En toda sociedad, sin importar su régimen político, existe un constante movimiento entre su historia y su aspiración hacia el futuro. En este proceso, el liderazgo juega un papel fundamental: implica la toma de decisiones, el cumplimiento de promesas, la construcción de confianza y la propuesta de un camino hacia delante. Sin un liderazgo efectivo, las instituciones carecen de dirección y las naciones corren el riesgo de volverse cada vez más irrelevantes y, en última instancia, enfrentarse al desastre.
En Colombia, tenemos a la cabeza del poder ejecutivo al que se le nombra ´Líder Galáctico`, quien hasta la fecha no solo no ha cumplido sus promesas engañosas en campaña, sino que demuestra una falta de liderazgo e incompetencia en la gestión de su gobierno. Sustento de ello, la mediocridad de sus funcionarios y falta de tecnicismo, que al final son nombrados por lealtades políticas y no por capacidades. La fallida paz total que ha revitalizado a los criminales y aumentado las extorsiones y homicidios, el sistema de salud coartado, las relaciones internacional afectadas, la economía con un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) de 0,6%, el número más bajo de las últimas dos décadas si se excluye el 2020, año marcado por la pandemia y la lista sigue.
Bien decía Henry Kissinger que “los buenos líderes despiertan en el pueblo el deseo de caminar a su lado y que los líderes pueden verse magnificados o debilitados por las cualidades de quienes les rodean”. Al parecer, el presidente Petro está haciendo todo lo contrario; el pueblo no está caminando a su lado, de manera opuesta están marchando en su contra y contra las nefastas reformas, tal cual como fue la marcha del 6 de marzo del año en curso donde salieron más de 52 mil manifestantes. Ese debilitamiento, se refleja en una de las últimas encuestas de Opinómetro, realizada por la firma de Datexco, la cual tuvo como tema principal la imagen de la gestión del presidente, con una desaprobación de 58%, lo que indica un descontento de la población por la falta de gobernabilidad y dirección del país.
Cabe señalar, que el presidente se ha dedicado a poner sus propios intereses por encima de todo, difamando a la oposición o a cualquiera que discrepe de sus ideas, proclamando a los cuatro vientos su pertenencia a la Primera Línea, a su vez el compromiso como militante revolucionario con el objetivo de promover el socialismo. A saber, Petro lo que busca es que se cumplan sus deseos y presuntamente la perpetuidad del poder, a través de la nueva agenda política de su gobierno: convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. Agenda que se da “presuntamente” por la no aceptación de las reformas sociales. Esperemos que no salga a recitar como lo hizo en su momento el presidente Rafael Núñez, pronunciando su ominosa frase “Regeneración o catástrofe”. Efectivamente, cuando el político no puede persuadir mediante su eficiente liderazgo, recurre a la fuerza, “obligan a los corazones que no pueden ganar” Lord Action. Eso no es liderazgo, eso es tiranía. Un genuino líder simplemente anima a los demás a acompañarlo.
Finalmente, he de recordar que los auténticos líderes son los que dan ejemplo e inspiran a seguirlos, se ganan la lealtad, ofrecen orientación, un gobernante como lo es el presidente exige lealtad e insiste en que se siga su camino. Rememorar a Alfonso López Michelsen que aseguraba que lo mejores años estaban por llegar. Lo que se nos presenta ahora es exactamente lo opuesto: nos aguardan tiempos difíciles con el actual presidente.
Todas las columnas del autor en este enlace: Luis Gustavo Vergara
Referencia:
Kissinger( 2023) Liderazgo.
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