Los áulicos del gobierno Petro no paran de aplaudir que después de veintidós viajes al extranjero, el Presidente haya estado algunos días en La Guajira y desde allá, entre líneas, haya lanzado su laboratorio socialista.
Gustavo Petro no da puntada sin dedal y lo que hizo en La Guajira no es más que el abrebocas para llevarnos por el camino del socialismo, ese mismo que elimina la iniciativa privada y que gracias a un decreto de emergencia económica, social y ecológica le brinda la oportunidad de gobernar a punta de lapicero.
Y este laboratorio, del cual La Guajira será el conejillo de indias, le servirá a Petro para imponer sin talanqueras, su modelo de salud, el mismo que sigue empantanado en el Congreso, pero que sí o sí van a implementar y tal como lo expresó “es el proyecto de ley que hemos presentado, pero lo vamos a aplicar de una vez”. Es decir, Petro deja claro que no le importa si no tiene las mayorías, la Constitución le permite emitir decretos de emergencia y así encontró la manera de brincarse al legislativo.
Además, tendrá el gobierno gracias a este decreto de emergencia diez sectores más en los que podrá, sin que pueda cuestionarse las decisiones que tome, imponer su modelo socialista, que no es más que una idea fracasada y que nos iguala a todos, pero por lo bajo, democratizando la pobreza.
Y es La Guajira es el piloto: «La venida aquí, como gobierno, tiene como objetivo, ojalá no ilusorio, mirar cómo un gobierno puede sentar las bases de lo que podría ser ponerse en otro carril, del carril de la exclusión hacia el carril de la inclusión democrática, y comenzar ese trecho hacia un mejor puerto», indicó en uno de sus discursos el Presidente, lo cual suena muy bonito, pero no lo es tanto, porque no es más que una muestra de que sin importar cómo, Gustavo Petro está dispuesto a imponer su modelo que nada tiene de democrático, todo con el fin de satisfacer su ego y venderse como el que logró lo que nadie más.
Es claro que La Guajira padece décadas de abandono producto de sus altos niveles de corrupción. Además, una sentencia de la Corte Constitucional dice que hay un estado de cosas inconstitucional en este departamento, lo que básicamente significa que allá no funciona el Estado y que sus habitantes no gozan de los derechos consagrados en la Constitución. Y claro que hay que atender a su población y mejorar sus condiciones, pero no puede hacerse con populismo y forzando la implementación de un modelo que los expertos nacionales e internacionales han dicho hasta la saciedad que no funciona. ¿Adivinen quién pagará los platos rotos del fracaso en La Guajira? ¿Adivinen a quién culpará el Presidente de su fracaso?
Y después de La Guajira, ya nos lo anunciaron, siguen Guaviare, Chocó, Amazonas y Cauca. Allí llegará el laboratorio socialista del Presidente Petro y con él la zozobra. ¿Y luego que departamento sigue? ¿Quizás Antioquia? Amanecerá y veremos, pero no lo permitiremos.
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