“Las aulas deben ser lugares de resistencia hacia esos discursos anti derechos y lugares que generen transformación, donde la liberación intelectual sea esa arma de doble filo que los opresores no se dieron cuenta de que estaban desarrollando.”
En la lucha de clases en la que vivimos, la educación se ha convertido en un arma de doble filo. El sistema educativo, lejos de generar igualdad, se ha convertido en una herramienta fundamental para la reproducción de las desigualdades sociales impuestas por el sistema del capital. Pero, ¿y si utilizáramos ese doble filo de la educación como un arma de liberación, en lugar de solo dejar que nos oprima?
El sistema educativo está diseñado para perpetuar las estructuras de poder existentes. Desde niños se nos hace aceptar lo que dice el statu quo, a conformarnos con las “reglas” que se nos imponen y obedecerlas sin cuestionarlas, sometiendo a las futuras clases trabajadoras a un currículo donde no desafíen el sistema, sino más bien lo mantengan sin cuestionar nada.
Pero, no todo está perdido. La educación crítica y liberadora, donde las personas puedan pensar por sí mismas, puede cambiar el futuro de las clases trabajadoras. Imaginemos una educación que no solo transmita conocimientos, sino que fomente la libertad en el pensamiento y la conciencia social. Una educación que empodere a la clase trabajadora para que puedan cuestionar las injusticias que diariamente se dan en este país, para que luchen por sus derechos y para que puedan soñar con algo más que solo sobrevivir.
Es necesario hacer una liberación intelectual que comience con la conciencia de clases y la conciencia de las desigualdades en las mismas. Desde las desigualdades en la distribución de los recursos hasta la exclusión y discriminación de algunos grupos. Por esta razón, es clave entender de qué manera el sistema educativo nos mantiene oprimidos, ya que cuando seamos conscientes de esto podremos empezar a generar cambios dentro del mismo.
Pero lamentablemente esto no es suficiente. La verdadera transformación va mucho más allá de generar una crítica. Esto requiere acción, significa buscar una educación que no solo enseñe a memorizar unos hechos, sino más bien cuestionar dichas narrativas que se nos han impuesto, buscando nuevas formas de pensar y actuar frente a las mismas. Fomentando de esta forma la participación estudiantil en la comunidad, buscando la solidaridad entre las clases trabajadoras y la unión para la lucha por un cambio real.
La emancipación de las clases trabajadoras a través de la educación puede sonar utópico, pero no, es más bien una necesidad urgente en la lucha contra la opresión capitalista. Por eso creo que es hora de rebelarse contra este sistema educativo que nos ha enseñado a que nos tenemos que conformar con las injusticias, que cada vez se normalizan más y lo más preocupante es que las clases oprimidas por las mismas, las han normalizado. Por eso es hora de generar una revolución, abrazando una educación que nos dé un conocimiento para desafiarlas. Las aulas deben ser lugares de resistencia hacia esos discursos anti derechos y lugares que generen transformación, donde la liberación intelectual sea esa arma de doble filo que los opresores no se dieron cuenta de que estaban desarrollando, ya que ¡una mente liberada es lo primero para que generemos una sociedad liberada!.
Me parece perfecto!!! Que chico tan inteligente y con tan increíble pensamiento…. Admirar la nueva generación!