El comportamiento humano siempre a familiarizado con el contacto hostil y la violencia como su respuesta a la supervivencia o la conquista del apetito del Ego, como un detonador de innumerables actos muchas veces torpes y vulnerables, en otros casos hábiles y con demostraciones de gran destreza y habilidad.
Sin embargo, desde las guerras romanas y napoleónicas hasta el día de hoy, el individuo como estratega siempre se ha caracterizado por usar la persuasión como un mecanismo adaptativo o estratégico de afrontamiento, en el cual los deseos, impulsos o ideas del otro son influidos para dar una percepción de mayor o menor capacidad de la que se tiene en la realidad , como también, para provocar acciones que dirijan al persuadido a movimientos que beneficien o coloquen en posición de ganancia al persuador.
En estos tiempos de tanta información que corre de forma transatlántica en cuestión de milisegundos a través de las redes sociales, los medios tecnológicos y todo el sistema de comunicación, esta guerra se ha trasladado a un nuevo campo, ya no es el bello y amplio campo de Waterloo, o las amplias playas de Normandía o los antiguos maizales Gettysburg.
La internet y todo el ecosistema digital ha dado un amplio espacio para que cualquier persona use las antiguas y conocidas estrategias de la guerra de la persuasión en este lugar.
La facilidad con la cual un individuo u organización puede equipararse e inclusive igualar fuerzas rápidamente con una estructura de mayor complejidad, tiempo o experiencia es impresionante.
Solo en los últimos años las micro-multinacionales han aumentado un 85% en todo el mundo, la capacidad de estas pequeñas pero muy hábiles compañías, ha sido su persuasión acompañada con un grado alto de efectividad a nivel global, su pericia para adaptarse y mostrar un mayor poder de resolución y cercanía con sus clientes es increíble, dejando a un lado el sangriento océano de las mega industrias y su competencia voraz de forma convencional.
Sin embargo, esto también ha permitido a poderosos gigantes tecnológicos e individuos tener una ventaja competitiva abismal dentro de la guerra de la persuasión, permitiéndole ampliarse y moverse a nuevos campos de batalla, exigiendo a los rezagados adheridos a moldearse a su lugar de guerra.
De hecho, aún se ha filtrado dentro del comportamiento de las relaciones sociales este intuitivo deseo de persuasión, que por los días que escribo este capítulo, las personas han creado un mundo y una realidad diferente en las redes y el campo virtualizado.
Las mujeres han perfeccionado y hasta eliminado sus no tan queridos defectos físicos según la ideología que marca el novismo de esta guerra de persuasión, quitar, poner, aumentar, disminuir, filtrar. todo esto es muy conocido dentro de este campo de batalla.
Las historias que narran sus perfiles se ha hecho toda una vitrina de venta y socialización de forma que cualquiera pude acceder hasta el más detallado asunto de otra persona.
Por este tiempo se acaba de lanzar por parte del señor Mark Zuckerberg fundador de Facebook el famoso Meta Verso una especie de singamia entre la realidad virtual y la conectividad de las redes , un ambicioso proyecto que intentara persuadir a los ya más de 2.740 millones de suscriptores de Facebook y 1200 millones de Instagram , otro amplio campo donde veremos la persuasión en su mayor expresión, intentando ganar posición en todas las áreas del mercado y del comportamiento humano.
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