A Independiente Medellín hay que abonarle la actitud, que lastimosamente, para los paisas, llegó tarde. Si Rescalvo, que se hace llamar director técnico poderoso le hubiera dado por arriesgar tan solo un poco en la primera mitad, la historia habría sido diferente. Pero regalarle, literalmente, un tiempo a este Junior de Barranquilla es un pecado que se paga, más si es una final.
Con hambre de título, y un Metropolitano casi lleno, el combinado costeño fue agresivo, las sociedades entre Jarlan Barrera, Chará y Teo fueron la constante que marcó la diferencia. Si bien el rojo paisa presentó una defensa férrea, no fue suficiente para detener un misil de Barrera, que tiene al DIM de cliente, a punta de golazos.
Otro factor clave a destacar en el Junior es Víctor Cantillo, el ex Deportivo Pasto se ha convertido partido tras partido en el equilibrio tiburón del mediocampo, sin ser muy perfecto ni muy vistoso, ha llevado a cabo de manera correcta, esa ardua labor de sacar limpia la pelota, lo cual otorga al equipo más facilidad a la hora de colocarse en posición de ataque. Con 24 años, y ese rendimiento, es probable que Víctor consiga hacerse con un rol más relevante a nivel local y por qué no, internacional.
A la hora de evaluar el papel ofensivo de los dirigidos por Comesaña los elogios quedan cortos. La dupla del momento, Cha-Teo, sigue deleitando en las pantallas, reforzados ahora por Jarlan Barrera, uno de los mejores y pocos prospectos que tiene el fútbol profesional colombiano a futuro, que ha ganado experiencia y madurez que tanto le había faltado.
Como todo equipo, siempre habrá un jugador que se destaque por encima de todos. Sería un error nombrar a alguien diferente a Yimmy Chará, el habilidoso interior/extremo colombiano que se ha ganado el corazón de miles de costeños, así como lo hizo con los paisas en Atlético Nacional y los pijaos en Deportes Tolima. Su velocidad y habilidad con el balón fue ausente en su fugaz paso por México, pero aquí en su tierra el fútbol le fluye. Su gran momento se ratifica con goles, asistencias, buen fútbol y un llamado a la selección, donde sin muchos minutos se ha ganado la confianza de hinchas y cuerpo técnico. Postulándose como uno de los inamovibles en la escuadra que José Néstor Pekerman llevará a Rusia.
La ecuación es fácil en Barranquilla, mientras se juega bien y se es eficaz los resultados llegan, potenciar a buenos jugadores y asociarlos con otros de la misma calidad creará sociedades que ganan partidos, la Copa Colombia ya está en casa, siendo terceros en liga y semifinalistas en Suramericana lo del Junior es tremendo, pero dependerá de ellos demostrar si su éxito será solo local, o también internacional.