La Justa Medida: ¿Qué está pasando en la ESAP? (Primera Parte)

Sede de la Territorial Antioquia de la Escuela Superior de Administración Pública-ESAP en Medellín. Hasta 2021 estuvo unida con el departamento del Chocó que fue constituido en una nueva territorial por la Dirección Nacional de la institución. Cortesía: ESAP.
Sede de la Territorial Antioquia de la Escuela Superior de Administración Pública-ESAP en Medellín. Hasta 2021 estuvo unida con el departamento del Chocó que fue constituido en una nueva territorial por la Dirección Nacional de la institución. Cortesía: ESAP.

 ¿Debemos dejar la política de lado en la educación superior colombiana?


SALVAGUARDA LEGAL

El presente artículo está amparado por el artículo 20 de la Constitución Política y por el artículo 13 de la Ley 1909 de 2018 o Estatuto de Oposición.

SALVAGUARDA INSTITUCIONAL

Como estudiante activo de la Sede Central de la Escuela Superior de Administración Pública-ESAP, apoyo de manera irrestricta el proceso de Asamblea General Permanente realizado desde el pasado 20 de septiembre. No obstante, mis opiniones, comentarios y precisiones obedecen a mis derechos políticos como persona y ciudadano colombiano, ante los cuales no sigo más jerarquías que lo que me piden la Ley, la ética profesional y las directrices doctrinarias que sigo en mi colectividad política.

Colombia es una sola, la ESAP es de TODOS los colombianos. La ESAP es azul como el cielo que nos cubre a todos en el suelo de la Patria.


NEGAR LA POLÍTICA ES NEGAR LA…

Gracias a la generosidad que han tenido para conmigo, un bogotano de ascendencia Caribe y del Gran Santander para hablar con la altura moral del gran pueblo antioqueño, al darme acogida durante cinco años en esta tribuna de Al Poniente, he podido comunicar sin ningún tipo de censura mis posiciones políticas, personales y empresariales a través del tiempo, así como entrevistar a los grandes exponentes de la opinión pública y por supuesto, visibilizar las dificultades con que se vive en las regiones, y haber podido realizar un ejercicio de oposición periodística tanto a Iván Duque en su período como a que las posiciones y simpatizantes del actual Gobierno Nacional subieran con las posiciones y comportamientos predecibles que ya son de público conocimiento por parte de cualquier persona que haya vivido la vida en nuestro país.

No obstante, esta, que será, si así a bien lo tienen los directivos de Al Poniente, la primera de una serie de artículos -donde éste será el primero y último que sea de opinión-, donde a través de entrevista a los actores involucrados, informes especiales y datos estadísticos se podrá evidenciar, desde la luz de los hechos y la información cotejada la realidad de la crisis institucional de la entidad pionera de educación de alto nivel para los servidores públicos en América.

¿Por qué opino esta vez? Porque por una causalidad o milagro, en la edición del 28 de septiembre -cuando se redacta el presente artículo- de El Espectador en una columna de opinión de la experta en Derechos Humanos y Género Cristina Nicholls Ocampo hace una crítica razonada y poco común en esta coyuntura  a los supuestos candidatos “alternativos” y “antipolíticos”, los cuales están saturando el mercado electoral desde hace años.

Por esta razón, el presente análisis se basará en los apartes coherentes del citado artículo, que pueden consultar completo en el siguiente enlace digital: https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/cristina-nicholls/la-politica-sin-politicos/?utm_source=interno

¿Y por qué es importante esto? Porque lamentablemente, dentro del ejercicio deliberativo del movimiento triestamentario de docentes, trabajadores sindicalizados y estudiantes de la ESAP que conformó la Asamblea General Permanente que inicia desde el 20 de septiembre hasta el día de hoy, se está evidenciando ese espíritu de la doble moral política entre el apoyo discursivo al Gobierno “del cambio” y los intereses políticos tanto clientelares como proselitistas conexos a las elecciones regionales próximas a celebrarse a menos de treinta días. Todo el mundo dice a voz en cuello en las Asambleas y Mesas de Trabajo: “No hablemos de política”, “yo no tengo intereses políticos”. Aquí, como dice un amigo mio “díme de qué alardeas y con gusto te diré de qué careces”. A eso le llamo el Síndrome de Perón.

Estudiantes y comunidad universitaria de la Sede Central de la ESAP en Bogotá durante el primer día de inicio de la Asamblea General Permanente el 20 de septiembre. Cortesía Grupo Oficial de Comunicaciones Asamblea Estudiantil ESAP.
Estudiantes y comunidad universitaria de la Sede Central de la ESAP en Bogotá durante el primer día de inicio de la Asamblea General Permanente el 20 de septiembre. Cortesía Grupo Oficial de Comunicaciones Asamblea Estudiantil ESAP.

