«Hablar de justicia ecológica implica hablar de las gentes empobrecidas»: Francia Márquez

Tomado de Twitter: @FranciaMarquezM

Al Poniente (AP): Lo primero que quiero traer a colación es que en el debate de la Universidad del Norte estuviste hablando de que querías un país con justicia ecológica. ¿Qué entiendes por ese término de “justicia ecológica” y cuál estrategia implementarías para lograrla?

Francia Márquez (FM): Bueno, yo creo que hablar de justicia ecológica implica hablar de las gentes empobrecidas. Justicia ecológica es permitirle a toda la gente de este país tener agua potable. Es permitirle a toda la gente en este país tener acceso a servicios básicos de energía, y eso pasa por una distribución energética. Justicia ecológica pasa por el reconocimiento de la diversidad étnica y cultural, el reconocimiento de los saberes de los pueblos en su diversidad, el reconocimiento de los conocimientos ancestrales y tradicionales, de cómo pueblos campesinos, pueblos negros, pueblos indígenas, han establecido reglas de relacionamiento con la naturaleza, y cómo eso importa en un Estado nación que ahora tiene que darse paso a enfrentar una crisis, que es la extinción de la vida en el planeta.

Justicia ecológica pasa por que en ciudades como Medellín la gente no tenga que envenenarse por la contaminación del aire, que no tenga que sufrir o enfermarse por la contaminación del aire, lo que implica adoptar medidas reales que contribuyan a la salud, al buen vivir. Implica el relacionamiento con la naturaleza, reconocer esos otros seres que están ahí, y entender que como humanidad somos solo una parte, un eslabón de esa cadena de la vida.

AP: No solo verla como algo de lo que extraemos recursos…

FM: No, es que somos parte. No es como que nos pertenece y entonces somos los dueños de todo. La pandemia nos colocó en evidencia que como humanidad no somos dueños de nada.

AP: ¿Y cómo crees que sería posible prestar por ejemplo servicios de electricidad o agua potable? ¿Cómo reconciliar esa necesidad con lo que esa prestación de servicios implica, esos megaproyectos y cuestiones que son bastante difíciles a nivel ambiental?

FM: Yo creo que hay que hacer un tránsito en la matriz energética extractivista, que concentra los privilegios energéticos a manos de unos pocos, que condenan a las mayorías a las inequidades. Todavía en este país hay millones de personas alumbrándose con velas, donde la energía se produce incluso en esos mismos territorios y no le llega a la gente. En mi comunidad tenemos una represa, Salvajina; en Anchicayá, en Buenaventura, tienen otra represa; aquí tienen Hidroituango. La pregunta es si Hidroituango va a ser un suministro de energía principalmente para las gentes de estos territorios.

Muchas veces esa energía es para ser interconectada, y aunque esa energía se produce en esos territorios, los impactos ambientales no se miden en los estudios de estos proyectos. No se miden, ni los impactos humanos, ni los impactos ambientales, ni los impactos socioeconómicos de la población. Porque hay que generar el proyecto para obtener ganancias y ya.

Cerrejón, en La Guajira, es el primer proyecto de explotación minera en América Latina, de explotación de carbón, y mire las gentes de ahí como viven, los niños de ahí como viven, están muriendo de hambre. Entonces, ¿cómo es que ese proyecto energético, a base del carbón, no permite a la gente vivir en dignidad? ¿Y cómo es que ese proyecto no se piensa en términos de ese desafío que hoy tenemos de hacer un tránsito hacia unas energías sustentables? Ese es el desafío, el cambio de la matriz energética. ¿Que eso va a ser fácil? No, eso no va a ser fácil.

AP: ¿Y cómo lo harías? ¿En cuánto tiempo? ¿Qué cambios tomarías?

FM: Eso no va a ser fácil, eso va a tomar tiempo. O sea, llevamos 500 años de extractivismo, no olvidemos que nos esclavizaron por eso, eso no se resuelve en 4 años. Pero sí tenemos que poner las bases de una sociedad que se alista para hacer ese cambio, un cambio que va a contribuir a salvaguardar la vida. Eso pasa por educación, entonces hay que hacer transformación en el sistema educativo, una educación al servicio de la vida… ciencia, tecnología, investigación, ¿sí? Porque aquí no producimos paneles solares, aquí no producimos los aparatos que trae la energía eólica, por ejemplo, entonces todo viene importado.

«El centralismo del Estado está concebido desde una visión colonial, de construir esa visión colonial de ser el centro del universo».

AP: ¿Entonces a dónde se irá esa minería que hacemos?

