Justicia injusta

Un pilar fundamental de cualquier estado que se denomine democrático es la independencia de su sistema judicial.


Luego de haber pagado alrededor de 43 millones de pesos a la alcaldía mayor de Bogotá por los daños causados a una estación de Transmilenio durante el Paro Nacional del 2019, el Tribunal de Bogotá condenó a Daneidy Barrera “Epa Colombia” a cinco años de cárcel, le imputaron delitos como daño en bien ajeno agravado en concurso con instigación a delinquir con fines terroristas y perturbación en servicio de transporte público.

La noticia causó revuelo en algunos sectores puesto que había reconocido su error, pidió disculpas públicas, asumió los gastos y creo una empresa para generar empleo, sin embargo, al parecer esto no fue suficiente para algunos que apelaron a la multa impuesta y llegaron hasta las últimas instancias. Este nuevo caso en la justicia colombiana abre de nuevo el debate sobre si nuestro sistema judicial está privilegiando a una clase e ignora y oprime a otra.

Si bien, después de la condena debe haber un proceso de reintegración y resocialización a la vida civil, pero cuando la acusada avanza en su proceso de resocialización de manera exitosa, reconociendo errores y buscando formas de reparación y no repetición ¿Por qué esta pena tan desproporcionada? Y peor aún ¿Por qué la justicia colombiana no ha actuado en casos como el de Andrés Escobar? Quien, siendo civil disparó abiertamente a manifestantes en las protestas de mayo. Aunque muchos pretendan decir que es exageración, nuestro sistema penal es clasista, elitista y sirve a la clase burgués.

En el paro nacional una de las tantas cosas que pedía la gente era que se acabara la corrupción y la injusticia social, ¿Qué visión creen que se llevan los marchantes al ver que la justicia actúa en unos casos y otros no? ¿En serio algunos creen que se puede tener alguna legitimidad ante un sistema así?

En un Estado Social de Derecho, las decisiones judiciales deben respetarse y acatarse, pero en un país como el nuestro, donde la justicia está politizada y privilegia a una clase social, no puede hablarse de respeto a la justicia y de paso a la institucionalidad. Es triste, que en un país tan polarizado como el nuestro, la justicia cada día que pasa pierde legitimidad y credibilidad, cuando callan ante hechos bochornosos como lo es que a la ministra de las TICS se le embolaten 70 mil millones de pesos y que no pase absolutamente nada.

Una reforma estructural es lo que necesita nuestro sistema judicial, un sistema incluyente, fuerte, que no excluya ni privilegie a nadie, que llegue a todos esos lugares de la Colombia olvidada y que no solo sea para actuar con retaliaciones a quien sea un obstáculo para el poder, porque sin duda alguna un pilar fundamental de cualquier estado que se denomine democrático es la independencia de su sistema judicial.

Juan Sebastián Marín

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