Granada

 


“¿Los piratas son malvados? ¿Los marines son justos? ¡Estos conceptos han cambiado a lo largo de la historia! ¡Niños que nunca han visto la paz y niños que nunca han visto la guerra tienen valores diferentes!” Donquixote Doflamingo.


Mujeres para pensar

¿Qué es lo obvio de escribirse, que no por menos conversado, se hace menos visible?

Cómo responder a la pregunta por el hombre, y su vocación de poder, por el establecimiento sobre la tribu; que siendo igualmente humanos, no es menos pervertible. ¿Aguarda la hipocresía algún tipo de justicia? Talión de dolores moralizantes.

Cómo responder al estilo, en lo insensato de negarme, la pluralidad de comprensión. Afirmar los datos que me son propios de la disciplina, naturalizados en el lenguaje, que ahora se extiende en una máquina ulterior. Ya he tenido estos debates, al estudiarlo entiendo la creación destructora y la destrucción creativa de este ecosistema de la razón. ¿Alguien debía los verbos?, Alguien pagó la suscripción.

Qué se estudia, afuera, si no es la vida que atraviesa el cuerpo, entrenar el cerebro como se trabaja el cardio para la respiración. Para hablar de Dioses, intimidad requiero, pero también hay marketing irresponsable con la información obtenida de tal humana condición. No pretendo rimar el mensaje, haría el comunismo una canción, parece romántico, pero son dispositivos ideológicos lo que te venden como polarización, ¿Tendrán los ladrones 7 años de perdón?

Es más decoroso el realismo mágico, quizá el drama autoritario resulte consolador, para ensordecer esta abrupta muerte de cruel imposición. ¿Quién hace las leyes? Es que se denigra el camino, que es del carácter la formación. Puesta en escena, “el trabajo sucio” le llaman a los explotados tras el telón. El peligro de la democracia es aceptar que el otro piensa, y quizá en algunas cosas deba seguir, lo hace mejor que yo, ¿Qué hacen los callados en el pabellón eterno de la Santísima Virgen, dónde hablan las tres cordilleras que también fueron campos de concentración?

Yo que me creí ciudadana y poco a poco se acaba la Constitución. Es importante la tecnología, pero vale más la Educación, que es más amplia y la comprende para lo útil de nuestra expansión. Raza solo hay una, y es la que crea estos códigos para gobernar (se) – a sí mismo -, y todo lo que nombra, es decir, lo que existe desde el lugar de observación, ¿Cuál es nuestro alcance para formular la realidad? Sensibilidad cognitiva, facultades de transmisión; el ser humano es efectivamente digno en tanto de la dignidad halla comprensión. Somos animales, no por eso vota un perro ni una vaca es sujeto de matrimonio, valga el ejemplo y quizá amerite una extensa aclaración.

De occidente la libertad, que necesita la responsabilidad, porque implica la carta de la autodestrucción; otros, la baraja negocian o sencillamente la pierden ante violencias y anulación. Qué es el objeto de la economía, ¿Sino el recurso, que, por su valor, tiende a agotarse? Como nuestra vida, podría ser, y también estar un poco fuera de la expectativa de explicación. Tazar la sobrevivencia al día, batalla dulce como la diabetes es el combate a purpurina, la aplicación, estas heces de unicornio tokenizadas, el alimento que me tocó.

¿Cuántos podemos valer más que las cifras financieras dispuestas en el sistema? Todo y nada tiene que ver con la retórica discursiva del reallity que se pretende autoridad, ¿Cuáles son los derechos reales de quién inferior a sus pares cree estar? Era afortunada en la que se expone tanto rufián, y aunque parezca distópico, el germen de la estupidez ataca individual; no llega la inmunidad de la barbarie ni se reconocen los cercos de la bondad, es una selva de cemento y devora el que ejerza tal capacidad. Quién se arrodilla ante el victimario, se convierte en cómplice de la humillación y cede ante la vulneración que es la traición de la vulnerabilidad; flaquea en sus principios y le sobreviene la muerte cultural. Imagina a Roma, esta noche le rezarás.

Deconstruyen paradigmas, y paradigma es mi acreditado lugar social, no confiar en la lástima, casi asimila la indulgencia criminal. ¿Qué es el delito? Si no la conducta suscrita de reproche estatal por el daño efectivo que un fulano probadamente pudo causar, el derecho sabe que siempre hay oportunidad. Poder para mandar, son como los árbitros y los del VAR, no juegan, hacen y aplican las reglas que el espectáculo controlarán. Poder para enfermar, terquedad de resentimiento y derroche de necesidad, asediados de venganza quienes juegan prefieren un autogol que no anotar. Poder para desear, dominar la industria de la miseria donde se intercambia la aprobación por la integridad, someterse a la pasión de observar la cancha a la que se paga por renunciar.

A oriente le queda el colectivismo, pero más que patria, fundaron civilización y cinco mil años de experiencia para aspirar a totalizar; la consciencia a través del algoritmo y hombres vitalicios, en reelección, de Mesáis se vestirán. Pequeñas éticas consideran que con un decreto todo mal se puede solucionar, ¿Cuán agresiva resulta la verdad? A sangre y fuego se emancipa, con sudor y lágrimas se redime nuestra propia maldad. Bien superior resulta despertarse con esperanza, herramientas que sirvan para curar, porque como las palabras, todo reino acaba y también pasará.


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María Mercedes Frank

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