FM: Adaptarnos a eso implica ir haciendo transformaciones para ir haciendo el cambio. Yo no estoy diciendo que, apenas Francia entre, ya al otro día el extractivismo se acabó en el país, no va a pasar así, pero sí nos aseguramos de que hay políticas públicas enfocadas a ir haciendo el tránsito de esa energía extractivista hacia energías sustentables.

AP: Estabas hablando acerca de estas comunidades que viven cerca de estos proyectos extractivos, y esto también lo quiero vincular con el centralismo del Estado colombiano, que ha hecho que estas comunidades que viven en lo que suelen llamar periferia, no sientan confianza hacia las instituciones del Estado. Entonces, ¿nos podrías dar una o dos ideas de lo que harías desde la administración pública para reconciliar esos lazos entre ciudadanía y Estado?

FM: Sí, yo creo que el centralismo del Estado no es simplemente en términos de las instituciones como aparato. El centralismo del Estado está concebido desde una visión colonial, de construir esa visión colonial de ser el centro del universo, de que somos el centro y por allá están la periferia o las minorías… yo creo que es parte del camino que hay que hacer.

Ojalá yo no tuviera que estar gobernando desde Bogotá. Ojalá yo pueda gobernar desde los territorios, desde las periferias. Ojalá en términos de distribución de recursos lo logremos, y es mi principal objetivo. Los recursos del Estado que se pueden invertir y no se pierden en corrupción, se invierten en los centros, en las capitales. En las capitales también hay periferias, pero cuando digo centros estoy hablando de zonas de privilegio, ahí hay conectividad a internet, ahí hay agua potable, ahí hay saneamiento básico, ahí hay de todo. En las periferias de la ciudad como en las periferias regionales hay escasez de todo eso, porque el Estado ha puesto todas las garantías en esas poblaciones y se ha olvidado de atender al resto.

Parte decentralizar el Estado pasa por justicia distributiva, y es que el Estado asigne recursos, presupuestos, programas y proyectos en territorios que no han tenido voz, que no han tenido la atención en términos de inversión social. Aunque yo interpelo el postulado de que el Estado nunca ha llegado a esos territorios. Eso no es cierto, el Estado siempre estuvo presente. Ese Estado racial, patriarcal y clasista siempre ha estado presente, ha estado bajo la lógica del despojo, bajo la lógica de la expropiación, pero ha estado presente. Cambiar esa lógica es parte del camino que hay que hacer.

AP: ¿Y para financiar esta inversión social, crees que sería necesaria una reforma tributaria o cómo lograríamos tener esos recursos?

FM: Sí, es necesaria una reforma tributaria y parte de la centralización pasa por una justicia distributiva. No puede ser que quienes más ricos se hacen en este país son los que menos impuestos pagan, mientras que la gente más empobrecida es la que más paga impuestos. Entonces justicia distributiva implica una regla clara en términos de recaudo e impuestos para que la corrupción no dilapide el recaudo de los impuestos, pasa por disminuir las exenciones tributarias por lo menos en los grandes sectores económicos, pasa por evitar la fuga de impuestos parafiscales que se van a otros países y no pagan impuestos.

Acabamos de ver una noticia sobre el presidente Duque que decía eso… que 10 billones se han dilapidado en parafiscales. ¿Vino a robar el presidente? Esa es la pregunta, o sea, ¿él se hizo presidente para robar a su país? Estaba presentando una reforma tributaria por… ¿cuántos billones eran? Por 13 o 14 billones, pero él tiene 10 en parafiscales, ¿ah? Eso no tiene razón de ser, eso es parte de las complejidades de ocupar el Estado, pero es parte de lo que hay que deconstruir.

«¿Por qué ahora que yo estoy aspirando a la presidencia me dicen que no tengo capacidad, pero a Duque nunca le cuestionaron incapacidad? ¿Por qué a mí sí? ¿Porque soy una mujer y negra?»

AP: Has esgrimido un discurso antirracista, y yo quisiera preguntarte si consideras que en el imaginario colectivo de los colombianos se ha intentado instalar la idea de que acá no hay racismo, y en caso de que sí, ¿por qué ha pasado eso? ¿Por qué somos tan inconscientes en cuanto a esta problemática?

FM: Pues porque una característica del racismo es negar su existencia. Cuando a mí me dicen “yo no soy racista”, yo lo dudo, porque no es solamente no ser racista, no es suficiente con que usted diga “yo no soy racista”, sino que además debe adoptar una actitud y unas prácticas antirracistas. Entonces cuando esta sociedad dice “no, aquí no hay racismo”, pues precisamente esa negación es una expresión de racismo. Y bueno, no hay quien pueda hablar de racismo si no es quien lo padece.

