El pasado mes de Enero la ONG Oxfam, revelo las más recientes cifras acerca de la extrema desigualdad mundial entre ricos y pobres.
Dicho documento muestra un panorama sombrío por decir lo menos, respecto a la distribución de la riqueza en el mundo, en donde el dinero sigue concentrándose en muy pocas personas, y revela que el 1% de las familias del planeta son dueños de casi la mitad (46%) de la riqueza mundial.
“Nos encontramos ante un nivel de desigualdad sin precedentes qué amenaza con perpetuar las diferencias entre ricos y pobres hasta hacerlas irreversibles” esta es la conclusión del informe “gobernar para las elites: secuestro democrático y desigualdad económica”.
El 10% de la población mundial posee el 86% de los recursos del planeta, mientras que el 70% más pobre (más de 3.000 millones de adultos) solo cuenta con el 3%.
Consigna además dicho informe que durante el año pasado 210 personas entraron en la lista de multimillonarios cuya fortuna supera los 1.000 millones de dólares, y cuyo número total asciende a 1.426 personas.
Para ilustrar un poco, el caso estadounidense, asegura que el 1% más rico de la población ha acaparado el 95% del crecimiento económico posterior a la crisis financiera entre 2.009 y 2.011, mientras que el 90% con menos recursos se ha empobrecido en este periodo.
Los países destacados en donde la desigualdad se ha consolidado en los últimos 30años, aparecen Indonesia, China, India, Pakistán y Nigeria. En estos países el 10% más rico de la población ha acumulado una participación en la renta de sus países del 40%.
Respecto a Latinoamérica, considerada históricamente la región más desigual del mundo, el informe destaca algunos avances en la reducción de la inequidad ligados al incremento en el gasto en las políticas de protección social y de reducción de la pobreza y al reciente aumento de recaudación fiscal, destacando especialmente el caso de Brasil.
Entre 2.002 y 2.011 la desigualdad de ingresos ha disminuido en 14 de los 17 países de América Latina. Alrededor de 50 millones de personas se han incorporado a las clases medias, de modo que por primera vez en la historia de este continente hay más personas de clase media que los que están viviendo en la pobreza.
En Colombia el 20% del ingreso nacional se lo lleva el 1% más rico del país, y añade que para poder reducir dichos niveles de desigualdad, es clave los avances en protección social, el empleo digno, la educación, una recaudación de impuestos más efectiva y una adecuada prestación de servicios públicos, aunado al hecho de que los niveles de corrupción sean controlados para no dilapidar los recursos públicos.
Es absolutamente urgente e indispensable mejorar los niveles de la distribución de la riqueza en nuestro país, elevando el nivel de vida de la población más marginada, en el más elemental gesto de dignidad y como elemento dinamizador de nuestra economía.
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