EL SÍNDROME DE PERÓN

Desde hace algunos años se ha vuelto bandera de campaña por parte de quienes aspiran a cargos de elección popular decir que no son políticos. Nerdos, técnicos, gerentes o ingenieros. no interesa la denominación y el pelambre, paradójicamente, todos quieren alejarse de la política para participar en ella”.

Este es el denominado fenómeno también llamado “síndrome de Adan”, “adanismo”, “síndrome de Colón”, entre otros. Este tipo de tendencias, que llamaría un psicólogo de escuela freudiana, de reacciones totales -con lo que se explica la validez del término totalitarismo fuera de las definiciones convencionales en la ciencia política-, es muy común en escenarios de nacimiento espontáneo que no cuentan con la coordinación de funciones y la claridad que el liderazgo más que de imagen es de saber administrar todos los recursos, sobre todo el tiempo, que es más limitado.

En los últimos veinte años, gracias a la ruptura del poder hegemónico dual entre los partidos tradicionales liberal y conservador -con sus diferentes tendencias y brazos- y el Partido Comunista -con sus facciones y disidencias tanto políticas como armadas- derivada del inesperado triunfo de Álvaro Uribe en la Presidencia, comenzó la tendencia de la “antipolítica”, que es convertir al aspirante a líder político en una suerte de mesías o gurú ajeno como la flor de loto, al fango que la mayoría de la población en esta región del mundo con el que relaciona la opinión pública a los asuntos públicos.

Ese discurso ha calado sobre todo en el electorado joven (que dicho sea de paso, según las cifras demográficas más recientes, en unos pocos años irá a desaparecer, es decir que la nueva generación política será inevitablemente la nueva casta dominante en menos de una década de un país inviable, sin nuevos nacimientos, salvo en las capas más bajas de la sociedad; y sin posibilidad del círculo vicioso del discurso “renovador”).

La historia reciente de la última década demostró que bajo este orden de ideas, el desprestigio de la política es una crisis conceptual que pasa de la etimología a la dinámica social. En 2011 un movimiento ciudadano y estudiantil se levantó con una fuerza de movilización nunca vistas desde 1977, pero fue secuestrado por los movimientos y colectivos de la izquierda que han sido dueños, amos y señores de muchos sectores, gracias a que había un liderazgo vergonzante debido al tabú creado por la política.

EL PELIGRO DE LA “ANTIPOLÍTICA” PARA LA DEMOCRACIA

(…) Es sintomático, que cada vez más sean quienes hacen carrera desdeñando a los políticos porque detrás está el vaciamiento de contenido que ha sufrido la política como ejercicio y como concepto. Hay que decir que es peligroso que se aúpe y se aplauda este tipo de propuestas. Permitir la degradación de lo político acarrea la continuación del empobrecimiento del debate público y la puerta de entrada a fórmulas nefastas para el bien común”.

Creo que los populismos más peligrosos para la existencia incluso del ordenamiento jurídico de nuestras frágiles democracias se nutren de este tipo de iniciativas. Tanto las mutaciones del comunismo post soviético que han medrado desde los hilos que aún controlan lo que pasa en el vecindario desde La Habana pasando del Foro de Sao Paulo hasta el Grupo de Puebla ; llegando al extremo del anarcocapitalismo que es la degradación y negación de la naturaleza colectiva del servicio público pasando a un plano economicista que degrada más que la política, incluso las buenas maneras y la cultura (y en esto último se evidencia la decadencia del sistema educativo y el modelo de familia en las últimas décadas, ya que existe una normalización al maltrato del lenguaje y la altanería en la comunicación como algo “bueno” o algo “cultural”, “del pueblo”, en candidatos presidenciales). Los movimientos estudiantiles, casi siempre cuando son cooptados por estructuras partidarias creyentes en el marxismo-leninismo, caen en el transaccionalismo (dado que realmente no quieren hacer una revolución realmente) al acelerar las “contradicciones” y crisis del “sistema” (como la corrupción en entidades públicas, la baja calidad de sus servicios, etc.) y para no quedar mal, aprovechan su retórica estructurada -o parlona o tramadora usando el parlache bogotano muy de la entraña de los seguidores de cierto candidato a la Alcaldía de mi ciudad, o a los contratistas estatales que se las dan de libertarios por seguir un candidato a la Presidencia de Argentina-.

