Cuentan los historiadores de nuestro país que, entre el periodo de la declaración de independencia y el comienzo de la reconquista española, Antonio Nariño utilizó un término para describir un fracaso entre los nacionales de esa época que se enfrentaron por desacuerdos sobre la forma que debía organizarse la nación y que, por lo tal, conllevó a la recuperación del poder por parte de los españoles y por ello la denominó: La Patria Boba.
Si bien el término de este dirigente de la independencia de Colombia ha sido motivo de múltiples interpretaciones que de una u otra manera a mi consideración llevan a lo mismo, pareciese que la situación por la que está atravesando en estos momentos nuestro país ad-portas de unas elecciones presidenciales, es que estamos padeciendo, La Patria Boba II.
Sin miedo a equivocarme e incluso por encima de las últimas elecciones presidenciales en Colombia que llevaron a la presidencia a Iván Duque, nunca había visto tanta polarización en el país a causa de unos candidatos que están aspirando en la actualidad en ocupar el solio de Bolívar.
Más que reales propuestas, mensajes de recuperación social, económico entre otros por parte de los candidatos a la presidencia que muestren el camino para llevar al país por el camino del desarrollo y el progreso en todos los ámbitos, lo que vemos y escuchamos día a día a través de los medios de comunicación, unos más parcializados que otros y en las diferentes redes sociales, son ataques personales, incitación al miedo, ansias de poder y una serie de escenarios que han llevado al país a vivir en estos momentos, La Patria Boba II.
Es tal la polarización que se presenta en estos momentos en Colombia que cualquiera que llegue a ocupar el primer cargo del país de manera especial a los dos más opcionados según las últimas encuestas, va a generar una situación tal de orden social, que estaremos padeciendo lo que en su momento manifestó Antonio Nariño.
La situación va a ser muy clara, si gana Gustavo Petro, todos aquellos que por muchos años se han mantenido en el poder y que no lo quieren soltar gracias al que siempre ha dicho un expresidente, van a generar un panorama de terror nunca antes visto en el país. Con el apoyo de sus clanes políticos, la maquinaria tradicional política, clientelistas y demás actores de los denominados derechistas, de una u otra manera no van a dejar gobernar tranquilamente al presidente.
De igual manera si el ganador es el candidato del otro extremo como lo es Federico Gutiérrez, los de la izquierda con la experiencia que tienen en paros, protestas y demás asuntos que los ha llevado según ellos a padecer unas desigualdades sociales, tampoco dejarán gobernar de manera sosegada al primer mandatario.
Sin tomar partido ni por el uno ni por el otro y teniendo presente que uno de los dos será el nuevo presidente (no veo un tercero que les pueda ganar a no ser que el país se sacuda y reflexione en las consecuencias de elegir a uno de estos dos), estaremos presenciando de nuevo, La Patria Boba, pero esta vez en versión moderna, donde la división, el miedo y la polarización no nos dejará progresar como debe ser y esto es lo que nos espera en los próximos cuatro años. Dolor de país.
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