La educación desde las fuentes judías

La educación es una constante antropológica. No hay un pueblo que no la haya requerido para transmitir a las nuevas generaciones sus acumulados materiales, simbólicos y espirituales. Como puede imaginarse, la supervivencia de un pueblo, además de la formación de su carácter, depende de lo que se tenga por educación. Un pueblo es lo que ha podido hacer de sí mismo mediante la educación. Moses Mendelssohn (1991) afirma que educar significa ayudar al ser humano a fomentar su felicidad y ocuparse de su porvenir. Esta es una especie de obligación que la naturaleza impone a los padres. Sin embargo, en un sentido más amplio la educación de los niños y de las niñas es una de las más grandes responsabilidades de la cultura —entiéndase por esto el proceso de preservación y transformación de la tradición—. Es decir, tanto los padres como la cultura están llamados a inscribir a los niños y a las niñas en el mundo al que se dirigen o al que arriban, porque es en esa inscripción que pueden dar forma a su humanidad. En efecto, los niños y las niñas son activos en la formación de sí mismos, pero dicha formación no comienza ni depende solo de ellos. Comienza y depende del otro familiar y cultural. Educarlos significa no abandonarlos a su capricho veleidoso. Martin Buber (2003) sostiene que solo pueden responder la pregunta en qué y para qué educar, aquellos que han luchado por hacerse a una idea clara de la época. Ahora bien, una época no se define solo por su presente, importa el pasado que la precede y que, de alguna manera, persiste, por curioso que parezca, renovando las posibilidades del ser humano de no perecer en la inmediatez. Hacerse a una idea clara de una época es considerar lo que los seres humanos necesitan conservar para no perderse en lo que cada época impone como su verdad.

Plantear el que la humanidad necesita de la educación para poder realizarse y alcanzar su perfección, significa el tener que elevar la pregunta por la naturaleza de la relación educativa, Buber (2003) afirma que esta ha de ser una relación dialógica. Dialógico no es igual al diálogo que va de la palabra al silencio de los hablantes. Una relación dialógica es una conversación continuada incluso cuando los hablantes no están ya presentes, porque ambos se han convertido en una parte fundamental de uno y otro. En este sentido, una relación dialógica no es solo interpersonal, también está referida a la cultura. Los seres humanos están abocados a vivir en el presente que los pone a unos frente a otros, pero también es una necesidad humana el buscar referentes en la tradición. No solo se conversa con el prójimo, también se conversa con la tradición. Podría inferirse que el no poder hacerlo, además de ser el caudal de una profunda tristeza, es una exposición radical al vaivén del presente, a su inmediatez.

La educación desde las fuentes judías es una afirmación de la tradición, Walter Benjamin (2009) reconoce que la tradición judía es una fuente de fuerzas espirituales necesarias para la humanidad no solo para los judíos. En materia moral, los judíos saben que D-os entrega la Torah en el desierto porque este es extenso y no conoce dueño. La Torah no conoce límites y no pertenece a nadie. Aunque solo los judíos han hecho de ella su patria y por ello han podido sobrevivir la diáspora y la asimilación. D-os exige su estudio e interpretación porque una persona ignorante no puede ser devota en verdad, solo puede ser fanática.

En materia política el aporte de las fuerzas espirituales judías puede apreciarse en un concepto tan grato para la política moderna como lo es el de cosmopolitismo. Immanuel Kant (2012) lo introduce en su ensayo Sobre la paz perpetua para indicar la necesidad de una educación basada en el bien común y universal. No es cosmopolita el que viaja mucho, sino el que es capaz de pensar y actuar en favor de la humanidad. Sin embargo, como destaca Natan Sznaider (2012), este concepto en su versión kantiana no está exento de riesgos; allí donde se lo sueña, también se lo ha utilizado para justificar un universalismo déspota con la diferencia. Justo porque todos los seres humanos son iguales no puede tolerarse el que sean diferentes. A pesar de que parece no ser así, este es el gran riesgo de los movimientos políticos y sociales que, en nombre de la justicia y la reparación histórica y política, pretenden imponer un modo de ser a todos aquellos a los que declaran sus enemigos. Si la Torah enseña que solo D-os es bueno, los seres humanos deben estar alerta frente a la posibilidad de errar y dañar a sus prójimos enarbolando elocuentes palabras como justicia y reparación. Por su parte, el cosmopolitismo judío se reconoce en la necesidad de un cierto orden universal en el que participan todos los seres humanos, pero también recuerda la necesidad de que cada uno pueda florecer en su diferencia porque está tiene por contenido su situación histórica y su tradición. Esto es válido tanto para los pueblos como para los individuos.

En otras palabras, la educación desde las fuentes judías no solo sirve a la preservación de un pueblo específico, sino que recuerda a la humanidad un hecho consumado, la realidad de los seres humanos son sus diferencias. Cuando esto se olvida, el camino hacia el totalitarismo y el fascismo está abonado.


Referencias

Benjamin, M. (2009). Obras. Libro II/vol. 2. Abada.

Buber, M. (2003). El camino del ser humano y otros escritos. Kadmos.

Kant, I. (2012). Sobre la paz perpetua. Akal.

Mendelssohn, M. (1991). Jerusalem o Acerca del poder religioso y judaísmo. Anthropos.

Sznaider, N. (2012). La memoria judía y el orden cosmopolita. Capital Intelectual

Alexánder Hincapié García

Doctor en Educación de la Universidad de Antioquia, Magíster en Psicología, con estudios de pregrado en psicología y filosofía. Realizó su estancia doctoral en la Universidad Nacional Autónoma de México. Su tesis doctoral obtuvo la máxima calificación, Summa Cum Laude. Reconocido como Investigador Asociado por COLCIENCIAS. Ha sido profesor de pregrado y postgrado en distintas universidades. Se define más que profesor como un investigador social sin credos epistemológicos.

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.