Resultado: dos o tres años después pasan a ser representantes estudiantiles, o a ser de las listas a un cargo de elección popular, tendrán más dinero, influencias y poder….¿Y la comunidad? ¿Y la universidad? ¿Y el sentido de lo público?….Bien gracias…

LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA ELECTORAL COMO HERRAMIENTA DE SOLUCIÓN A LAS PROBLEMÁTICAS SOCIALES 

“En un país como Colombia, plagado de contradicciones, conflictos y carencias, necesitamos más y mejores políticos, personas que entiendan que el servicio público es un honor que debe dignificarse. Gente que llegue a enriquecer los debates y no a higienizarlos o a evitarlos, hombres y mujeres que rescaten a la política del empobrecimiento y de la bajeza. No es la asepsia y el alejamiento lo que nos  llevarán a buen puerto”.

Lo anterior es lo preocupante de que algunos dirigentes o pichones de dirigentes en las Asambleas y Mesas de Trabajo en la Sede Central de la ESAP -esperemos que no sea la situación de la Territorial Antioquia y otras regiones del país-, donde por un lado se pide el “no politizar el debate”, pero por otro lado tenemos sindicalistas y docentes comprometidos con los partidos del denominado “Pacto Histórico” y sus similares haciendo lobby en el Congreso para realizar un debate de control político contra la ESAP, para dar un golpe de mano electoral poniendo a Petro como “el bueno” y a la actual administración de la Escuela como “los malos”, las secuelas de la politiquería de Pastrana, Uribe, Santos y Duque.

La izquierda colombiana, como la otra cara de la moneda del sistema, lo que Álvaro Gómez Hurtado llamó “el régimen”, le gusta tanto la moral…que la tiene doble…

¿Dejaría usted la dirección del Bienestar Familiar a Garavito?….¿Y entonces por qué la ESAP tiene que buscar rendir pleitesía a los congresistas y candidatos que apoyan al Gobierno Nacional que ha tenido un año completo para cambiar las cosas en la institución y no lo ha hecho? Eso se llama, por decirlo en términos decentes, ser ingenuo y crédulo…

A MANERA DE EPÍLOGO

Las manifestaciones, plantones, campamentos en las sedes, jornadas pedagógicas, actos culturales son totalmente válidos y libres dentro de la democracia y el derecho a la protesta. Eso es el Golpe de Opinión, pese al cerco mediático que los grandes grupos de comunicaciones han establecido en torno a los acontecimientos que motivan las Asambleas. No obstante, un Golpe de Opinión no sirve sin un resultado o una creación de una situación política favorable a las metas y expectativas que se quieran lograr. A eso se le llama Golpe de Mano en lenguaje de estrategia militar.

¿Cuál es el Golpe de Mano que se debe dar para la preservación de la democracia? De dos formas: VOTANDO CONTRARIO A LOS PARTIDOS Y MOVIMIENTOS DE GOBIERNO y estableciendo hojas de ruta y compromisos concretos desde los planes de Gobierno de los candidatos a Alcaldía y Gobernación (y eso incluye a Concejos, ediles y diputados)  para el mejoramiento de las CETAPs (Centros Territoriales de Administración Pública), que son las sedes municipales de la ESAP con presencia en más de 270 puntos en el país pese a las condiciones precarias de sedes, mala cobertura de internet, entre otros problemas.

Por lo tanto, los pliegos de la Asamblea General Permanente y sus réplicas regionales, no deben ser cerrados a grupos endogámicos ni solamente a la comunidad universitaria, sino al país entero, en especial a los tomadores de decisiones futuros que este 29 de octubre -y en el caso de Bogotá tal vez el 19 de noviembre- tendrán el papel protagónico en una administración pública digna y de calidad.

La ESAP es un compromiso y propiedad de TODOS LOS ANTIOQUEÑOS, DE TODOS LOS BOGOTANOS Y CUNDINAMARQUESES, Y DE TODOS LOS COLOMBIANOS. Que NUNCA se nos olvide.


Todas las columnas del autor en este enlace: Jhon Jairo Armesto Tren

Jhon Jairo Armesto Tren

Con estudios en Administración ambiental de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas-Bogotá. Veedor ciudadano en presupuesto electoral de la Universidad desde 2011 hasta hoy registrado ante la Personería de Bogotá. Columnista de opinión en varios medios de comunicación digitales desde 2013. Actualmente director publicitario de El Nodo Colombia y columnista habitual, además en El Quindiano (Armenia) y Diario La Piragua (Montería, Córdoba)

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