Que «ante la ley todos somos iguales», aunque HAY UNOS MÁS IGUALES QUE OTROS, le añadió algún sarcástico. Sí, eso es real, verídico, irrefutable, eso es más que evidente. Pasa desde que se crean las normas, y quienes las promulgan se blindan para nunca ser juzgados con los parámetros allí establecidos. «Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas», sentencia el evangelista Mateo 23:4.
Lo anterior sí, es un lastre con el que cargan las distintas sociedades que para buscar un equilibrio crean normas y de alguna manera las hacen respetar.
A la par hay un pueblo necesitado de que autoridad alguna le haga justicia, le haga valer derechos individuales y colectivos y juzque y sancione a quienes cree, violaron la norma.
Al que algunos invocan como «el Zarco de Galilea» lo expusieron al pueblo enardecido, y este en su rara sabiduría determinó que sus delitos eran más graves que los de Barrabás, así que pidieron la libertad de este, y la crucifixión de Aquel…¡vaya justicia!
A ese último tipo de pueblo, versión 2020 es al que quiero me quiero referir: ese es el pueblo rabioso, vengativo, intolerante…ese pueblo que escuda sus pasiones más bajas en el manto tierno y hasta altruísta de la Justicia. Ese pueblo que valora el mismo delito dependiendo de quién lo cometa. Ese pueblo víctima o propagador de una histeria colectiva cuyo desenlace puede ser fatal. Líbrame Zarco de que pueblo así sea mi juez algún día.
Las cosas como son, y no como cada cual crea que son: el delito hay que sancionarlo, pero es fastidioso, hostigante, desafiante encontrarse en redes sociales unos coros celestiales clamando que se haga justicia con unos y aplaudiendo sin vergüenza alguna esos, o delitos más graves en otros actores sociales.
Si van a hablar de Justicia retomen bien el libreto. Para no dármelas aquí de que investigo hasta la saciedad, reconozo que le dí a san google «justicia: significado» y esto me arrojó: «Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde».
Dentro de esos coros celestiales apostados en el ciberespacio tengo el convencimiento de que hay quienes no han agotado del todo el sentido común, de la proporcionalidad y la capacidad de razonar en frio, así que si se resuelven a meditar sobre el término Justicia, con todos sus ingredientes, en este servidor encontrarán un aliado incondicional, y no como dicen por ahí, «para hacernos pasito», no señores, para exigir JUSTICIA PARA TODOS.
Alguien escribió: «si tu derecho no es derecho de los demás, ya no es derecho, es privilegio»…haciendo un paralelo con la justicia, diría yo: «si la justicia que reclamas para unos, no la pides para todos, entonces no es justicia, es venganza»