Son tantos los temas sobre los cuales versa la recién presentada reforma tributaria, que hay materias de vital importancia para el desarrollo de la sociedad que se pierden en el debate como lo es el caso del gravamen a la conexión de Internet de estratos 3, el impuesto a la navegación móvil y a los computadores, tabletas y celulares que superen cierto valor. Un capítulo que además de análisis debe generar rechazo público por parte de los ciudadanos puesto que golpea contundentemente un avance de la sociedad como lo es la penetración y acceso al Internet.
Empecemos por mencionar la importancia del Internet para el desarrollo económico de las sociedades. De acuerdo a un estudio publicado en la página datafantasies. com por los profesores Richard Lynn y Tatu Vanhanen, los países con mayor acceso y velocidad de Internet tienen correlación con el coeficiente intelectual (IQ) de sus ciudadanos. Así, países como Venezuela y Bolivia que tienen bajo acceso y velocidad a Internet tienen ciudadanos con los más bajos coeficientes intelectuales, mientras que Japón y Singapur tienen unas de las poblaciones más inteligentes del planeta, al igual que altas velocidades de conexión a la Red.
En Colombia tenemos un Gobierno que ondea las banderas de la “equidad y educación” pero toma medidas contrarias a estos conceptos. Veamos por qué. El artículo 178 de la reforma tributaria grava con IVA los cursos online, la compra de mayor capacidad de almacenamiento en la nube, el acceso a las bases de datos para las instituciones académicas y plataformas como Netflix que además de proporcionar entretenimiento, también educan. Esta nociva medida promueve la piratería, golpea el acceso a la información y por supuesto la educación a distancia empleando las plataformas digitales y la tendencia a la educación gratuita a través de la Red.
Leer también: La Reforma Tributaria atenta contra una democracia moderna y participativa
En cuanto a la navegación móvil que es uno de los grandes avances de la sociedad al democratizar la posibilidad de acceder al conocimiento, a servicios como el de mapas, entretenimiento, información en tiempo real y por supuesto participación de la ciudadanía en asuntos de interés general a través de las redes sociales, la reforma tributaria grava con un impuesto del 4% este servicio. Un claro y directo desincentivo a un tema que debería estar promoviéndose, pues podemos concluir que promover la participación de la comunidad a través de las redes sociales –de manera responsable- significa fortalecer la democracia.
Adicional a lo anterior, el Artículo 183 de la reforma establece un IVA del 5% a los hogares con conexión fija a Internet en estratos 3, que recordemos es el estrato al cual pertenece la mayoría de colombianos (35% de la población). Un despropósito. No le queda bien a un Gobierno que dice promover la equidad y la educación golpear el acceso al conocimiento, a la generación de empresa a través del Internet y obstaculizar lo que diferentes economistas denominan la Cuarta Revolución Industrial con impuestos y obstáculos a un tema que por el contrario debería ser estimulado. No está de más recordar que Hungría intentó gravar el Internet en 2004 y la sociedad se unió en protesta casi unánime en las calles del país hasta el punto que el Gobierno tuvo que reversar esta medida. También conviene mirar el ejemplo de Estados Unidos, que con el Internet Tax Freedom Act de 1998 que prohíbe cualquier tipo de impuesto al acceso a Internet y al comercio electrónico, cuyos resultados lo han llevado a ser potencia mundial en penetración de Internet, desarrollo de aplicaciones móviles y creación de empresas que se basan en la Red y que por supuesto, además de generar empleos y conocimiento, genera importantes impuestos para el Estado.
Al gravar el acceso a Internet de un porcentaje significativo de los colombianos, la navegación móvil y el comercio electrónico, esta reforma tributaria envía un mal mensaje que denota apetito fiscal y que desconoce la importancia del Internet para el desarrollo económico y social del país. La Revista Time dijo que la economía colaborativa es una de las ideas que cambiarán el mundo, y que junto con Medio Oriente y Asia, América Latina es la región con mayor tendencia a utilizar los servicios derivados de esta tendencia mundial ¿Será Colombia la excepción?
No es tarde para que como sociedad nos manifestemos pacíficamente y digamos al Gobierno y al Congreso que queremos un #InternetLibre.