Desde hace muchos años he venido siguiendo el torneo profesional del fútbol colombiano a través de los diferentes nombres en que se ha presentado, correspondiéndole al actual el de la Liga Águila.
No recuerdo en el fútbol profesional del país un torneo como el actual, donde faltando dos fechas para acabarse el sistema de todos contra todos, hasta el último equipo de la tabla tenga la posibilidad de ingresar al octogonal.
La cantidad de partidos aplazados, la participación de torneos internacionales de algunos de nuestros equipos y hasta el mismo paro de pilotos de Avianca, fue la excusa perfecta para que se llegara a esta instancia, la cual ha sido para algunos el picante necesario que requiere el fútbol colombiano y debido a la falta de planeación de la Dimayor para otros.
El panorama es muy claro, la actual tabla de posiciones de la Liga Águila II presenta al Bucaramanga como el último equipo del torneo con 15 puntos, faltándole cuatro disputas que lo podrían ubicar en una honrosa posición pues sumaría 27 puntos.
Dejando como un hecho que Nacional, Santa Fé, Junior y Millonarios prácticamente aseguraron su ingreso al octogonal, quedan cuatro plazas que serán disputadas como verdaderas finales por parte de los equipos restantes.
Si a esto le agregamos la disputa que se presenta en estos momentos en el descenso, donde hay 4 equipos que se sumarán al Tigres Fútbol Club que se ganó ya el cupo para regresar a la B, tendremos los amantes del fútbol encuentros no aptos para los come-uñas o los cardiacos.
Tenga la razón o no la División Mayor del Fútbol Colombiano de justificar el aplazamiento de los partidos de muchos equipos, es necesario que haga un cese en la fecha 19 y ponga al día todos los encuentros pendientes.
En un torneo donde se van a jugar muchos intereses, tanto para el ingreso al octogonal como para el mismo descenso, se requiere juego limpio y el mismo se presentará si, solo si, todos los equipos del rentado colombiano llegan con el mismo número de partidos disputados en la penúltima fecha.
Que esta sea la oportunidad para que la Dimayor en un país donde la marrullería, la corrupción y los tratos por debajo de la mesa son el pan de cada día, demuestre una vez más que la verdadera disputa se presenta a través del juego limpio y en donde miles de seguidores de futbol colombiano disfrutaremos en un torneo atípico que dará la posibilidad de clasificar octogonal final hasta el último de la tabla o en su efecto a no descender.