La semana que termina en Colombia sorprendió la arena política con la salida del Polo Democrático Alternativo del senador Jorge Robledo y su sector político el MOIR. Tras profundas diferencias tácticas, electorales y discursivas al interior del partido, que le permitió alcanzar su máximo esplendor como senador y excandidato presidencial.
La realidad de su salida y del colectivo que el senador Robledo representa, es como manzana de la discordia el senador Gustavo Petro de la Colombia Humana, ex fundador del POLO y excandidato presidencial por esta misma colectividad. Donde las mayorías del PDA apoyan hoy la iniciativa, de realizar una gran acuerdo nacional para la unificación de una candidatura presidencial para el 2022, para derrotar los mismos con las mismas que han mal gobernado a Colombia por más de 200 años.
Situación anteriormente expuesta que trae a la memoria las profundas y constantes divisiones de la izquierda democrática en Colombia, frente a sus orígenes, causas, responsables y los resultados políticos poco alentadores obtenidos en una minoría en la representación política nacional hasta hoy. Siendo estos resultados NO por falta de ideas y de programas políticos, para un gobierno progresista, alternativo, humanista y socialdemócrata, donde estos sectores en Colombia brillan por sus ideas de cambio para la transformación positiva de la maltrecha realidad político y social Colombiana para las masas ciudadanas hoy indignadas, desatendidas y Movilizadas.
A manera de resumen, podemos decir que la izquierda colombiana no ha llegado a la Casa de Nariño por la falta de unidad política alrededor de un programa e ideario con agenda nacional unificador y consensuado, con todos los actores de las diferentes vertientes. Incluso más allá de la propia izquierda, donde se comprometan con estas ideas políticas de cambio para el país, para el caso en mención, han primado las desavenencias, odios, disensos viscerales, por posturas personalistas, caudillistas y sectarias, que han hecho inviable este proyecto Nacional.
El 2022 es el momento nacional propicio para la realización, construcción y unificación de las ideas progresistas, humanistas, alternativas y social demócratas. Estando en la obligación histórica, estos sectores partidistas y su dirigencia, no de dividir y polarizar a Colombia, si no por el contrario presentarle a la sociedad un ramillete de precandidat@s de lujo a la presidencia del país, y que sea el pueblo colombiano, mediante consulta popular, quien en las urnas dirima e indique quién es este candidato presidencial que llevará las banderas políticas de cambio para Colombia. Donde el senador Gustavo Petro entra al partidor electoral con la histórica votación de 8.000.000 de votos y sueños de colombian@s que añoramos un país del tamaño de nuestros sueños para las generaciones presentes y venideras.
Para los que han dividido y están dividiendo la izquierda en Colombia, los militantes y dirigentes soñadores les hacemos un llamado a la DIGNIDAD, para que depongan sus agendas ocultas y se sinceren con el país, uniéndose a este proyecto político donde hoy COLOMBIA requiere de una UNIDAD NACIONAL, para enfrentar en las urnas las fuerzas retardatarias y oligárquicas nacionales y lograr así la tan anhelada transformación que demanda nuestra sociedad colombiana.
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