En medio del panorama político convulso que atraviesa Colombia, la propuesta del presidente Gustavo Petro de convocar una constituyente para aprobar reformas sin el respaldo del Congreso de la República no solo constituye un ataque frontal a las instituciones democráticas del país, sino que revela una peligrosa deriva autoritaria por parte del mandatario, cuyos métodos agitadores y desprecio por el estado de derecho han encendido las alarmas en los círculos jurídicos y políticos.
Es imperativo destacar que la Constitución colombiana establece claramente los procedimientos para llevar a cabo reformas legislativas, los cuales requieren el consenso y la deliberación del Congreso como órgano representativo del pueblo. Sin embargo, el presidente Petro ha optado por eludir estos procesos democráticos y recurrir a una estrategia divisiva y polarizadora que socava los cimientos mismos de la democracia.
Es evidente que la propuesta constituyente del presidente Petro no solo es un intento descarado de concentrar un poder excesivo en manos del ejecutivo, sino que también representa un asalto directo a la división de poderes y al principio de separación de funciones, fundamentales para garantizar el equilibrio y la rendición de cuentas en cualquier sistema democrático.
Además, la elección de métodos agitadores y desafiantes por parte del presidente Petro revela un menosprecio preocupante por el estado de derecho y la legalidad, valores que son esenciales para la protección de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos. En un momento en el que Colombia enfrenta desafíos urgentes en materia de seguridad, justicia y reconciliación, la actitud confrontacional del presidente Petro solo sirve para profundizar las divisiones y socavar la confianza en las instituciones democráticas.
La propuesta constituyente del presidente Petro no solo amenaza con llevar al país por un camino peligroso hacia el autoritarismo, sino que también plantea interrogantes sobre la viabilidad misma de la democracia colombiana en el siglo XXI. Es hora de que todos los ciudadanos y actores políticos se unan en defensa de los principios democráticos y exijan que cualquier iniciativa de reforma se lleve a cabo dentro del marco institucional establecido, antes de que sea demasiado tarde para salvar nuestra democracia de la deriva autoritaria.
Ojos abiertos Colombia 🇨🇴
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