Ganó el voto en blanco a la Rectoría de la UNAL ¿Y ahora qué sigue?

El 14 de Marzo de 1971 se proclamó el programa mínimo del Movimiento Estudiantil Colombiano: el primer programa gremial del estudiantado del país. Reivindicaciones y banderas como la democracia y autonomía universitarias aún están vigentes y hoy recobran fuerza. Tras 50 años de proclamar dicho programa, que incluía la exigencia del cogobierno, se realiza por parte de la administración de la Universidad Nacional una consulta no vinculante para medir la preferencia de la comunidad universitaria por las personas que aspiran a la rectoría, pero finalmente es el CSU- cuerpo colegiado con mayorías impuestas directa o indirectamente por el Gobierno de Duque- el que designa al rector o rectora.

El estatuto general de la Universidad Nacional plantea que la Universidad «es un órgano público estatal, autónomo e independiente». Sin embargo, producto de la implementación de la Ley 30 de 1992 y de la fórmula antidemocrática que utiliza para la designación de rectoría, se ha generado este año un gran debate en la comunidad universitaria. Estudiantes, docentes y comunidad egresada, denuncian la falta de autonomía y democracia que existe dentro del principal claustro educativo, científico y  cultural de Colombia y han decidido participar de la consulta anteriormente mencionada. La participación fue histórica:  21.941 votos, de los cuales 14.552 eligieron decididamente el «Voto en blanco» y el resto se dividió entre los 4 aspirantes. La victoria del voto en blanco en el total ponderado, 32% de la votación, es un hecho sin precedentes en la institución y da cuenta del rechazo  de la comunidad universitaria hacia la visión de Universidad de las candidaturas.

Si bien desde varios sectores del Movimiento Estudiantil, como el equipo de ‘Lo Que Nos Une’ y sectores de docentes y egresados promovieron democrática y activamente el voto en blanco, el resultado superó todo pronóstico. El aporte más decisivo fue el del estudiantado que entregó 13.475 votos en blanco, un mensaje claro contra el mecanismo de designación y las aspiraciones de Montoya, Bula, Hernández y Cetré. Este hecho expresa un rechazo enfático a sus aspiraciones y sus programas que no resuelven los problemas estructurales de nuestra alma Mater sino que se alinean con la política educativa del Gobierno: más autofinanciación, más endeudamiento y más privatización.

La comunidad universitaria tiene motivos para celebrar, pues dio un golpe de opinión y entendió la importancia de rechazar el mecanismo antidemocrático de designación rectoral. Pero muchas personas hoy se preguntan: ¿y ahora qué? ¿Cuál es el paso a seguir? ¿Qué hacer  con este resultado si la consulta no es vinculante? Desde el equipo de trabajo de ‘Lo Que Nos Une’, hacemos un llamado a comprender lo histórico de los resultados de la consulta e invitamos a la comunidad universitaria a profundizar la presión en medios digitales de comunicación, generar opinión pública y  no vacilar en la exigencia central: demandar la elección directa de la rectoría en la UN. Para ello, en conjunto con la representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario Jennifer Pedraza, proponemos que el CSU acepte y respete los resultados históricos de la consulta del 18 de Marzo de 2021, convoque a nuevas elecciones con nuevas candidaturas y reglamente por medio de un acuerdo, que en adelante se acogerán los resultados de las consulta, convirtiendo la designación rectoral en una elección directa por parte de la comunidad universitaria.

Hami Gómez

Representante Estudiantil en el Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional. Integrante de la Organización Colombiana de Estudiantes y del Comité Ejecutivo Nacional de ACREES

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