Gaia nos invita a vivir en armonía con ella

En estos tiempos de pandemia, la Tierra ha tomado un respiro. Es increíble ver cómo un diminuto organismo encerró a los humanos en sus jaulas, la especie más bárbara del planeta huye de la muerte y se da cuenta de su fragilidad, que la naturaleza la puede exterminarnos en cualquier momento y no dejar rastro de nuestra existencia.

Ilustración 1Delfines son vistos de nuevo cerca las costas de todo el mundo. Foto: AFP/PARC NATIONAL DES CALANQUES/LIONEL LASO

 

Días después de que se anunciara el confinamiento total en China, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) publicaron imágenes tomadas por sus satélites, donde se veía que la contaminación causada por el (NO2) Dióxido de Nitrógeno había caído drásticamente en el territorio asiático. Esta disminución se dió debido a que la industria y el uso de los medios de transporte en dicho país detuvieron su funcionamiento en gran escala, algo que no solo sucedió en China, este ha sido un fenómeno que se ha replicado en la mayoría de países que se encuentran en confinamiento total.

También se pueden observar en múltiples fotografías y vídeos que nos muestran como los animales silvestres regresan a lo que alguna vez fue su hogar. Estos disfrutan de la tranquilidad de los lugares gracias a la ausencia de los humanos.  Las playas, las calles, los parques; estos escenarios que antes eran puntos de encuentros masivos por los humanos ahora son reclamados por las especies que antes vivían allí. Es impresionante ver cómo las tortugas retornan a playas para desovar. Algunos ríos y canales volvieron a ser claros y se puede observar los peces y demás especies que nadan en ellos. Aquí en donde nace la mayor preocupación, los hechos mencionados anteriormente nos dejan ver como la naturaleza está retornando; pero ¿será que los humanos se preocupan por convivir con la naturaleza?, ¿Qué pasará cuando los humanos salgan de este encierro?

Recordemos que la caza excesiva, la destrucción del hábitat y de los modos de subsistencia de las especies han hecho que el hombre sea el culpable de destrucción del 83% de los mamíferos, 50% de las plantas y el 15% de los peces, esto sin contar las demás clasificaciones en las que se encuentran los animales en nuestro planeta, cifras que son reveladas por un  estudio publicado por Proceedings of the National Academy of Sciences que fue titulado “La distribución de la biomasa en la tierra”  el cual invito a que lean.

Todos estos exterminios causados por el hombre se deben a su ambición de poder; el caso aquí es que el virus más leve es el COVID-19, este es el momento en que los humanos tenemos que entender que el virus más fuerte de la tierra somos nosotros, que nuestra especie es la culpable de todo por lo que este momento atraviesa el planeta “incendios, deslizamientos,  sequías, inundaciones, terremotos y proliferaciones de virus, muchos de estos seguramente creados en laboratorios”.Somos la raza que más destruimos nuestro hogar, nos hemos convertido en los más grandes consumidores, con la diferencia de que a nosotros nadie nos consume.Consumimos sin sentido, porque muchos cambian su móvil cada vez que sale uno nuevo. Estoy seguro que  pocos le sacan provecho a esto, el resto solo lo usa para chatear y tomarse selfies y compartir contenido sin sentido.

Ese es el problema de los humanos, la maldita vanidad, el egocentrismo y  ambición de poder. Se creen el ombligo del mundo cuando en realidad son una pieza del rompecabezas que arma el planeta. Una pieza que si se autoelimina, no causaría ningún daño colateral al hogar en el que habitan. Gaia ya nos ha hecho muchos llamados de atención y la raza humana no quiere despertar. Recordemos que la vida en nuestro planeta es una simbiosis y si la alteramos ponemos en riesgo todo lo que habita en él. Pero dejemos claro que nosotros no aportamos nada a esa simbiosis. Es la hora de replantear nuestros pensamientos y vivir en paz con todo lo que nos rodea.