policía que como institución tiene una sede a menos de un kilómetro no hace nada al respecto.

¿Quienes ganan en esta ecuación distinto a los traficantes y distribuidores o las bandas que quizás controlen este territorio? ¿Existen acaso otros actores que se benefician y por ende se distancian de intervenir?

Si hago esta denuncia es por el bienestar de nuestra comunidad, como un llamado de ayuda a intervenir la zona y abrir oportunidades para quienes deseen salir de aquella situación. La indiferencia nos ha lleva a la indolencia y falta de empatía con el otro por mucho tiempo, nos ha inhabilitado para construir porque justamente nos hemos vuelto más egoístas y descarados, también está en nosotros revertir esta situación, a veces basta meramente con alzar la voz y pedir ayuda.

Santiago Zapata Serna

Soy un curioso innato, apasionado por la lectura y en general los temas financieros y de economía en general. Me encanta una buena conversación y de vez en cuando escribir sin tinta lo que se me viene a la mente.

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