En un debate acerca de la prostitución en la universidad, una alumna le dijo a uno de sus compañeros: “tú estás a favor de legalizar la prostitución porque si te empobrecieras, prostituirte nunca será para ti una opción que vayas a considerar. En cambio, en nuestro caso siempre está ahí. Prostituirnos cuando tenemos una mala racha, es una opción constante para nosotras. Incluso aquí en la facultad le pasa a compañeras nuestras”. Un silencio se impuso en el aula.
El deterioro laboral en España lo pagan de manera agravada las mujeres. La situación en conjunto empeoró tras la reforma laboral de 2012. De los contratos parciales que hay en España, tres de cada cuatro personas son mujeres. Son casi dos millones de mujeres en esa situación. A diferencia de lo que ocurre en Europa, no tienen un trabajo parcial porque quieran. La mitad, un millón, lo hacen porque no tienen más remedio. Casi medio millón de mujeres escoge voluntariamente una jornada reducida para ocuparse del cuidado de personas dependientes entre otras. El 94,7% de estas razones las esgrimen mujeres. Los hombres no reducimos la jornada para cuidar a nadie. La derecha dice que es natural que las mujeres cuiden. Y cuando las mujeres nos recuerdan a los hombres que también es cosa nuestra, algunas las llaman feminazis.
Cuando las mujeres recuerdan que es injusto que ellas carguen con el esfuerzo de parir, de cuidar a los hijos, de atender a los dependientes, de ocuparse de los enfermos, hay hombres que dicen que las mujeres criminalizan a los hombres por ser hombres. Inés Arrimadas, de Ciudadanos, ha salido en defensa de esos hombres que están hartos de que les llamen maltratadores por ser hombres. Pero nadie llama a todos los hombres maltratadores. Es la falacia del hombre de paja. Inventar un adversario para parecer que tienes razón.
Sí es verdad que votar a determinados partidos, rema en la dirección del maltrato. Todas las políticas que empeoren las condiciones laborales, perjudican especialmente a las mujeres. Votar al PP, a VOX o a Ciudadanos es colaborar con el maltrato porque quieren un modelo de sociedad donde las mujeres no puedan ser iguales en todos esos ámbitos en donde la desigualdad les perjudica y tampoco pueden ser diferentes allí donde la exigencia de ser iguales las descaracteriza. Las mujeres quieren iguales salarios, igual acceso a puestos de responsabilidad, iguales pensiones, pero no quieren ser iguales a ese modelo de masculinidad que solventa los problemas gritando y con bravatas. No es igual una pelea entre dos tipos por un altercado de tráfico que un hombre dando una paliza a su pareja o ex pareja. Tratar igual estos dos hechos perjudica profundamente a las mujeres. Porque el maltratador las golpea por mujeres. Por el hecho de ser mujers y porque ellos tienen una voluntad de dominación, de posesión, de control, de pertenencia. Las golpean porque ellos son hombres y ellas mujeres.
Unidos Podemos ha planteado que se retiren las subvenciones a la Real Academia si no hay paridad. He creído escuchar a un académico de la lengua gritar: ¿Qué? ¡Qué coños es esa mierda, maldita sea pardiez tanta mariconez! ¡Me vais todas a comer…! Perdón. A quién se le ocurre que ningún académico pueda pensar de manera tan vulgar… Aunque uno se acuerda del ilustre que pensó que llamar a Ada Colau pescadera era un insulto y quizá sea verdad que el 8M la RAE no va a hacer huelga.