Ya vamos llegando al 27 de mayo, día crucial para el país. De la elección del nuevo presidente, depende que seamos un país diferente o que, por el contrario, nos sigamos quedando en el atraso.
Sin embargo, en los últimos meses he percibido en redes sociales altos niveles de polarización: publicaciones y discusiones en donde las personas alegan por defender a su candidato favorito sin argumentos reales. Para mí da igual discutir por algo así. ¿Por defender a un candidato voy a perder mi tiempo? La respuesta es NO. Creo que cuando tenemos una noción de lo valioso que es el tiempo, no lo perdemos en discusiones que no nos llevarán a nada bueno. Discusiones y peleas sin sentido que nos van separando, en lugar de unirnos.
Entiendo que la política, así como muchas otras cosas, nos apasione. También entiendo que queramos a unos políticos porque nos identificamos con sus ideales. Pero no se justifica que, por defender a un personaje y sus propuestas, empecemos a insultar a otro igual que nosotros… a otro colombiano.
Sé que la política no es algo que a muchos les interese. Muchas personas, tanto en Colombia como en otros países, son pesimistas e incrédulos frente a ella. Y es natural que pase. De tantas promesas y promesas que los políticos han hecho, cuesta al final creerles, debido a sus incumplimientos y a la utilización que hacen de la gente – como medio – para lograr sus fines.
Los colombianos somos de extremos. Parece que nos gustara estar divididos y seguir en una pelea constante, que a la final, no nos va a llevar a nada bueno. Vemos cómo a través de las redes sociales, unos y otros se amenazan de muerte. Vemos cómo las personas, por pensar y ser diferentes, se matan en las calles sin dimensionar el daño que generan en un semejante.
La impulsividad como cualidad, y la pasión como emoción, son cosas que debemos de aprender a controlar. No podemos dejarnos llevar por un momento de efervescencia e insultar a otros porque son contradictorios a lo que pensamos, somos y hacemos. Conversando, podemos convivir con la otredad sin estar de acuerdo. Quienes podemos vivir en medio de las diferencias, hacemos de este mundo un lugar mejor.
Colombianos, quiero que votemos a conciencia. Que votemos sin decirle a nadie cuál será nuestro voto, incluyendo las redes sociales. Que votemos por una plena convicción de las propuestas que tenga un candidato, o que si ningún candidato nos convence, manifestemos nuestro desacuerdo a través del voto en blanco.
Es importante saber qué queremos los colombianos el próximo 27 de mayo… si continuar en un país de mierda, como lo dijo el periodista César Augusto Londoño el 13 de agosto de 1999 – cuando mataron a Jaime Garzón por hacer lo que nadie más se atrevía – o si queremos un cambio y elegimos a candidatos con propuestas sensatas y progresivas, que le den un giro de 180 grados a la historia del país. Somos parte de una sociedad en donde cada ciudadano es un sujeto político que puede incidir, ya sea para mantener el bienestar de una comunidad o para ir en contra de él.
Saliendo a votar es como demostramos lo que queremos. Tenemos un poder enorme en nuestras manos para decidir el futuro de Colombia y muchos se abstienen. Votar es la mejor manifestación que se tiene en una democracia, a través de la cual, podemos ser parte del cambio y generarlo.
Con acciones es como se logran los cambios…y no en redes sociales.