Para iniciar este articulo me gustaría preguntar, ¿Qué es o que entendemos por diversidad?
La pregunta parece ser obvia, pues se podría decir que al indicar diversidad en el ámbito social se habla de las personas que no son como “nosotros”, de las que tienen otras costumbres o tradiciones, de las que viven en otros países o de las que hablan otro idioma aun dentro de la misma nación; también se puede hacer alusión a lo positivo o negativo del término: es conveniente ser diverso porque no se tiene que ser igual, o bien, no es favorable serlo porque se corre el riesgo de quedar fuera de diferentes beneficios o simplemente de no tener la oportunidad de participar o de no ser considerado.
En la etapa de globalización en la que se encuentra la sociedad actual que conlleva el dominio de modelos culturales, políticos y económicos (Giménez, 2007), ser diverso (no aceptar el modelo o a partir de éste diferenciarse) puede ser el sello de distinción tanto grupal como individual. Esta referencia adquiere especial relevancia en un contexto en el que se podrían estar empleando distintos criterios para hacer más notorias las diferencias, lo que podría apuntar a formas más específicas y sutiles de segregación y discriminación.
Ahora bien, veamos la situación con respecto a la diversidad en el continente americano, nos encontramos de que puede ser uno de los continentes mas diversos en el mundo; tanto en lo social como en lo cultural, pero ¿Cómo puede ser la diversidad factor de desarrollo?
Con base a lo anterior, podemos responder de la siguiente manera: un país que quiera asumir el reto de la globalización en estos tiempos y encaminarse al desarrollo sostenible, debe aceptar la diversidad y no rechazarla. Miremos un claro ejemplo: Canadá, un país basado en la creencia fundamental de que la diversidad es una ventaja y no un inconveniente; que la apertura al comercio y la inmigración puede generar crecimiento económico que puede beneficiar a las personas del mundo. Convirtiéndote así en un estado con una fuerza de cambio comprometida y constructiva en el mundo, siendo un país diverso y no dividido, un país abierto y comprometido, y no uno cerrado y aislado.
Y esto le ha dado la ventaja ante el mundo, debido a que gracias a su diversidad y no pese a ella, Canadá muestra uno de los mejores índice de igualdad a nivel mundial con un 0,33 según el coeficiente de GINI, mostrando un fortalecimiento en su gobernabilidad, economía y su cultura. Muy diferente a lo que sucede en su país vecino (que lo que hace es rechazar la diversidad que tiene y discriminar a sus habitantes, generando desigualdad)
Ahora veamos a Colombia, un país lleno de diversidad, enfrentando un proceso de migración histórico con la llegada de venezolanos, el gobierno ha reaccionado tarde con respecto a este tema y no supo aprovechar esa llegada de migrantes que podían generarle mayor crecimiento social, cultural y económico.
Al cerrarse de cierto modo (no hacer nada), esta situación generó discriminación y esto impulsó la desigualdad que existe en este país (uno de los países mas desiguales con un índice mayor al 0,5 según el coeficiente de GINI).
Saber aprovechar la diversidad puede impactar de manera positiva a nivel regional y mundial a un país, en Colombia no se vive así, a causa de ese apego al modelo gringo de dirigir y tomar decisiones.
Esperemos que el próximo presidente pueda ver en la diversidad una herramienta para impulsar el desarrollo y no un impedimento.