La lucha no termina al cruzar la meta

Hace poco nos enterábamos de la muerte del ciclista belga Kristof Goddaert que como muchos otros ciclistas salía a entrenar diariamente pero este día sucedió algo diferente; Goddaert moriría atropellado por un autobús mientras entrenaba en Amberes. El ciclista solo tenía 28 años y según los medios habría perdido el equilibrio y se había caído; desgraciadamente un autobús de línea no ha podido evitar al corredor.[1]

Colombia se ha transformado en una revelación en el ciclismo profesional europeo en los últimos años[2], donde varios ciclistas pelean los títulos de las pruebas más importantes del calendario europeo. Sin embargo no es fácil ser un ciclista colombiano, día a día la mayoría de los ciclistas arriesgan su vida entrenando; no solo tienen que luchar contra la carretera y el clima, si no, también contra los intolerantes conductores de automóviles, transeúntes y motociclistas. Para ellos solo salir a entrenar es un desafío.

La noticia de la muerte del ciclista belga nos puso a reflexionar a todos los que estamos involucrados en el ciclismo como lo son directivos, técnicos, ciclistas y nosotros los aficionados. Leía a la mayoría del pelotón profesional lamentarse de la muerte del ciclista. Todos sacábamos conclusiones de este infortunado suceso. Pero yo solo me hacia esta pregunta ¿Cómo es posible que uno de los deportes más difíciles y competitivos tenga tan mala imagen?

En Mayo del año pasado veíamos a los ciclistas colombianos haciendo grandes hazañas, observábamos a tres ciclistas colombianos llegar detrás del ganador de la carrera Vincenzo Nibali pero no resaltábamos que esa etapa se corría en temperaturas bajo cero con nieve en la etapa y estos atletas llegaban después de cinco horas de haber iniciado la etapa y cerca de ochenta horas recorridas en los anteriores 18 días y con cerca de 3.000 kilómetros de carrera en sus piernas. Yo me emocionaba porque era la primera vez en varios años que unos ciclistas latinoamericanos hacían ese hito, sacrificaban sus cuerpos solo para traerle honor a ellos y a su país. Pero me encontraba que habían personas que decían comentarios como el siguiente «En ese deporte todos se dopan» agregaba “Sus cuerpos están lleno de hormonas”.

La opinión de aquella persona no me causo ninguna molestia; podía intuir que era la primera vez que él observaba una etapa de ciclismo. En cambio lo que si fue motivo de disgusto es conocer que unos pocos dañan la imagen de un deporte al punto de llegar a ser estigmatizado. Y esto no podría suceder sin la ayuda de la mayoría de medios de prensa, los cuales el ciclismo solo existe cuando existen casos de dopaje como lo de Lance Armstrong, Marco Pantani entre otros.

Solo tengo por decir que el ciclismo no es el deporte que la mayoría de sus atletas consumen sustancias prohibidas al contrario es el deporte dónde se hacen la mayor cantidad de pruebas antílope. En los últimos años se disminuye el número de positivos en el ciclismo llegando a ser menores comparados con otros deportes (pero el dopaje va a ser un tema que voy a discutir en otro artículo)

El ciclismo es luchado y hecho para unos verdaderos héroes que como Goddaert o cualquier otro ciclista que lucha contra su aliento y arriesga su vida cada día que sale a entrenar o en  etapas inhumanas como la que vimos ese día en Italia, me acuerdo de las palabras de Fabian Cancellara (en medio del escándalo de Lance Armstrong) “El ciclismo nunca morirá porque «este deporte es demasiado bello».[3]

[author] [author_image timthumb=’on’]https://fbcdn-sphotos-b-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash3/t1/1972522_1408159729441888_1291616373_n.jpg[/author_image] [author_info]Manuel Sumalave Estudiante de Sociología de la Universidad del Atlántico. Crítico reflexivo; Amante del Ciclismo, la música y el cine independiente. Leer sus columnas. [/author_info] [/author]