A mí una persona mestiza, ¿con qué criterio me viene a decir que no hay racismo, si nunca lo ha vivido? Y me pueden decir que es que hay racismo de los negros hacia los blancos, pero no, eso no existe. Y no existe si entendemos que el racismo estructural es una categoría, una forma de opresión, una forma de dominación, donde los seres humanos hacen una distinción entre lo bueno y lo malo, entre lo que está por encima y lo que está por debajo, entre la superioridad y la inferioridad, ¿sí? Y hay condiciones de esta sociedad que permiten establecer eso con claridad. ¿Por qué ahora que yo estoy aspirando a la presidencia m

e dicen que no tengo capacidad, pero a Duque nunca le cuestionaron incapacidad? ¿Por qué a mí sí? ¿Porque soy una mujer y negra?

Entonces ahí sí hay un paradigma de racismo, un estereotipo. ¿Cuál es el estereotipo racial ahí? Primero es que las mujeres no están preparadas para gobernar, segundo es que es negra, y los negros no piensan, los negros no razonan, los negros son incapaces… yo escuché eso toda la vida. A Duque, ¿por qué cuando él dijo “voy a ser presidente” nunca le dijeron “no, usted no tiene capacidad”? Él nunca había sido presidente.

AP: Ni tenía experiencia tampoco en la administración pública…

FM: Tampoco. ¿Por qué nunca le dijeron eso? Porque hay una concepción ya definida de que negra y mujer, pues no va a ser capaz, no tiene la capacidad. ¿Pero cuál es la capacidad que han tenido los hombres blancos privilegiados de élite que nos han gobernado? ¿Cuál? Su capacidad de gobernar no ha estado al servicio de las mayorías de este país, de las mayorías empobrecidas excluidas y marginadas. Su capacidad no ha evitado que en Colombia mueran de hambre. Su capacidad no ha logrado detener la guerra y el desangre en nuestro país. Entonces cuando a mí me hablan de experiencia y capacidad… ¡Jmmm! Ahora hay una coalición de la experiencia, de esa hace parte el señor Char, a quien le acabaron de hacer un escándalo por corrupción…

«El patriarcado y el machismo nos afecta a todas, nos daña a todas, hasta a las ricas las excluye».

AP: Recientemente vemos que hay muy pocas precandidatas presidenciales mujeres, y también hemos visto que han existido tensiones en el Pacto Histórico por ciertas decisiones que se han tomado en torno a los derechos de las mujeres como el aborto. Incluso han existido disputas por la conformación de las listas. ¿Qué crees que habría que cambiar al interior de esta dinámica electoral y del funcionamiento interno de los partidos y movimientos para que la participación de las mujeres tenga incidencia real y no pasen tanto estas cosas?

FM: Mira, el patriarcado y el machismo nos afecta a todas, nos daña a todas, hasta a las ricas las excluye. Hasta las que se creen que son parte de esa tendencia las excluye. Mira a las mujeres del Centro Democrático, que estaban como mujeres en una disputa a la presidencia y las sacaron. Y eso que ellas son de las que reproducen el patriarcado, de las que reproducen la política hegemónica, ¿y dónde están? No están compitiendo la contienda, simplemente porque al final del día son mujeres, igual a nosotras.

No han vivido las mismas historias, porque hay que reconocer la interseccionalidad. Las violencias de raza, clase y género que padecemos las mujeres negras, las mujeres indígenas. Que todas las mujeres vivimos patriarcado y vivimos violencias, pero no a todas esa violencia nos afecta de la misma manera, ¿sí? Mi mejor ejemplo es ese. Las mujeres que se creían de élite, privilegiadas… María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, que vienen de una casta de élite y que se han juntado con el patriarcado y la política de muerte… pues el patriarcado las excluyó también al final del día, ¿no? Las excluyó, no las tiene en la disputa.

Entonces cuando hablamos de violencia y del patriarcado no hablamos del Pacto Histórico, hablamos de esta sociedad, ¿sí? Como mujeres, yo creo que la invitación es esa. ¿Somos capaces de hacer un pacto entre nosotras como mujeres, en nuestras diversidades, para construir una nación mejor? Esa es parte de la pregunta que yo le haría a las mujeres privilegiadas, incluso a la señora vicepresidenta que la mandaron fue por allá lejos.


*Entrevista realizada por Carolina Muñoz Benítez, estudiante de Ciencias Políticas y Derecho.

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