La calidad de las reuniones

Aún queda mucho por analizar sobre el impacto de la pandemia del Coronavirus y siempre se dirá que no se puede generalizar. Salimos de ella muy rápido a recuperarnos sin tiempo a observar qué cambió. Pero hoy es posible sostener que, desde entonces, la calidad de las reuniones entró en una crisis de la cual aún no se recupera.

Aislamiento social, virtualidad y redes sociales amenazan la productividad y la calidad de las reuniones de trabajo, académicas, de gestión, políticas y otras tantas, pues, así como somos comunidad, somos reuniones. Es ineludible participar de una reunión por insignificante que parezca el tema.

Se ha desarrollado, más para mal que para bien, el don de la ubicuidad. Hoy es común encontrarse en reuniones presenciales, donde una o varias personas, están conectadas a otra u otras reuniones virtuales a la vez, en algunas oportunidades con audífonos. Algunos y algunas logran la omnipresencia.

Esto cuando es otra reunión, supongamos de trabajo o de un segundo trabajo. En ocasiones se conoce que las personas chatean en redes con temas familiares, de reclamos por compras defectuosas, separando citas de salud, el desamor del amigo o amiga y otros mil temas, menos del que se está conversando en la reunión.

Hasta en la reunión presencial más seria, con el llamado a que pongan en silencio sus celulares, de repente la reunión se ve alterada por un audio, por ejemplo de un tiktok o una canción en el estado de un contacto en wasap o un amigo en Facebook o en tantas otras formas de distraernos mientras otro u otra habla en la reunión.

¿Qué decir de las reuniones virtuales? Monólogos con cámaras de video apagadas y detrás de ellas personas realizando otras actividades. Algunos en reuniones presenciales y conectados a las virtuales con audífonos. Da desconcierto ver estudiantes en otra actividad cuando deberían estar pendientes de la charla de su docente.

Hay una amenaza a la productividad de las reuniones cualquiera que sea su objetivo. La misma sociedad se ha encargado se sistematizar las reuniones para que tengan planificación, un orden del día, un objetivo, el desarrollo, las conclusiones. Las reuniones son eslabones de los procesos cualquiera que sea el área.

Nota: no solo la virtualidad y las redes afectan la calidad de las reuniones. También la falta de planificación, el irrespeto por el orden del día y los tiempos asignados, la ausencia de claridad con los objetivos del proceso y de la reunión, la falta de consenso entre los grupos sobre las activades.

Fredy Escobar Moncada

Trabajador Social. Magíster en Ciencia Política.

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